Los cobardes que se esconden tras el anonimato de unos nicks en Libertad Digital TV, continúan con sus insultos y sus intentos de excusar lo inexcusable. Ello me obliga a contestar desde aquí, fuera del alcance de su censura nazi.
De cobardes es el insultar a quien no se puede defender porque se le ha aplicado la censura nazi. De cobardes es decir que tiro la piedra y escondo la mano, cuando es evidente que el moderador es quien ha escondido mi mano y no yo. De cobardes es seguir insistiendo en insultos a quien está perfectamente identificado desde la cobardía de un anonimato.
Y de descerebrados es acusarme a mí de ser colaborador del zapaterismo. Ya sólo esta afirmación es válida para demostrar la falsedad de quienes allí se disfrazan de liberales sin tener ni puta idea de lo que ello significa.
Lo de la actuación del llamado moderador no tiene nombre, y en sus propias explicaciones a su actuación está contenida la verdad de la aseveración que aquí he hecho sobre semejante descerebrado, puesto ahí por el único mérito de controlar la Play Station.
Las acusaciones que lanza histéricamente uno de los foreros que encabezan las campañas antiliberales en aquel antro hacia un forero determinado, insistiendo en repetir comentarios que no son de éste forero liberal, y que ha abandonado por su pie aquel foro hastiado de la manipulación de esos verdaderos enfermos paranoicos.
Yo no tengo que decir que soy liberal de derechas, mis opiniones me definen a la perfección. El que desde allí se me acuse de zapaterista ya da la medida de hasta donde está instaurada la mentira en dichos foros.
Y a los cobardes que desde allí y desde el anonimato siguen intentando insultarme, sólo decirles que sus idioteces y paranoicas reacciones no hacen más que definirlos a ellos. Sus cobardes insultos los definen a ellos, no a mí.
Ahora aparecen hasta algunos que dicen no explicarse mi actitud. Lo que no es explicable es la suya; lo que he hecho es denunciar una mentira y una campaña feroz de descalificación personal contra un forero liberal, y responder a los múltiples insultos que he recibido y que milagrosamente no leen los que así se escandalizan. El escándalo está servido.
En su paranoia ya hay hasta quienes dicen que yo soy muchas personas. Descacharrante. Dentro de poco seré toda una leyenda por lo que me atribuyen. Y es que en su tremenda cortedad, quien sabe juntar más de dos palabras con sentido, es considerado un mago con oscuros tratos con Belcebú.
Internet tiene innumerables ventajas, pero ello, como todo, tiene un precio. Y ello es la cantidad de enfermos mentales que en ella se instalan y la cantidad de delirios y desvaríos que en mentes débiles puede producir. Y evidentemente, produce.
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