miércoles, 30 de mayo de 2007
La confusión como estrategia
El nivel de confusión que se ha conseguido con el asunto de los explosivos en el juicio del 11-M parece abocarnos a la ignorancia sobre lo que explotó en los trenes; a no ser que el tribunal decida ordenar exámenes de nuevas muestras no analizadas previamente.
La insistencia de los peritos oficiales en la teoría de la contaminación y las contradicciones en las sucesivas declaraciones judiciales de estos peritos, con el único objetivo de intentar demostrar que todo lo que esté bajo custodia policial se contamina, es algo increíble, pero puede que consiga el objetivo de que no se llegue a aclarar qué tipo de explosivo se utilizó en el atentado.
De conseguirse dicho objetivo, la Justicia española sufriría otro más de los múltiples descréditos que está sufriendo últimamente. Los asuntos que han llegado al Tribunal Europeo desacreditan incluso hasta al Tribunal Constitucional. El problema es que el Tribunal Europeo puede demorar sus resoluciones años y años, con lo que la irregularidad y la inmoralidad de nuestros tribunales se seguirá suponiendo pero sin sentencia que lo confirme.
Pero lo que sí ha quedado suficientemente claro pase lo que pase, es que la policía no es de fiar. No sabe velar ni por las pruebas que tiene la obligación de custodiar.
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"...a no ser que el tribunal decida ordenar exámenes de nuevas muestras no analizadas previamente."
ResponderEliminarNo fastidies, ¿pero hay de eso? ¿Entonces por qué están mareando la perdiz con que si fueron lavadas, que si no, que si se contaminaron...?
Están tan manoseadas que igual la semana que viene encuentran una etiqueta de Foie-gras La Piara.
Esto no es serio, ¡menudo circo!
En cuanto a tu último comentario, la policía no custodia nada, vamos hombre, ya te conté la anécdota de las esposas delante de la juez, je je je...