Cierran el foro a Jonoville en El País punto com.
Ya está, ya lo hicieron; me han censurado sin previo aviso en El País y han hecho desaparecer todos mis artículos y comentarios. En cuanto he publicado mi opinión sobre que la versión oficial, la que ellos defienden, sobre el 11-M ha hecho aguas al descubrirse que lo que explotó no fue Goma2 como ellos insisten.
El que ese asunto les ponga tan nerviosos, da que pensar, porque ¿si se descubre que detrás de los atentados no estaban, o al menos no estaban solos, los islamistas que dice la versión oficial, qué es lo que eso le puede perjudicar a PRISA y al PSOE? ¿O es que por ahí aparece el hilo de una madeja oculta?
¿Qué es lo que temen tanto como para aferrarse a su versión, que además de no estar comprobada cada día se hace más y más inverosímil? ¿Porqué tanto alboroto alrededor de Diaz de Mera?
Pero dejemos ese tema para otro post, ahora quiero centrarme em la hipocresía y cara dura que tienen los de PRISA. Están organizando un verdadero follón quejándose de que el PP ¡el PP! les impide ejercer su libertad de expresión - que no sé de qué modo puede hacerlo- y no piden ni de broma que su jefe Polanco se retracte de los insultos que han provocado el enfado del PP. Ellos nada, los demás todo.
Y ellos, libertad de expresión por encima de cualquier consideración pero nada de respetar la libertad de expresión de los demás, ¡de éso nada! Aquí son ellos los amos del corral, o por lo menos del PSOE, y a partir de ahí ¡todo el mundo a callar! Y no se trata de una campaña que yo haya empezado contra PRISA, no; se trata de que es una realidad demostrable y hasta sorprendente por su desfachatez, el que PRISA no respeta la libertad de expresión de quienes no piensan como Polanco. Ya lo demostraron poniendo a su periodista durante veinte años Hermann Tertsch, de patitas en la calle por deseo expreso de Polanco.
El mismo que también dijo que el PP no le gusta como derecha en España, que él quiere otra y que por éso sus medios apoyarán la exclusión del PP de la vida pública, para entonces apoyar a una nueva derecha a su gusto. Ya tiene a la izquierda, ahora le falta la derecha. Y él pide libertad de expresión a quienes ni se la quitan ni pueden quitársela, pero se dedica a impedir el ejercicio de ésa misma libertad, que tanto exige, a los que no son de su cuerda. Y es que no hay que olvidar sus raíces y modos franquistas, así como su compi Cebrián. Al menos ahora, nadie me podrá decir éso de que PRISA es plural, o independiente o ni mucho menos, democrático. No sin sonrojarse o arriesgarse a que le suelte una sonora carcajada. Lo sé de primerísima mano, da igual que sea la izquierda o la derecha.
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