No se ha oído a Miguel Zerolo protestar lo más mínimo contra la concesión, por parte del Gobierno, de la más alta condecoración al Rey de Arabia Saudí, país en donde se condena a muerte a los homosexuales.
El que provocó hasta un incidente internacional con Polonia porque en este país no gustan las exhibiciones circenses y de mal gusto que los homosexuales prostituídos gustan de montar en la calle, no ha dicho ni pío contra el dirigente máximo de un país donde directamente se les mata. Y no sólo a los prostituídos sino a cualquiera a quien se le demuestre que ha tenido una relación homosexual.
Tampoco he visto ningún numerito contra la opresión de la mujer saudí por parte del coro de "ista, ista, ista, Zapatero feminista".
La vara de medir de la ética y moral socialista está servida. Y es que Polonia es pobre y no tiene petróleo. Menudo cinismo.
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