¡Matemos al mensajero!, parecen decir al alimón el Gobierno y la Generalidad.
La conocida y pegadiza canción de los Payasos de la Tele es lo que me viene a la cabeza al observar los extravagantes intentos del Gobierno y de la Generalidad de Cataluña, jaleados por El País, para que el Tribunal Constitucional se pronuncie ¡sobre el PP!, en vez de sobre los recursos de inconstitucionalidad presentados contra el Estatuto de Cataluña.
En un rizar el rizo de una forma que no puedo más que calificar de pataleta pueril, y de un intento de utilizar torticeramente y con intereses electoralistas a las Instituciones del Estado, la Generalidad pretende pedir al TC un pleno que debata sobre “las incoherencias” del PP por presentar recurso contra el Estatuto catalán. Es increíble: tú presentas un recurso contra una ley, y sus promotores quieren presentar otro contra ti por haberlo presentado. Simplemente increíble.
Todo un circo en el que la atracción no son las fieras o los trapecistas, sino los payasos. Pero se me antoja que hoy estos payasos son más peligrosos que las fieras, pues alimentan a la fiera del nacionalismo secesionista.
Lo que el Tribunal Constitucional tiene que hacer es decidir sobre si el Estatuto es constitucional o no; y no sobre el comportamiento de un partido político -el más votado en la última consulta popular- al presentar recurso contra una ley que estima que incumple la Constitución.
La Abogacía del Estado ya había pedido algo similar, con el altavoz de El País haciéndose eco de forma engañosa. Tras las infructuosas maniobras del Gobierno, tachadas de "procesalmente extravagante" por dos de los Magistrados, ahora viene esto. Después sacarán a los trapecistas y a las fieras; pero de momento han empezado los payasos.
Las fieras las sacarán cuando el Estatut no tenga vuelta atrás, pues no me cabe duda de que el TC dejará intactos los suficientes preceptos como para que en base a él se pueda intentar el ataque a la unidad de España. Ya sé que los tontos útiles me tacharán de exagerado o de algo peor por decir que este Estatuto rompe España. No lo hará inmediatamente, pero tiempo al tiempo. En el camino nos encontraremos.
La conocida y pegadiza canción de los Payasos de la Tele es lo que me viene a la cabeza al observar los extravagantes intentos del Gobierno y de la Generalidad de Cataluña, jaleados por El País, para que el Tribunal Constitucional se pronuncie ¡sobre el PP!, en vez de sobre los recursos de inconstitucionalidad presentados contra el Estatuto de Cataluña.
En un rizar el rizo de una forma que no puedo más que calificar de pataleta pueril, y de un intento de utilizar torticeramente y con intereses electoralistas a las Instituciones del Estado, la Generalidad pretende pedir al TC un pleno que debata sobre “las incoherencias” del PP por presentar recurso contra el Estatuto catalán. Es increíble: tú presentas un recurso contra una ley, y sus promotores quieren presentar otro contra ti por haberlo presentado. Simplemente increíble.
Todo un circo en el que la atracción no son las fieras o los trapecistas, sino los payasos. Pero se me antoja que hoy estos payasos son más peligrosos que las fieras, pues alimentan a la fiera del nacionalismo secesionista.
Lo que el Tribunal Constitucional tiene que hacer es decidir sobre si el Estatuto es constitucional o no; y no sobre el comportamiento de un partido político -el más votado en la última consulta popular- al presentar recurso contra una ley que estima que incumple la Constitución.
La Abogacía del Estado ya había pedido algo similar, con el altavoz de El País haciéndose eco de forma engañosa. Tras las infructuosas maniobras del Gobierno, tachadas de "procesalmente extravagante" por dos de los Magistrados, ahora viene esto. Después sacarán a los trapecistas y a las fieras; pero de momento han empezado los payasos.
Las fieras las sacarán cuando el Estatut no tenga vuelta atrás, pues no me cabe duda de que el TC dejará intactos los suficientes preceptos como para que en base a él se pueda intentar el ataque a la unidad de España. Ya sé que los tontos útiles me tacharán de exagerado o de algo peor por decir que este Estatuto rompe España. No lo hará inmediatamente, pero tiempo al tiempo. En el camino nos encontraremos.
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