Lo de la Vicepresidenta -por decir algo- De la Vega ya es escandaloso. En vez de responder en el Parlamento, se dedica a insultar a la oposición y a remover el pasado.
Y lo hace así porque es cada vez más evidente que este Gobierno no puede decir la verdad porque sería ponerse la soga al cuello. Se están conculcando los derecho fundamentales de los ciudadanos y se están utilizando los servicios secretos y los fondos reservados para vigilar ilegalmente a empresarios.
En su histérica respuesta ha aludido hasta a Pinochet. El descerebramiento de estos socialistas de pacotilla es tremendo, así como su nul respeto por las instituciones democráticas. El Gobierno tiene la obligación de rendir cuentas ante los ciudadanos representados por el Parlamento, y no lo hace.
En su lugar se dedica al "y tú más" o a gilipolleces como el hablar de Pinochet. Cualquier cosa menos contestar. Cualquier cosa menos decir la verdad. Y los idiotas de siempre, aplaudiendo. El mismo hecho de que esta tortillera obsesionada con la moda y nombrada juez a dedo sin más mérito que su adhesión inquebrantable al PSOE, haya llegado a ser Vicepresidenta del Gobierno, ya es muy indicativo del retroceso democrático que padecemos.
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