En Madrid, Aguirre y Gallardón con las víctimas.

El oír la desesperación y desconsuelo de las víctimas por ver al asesino de sus familiares de paseo con su novia, hace casi desear que Zapatero tenga que sentir de verdad lo que sienten ellos, y no el cuento de la pena por su abuelo, al que ni siquiera conoció.

He asistido en Madrid al acto convocado por la AVT para pedir que de Juana vuelva a la cárcel. No entiendo como hay gente que se sienten más cercana a los asesinos que a las víctimas y que siguen apoyando a quienes le hacen favores a de Juana. Hace falta ser miserables, o deberle a ETA algo inconfesable para hacer eso.

El que Zapatero no haga más que hablar de los derechos de los etarras, de sus derechos a presentarse a las elecciones y a darse paseítos con su novia

en vez de estar en la cárcel, incluso de sus deseos de paz, y que no haya tenido ni una palabra para las víctimas, ya da la medida de su catadura moral. Y la de sus seguidores.

No son todos los socialistas, aunque los que tienen el valor de expresar su solidaridad con las víctimas son muy pocos. Los demás, se callan cobardemente.

Oír la voz entrecortada por el llanto recitando los nombres de los asesinados por el hijo de puta de De Juana de la hermana de uno de los asesinados, te llega al corazón. Ver y oír el lloro de la hija de un policía asesinado por un tiro en la nuca al pedir una palabra de consuelo al Gobierno, no sólo contrae el corazón, sino que hace que la razón te diga que en qué mundo estamos y a quienes tenemos en el gobierno; aunque lo más grave es pensar que haya tanta gente dispuesta a volver a elegirlos.

Se ha llegado a un punto de descerebramiento tal y de lavado de cerebro tan bestial, que el simple hecho de que el PP apoye a las víctimas hace que esta chusma las descalifique. Es el mismo mecanismo que hizo que Hitler pudiera llegar a hacer lo que hizo mientras el pueblo miraba hacia otro lado y lo vitoreaba.

Fotografías de Antonio Elvira