viernes, 22 de junio de 2007

El Gobierno amenaza con no otorgar el título si no se cursa y aprueba la asignatura EPC.

En una actitud descaradamente dictatorial y despótica, la Vicepresidenta amenaza a los estudiantes y a sus padres.

Lo increíble es lo mansamente que los estudiantes están aceptando este atropello. Ni en tiempos de Franco se aceptaban imposiciones de esta índole sin protestas, huelgas y algaradas. El control que los sindicatos estudiantiles ejercen sobre los estudiantes, los ha convertido en sumisos corderitos, lo que augura unas próximas generaciones ya adoctrinadas doblemente.

Lo más sangrante del asunto es que la propia ley no impide que se pueda obtener el título sin aprobar hasta tres asignaturas. Excepto, por lo visto, la de adoctrinamiento socialista. El que se haya descubierto que es una fundación socialista y subvencionada, la que se dedica a formar a los futuros adoctrinadores que impartirán dicha asignatura, no ha hecho pestañear a la cínica de la Vicepresidenta.

Ha bastado que la Iglesia avale que las familias y los estudiantes acudan a todas las medidas legales posibles para evitar la intrusión del Estado en la formación moral de los niños, para que el Gobierno salga sacando pecho.

No entiende ni entenderá que la objeción es la única salida que otorga la Constitución a quienes su moral les impide cumplir con una ley. La Vicepresidenta hoy ha hecho un ejercicio increíble de desconocimiento del derecho constitucional a la objeción de conciencia. La objeción de conciencia no es una excepción a la ley, pedazo de ignorante Doña Trapitos.

Un gobierno que ha llegado a disculparse ante los terroristas de ETA porque se hayan producido detenciones o condenas judiciales, diciéndole a éstos que eso lo habían hecho jueces próximos al PP es de cárcel en cualquier país normal. Eso es Alta Traición al Estado y a los españoles. Por eso les urge formar a las nuevas generaciones en la ideología única.

Entre las filas socialistas se encuentran hoy demasiados antiguos falangistas y eminentes franquistas. Sus modos se plasman en esas actitudes y estas imposiciones dictatoriales. Y la propaganda en defensa de llo la lidera unos medios dirigidos por el último propagandista del franquismo, Cebrián, y propiedad de quien se enriqueció en el franquismo gracias entre otras cosas a una asignatura similar, y que ahora segurá enriqueciéndose editando los libros de la de ahora.

Por menos de eso he visto hervir la Universidad en unos tiempos en los que ello conllevaba un altísimo riesgo físico y de pérdida real de la libertad por encarcelamiento. E incluso de la vida. Entonces había una juventud que luchaba por su libertad, ahora no hay nada más que botellón y aplausos a Zapatero.

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