jueves, 13 de marzo de 2008

Zaplana se retira de la primera línea política.

¿Se pliega el PP a las exigencias del grupo Prisa?

Espero equivocarme, pero si esto es primer indicio del giro que Rajoy pretende dar al PP, mal empieza. El nivel intelectual, ético y político de Zaplana es difícilmente sustituible en el PP. El ataque furibundo e intentos constantes de descalificación por parte del PSOE es el mejor aval de este político. Su capacidad de aguante, su fluidez de verbo y claridad de ideas, hace a este liberal -de los primeros liberales del PP- de ideas claras y principios firmes, uno de los pilares del incremento de los votos del PP.

Mi intuición me parece indicar que Zaplana no se siente respaldado por Rajoy y ello es motivo de su repliegue. Si ello se une a un reforzamiento de Gallardón y cohorte, malo. Muy malo. Ello indicaría que la intención de Polanco-Prisa-Cebrián de crear una derecha a su medida, empieza a abrirse camino en el PP. Ello significaría el principio del fin del PP, la vuelta a la tradicional desunión de la derecha española.

Cuando la izquierda española ha perdido su ideología y sus principios, sustituyéndolas por el culto al líder -recordando peligrosamente la deriva de los partidos socialistas justo antes de la mitad del siglo pasado, y que derivó en la aparición del fascismo y del nazismo como intentos de "superación" del socialismo, y que se basaron para triunfar en un clarísimo culto al líder y no en una determinada ideología- no es buena noticia para la democracia el que el otro partido con capacidad de alternancia derive en una marioneta de intereses de un grupo liderado por el último propagandista del franquismo.

Y mucho menos que esto signifique la vuelta al desmembramiento tradicional de la derecha. El triunfo del PSOE, fagocitando a la extrema izquierda, recuerda demasiado al Frente Popular. Si encima tiene que apoyarse en partidos nacionalistas e independentistas para gobernar, peor aún.

Cuando Rajoy ha hablado de que hará un equipo "propio", deja entrever que hasta ahora no lo tenía, o algo peor, pues si eso es un intento de alejarse de un equipo que los adversarios califican como impuesto por Aznar, habría que recordar que el primero que fue impuesto por Aznar fue Rajoy. Y que el que viniera de Aznar -artífice de la unidad de la derecha y del mayor éxito electoral y de gobierno del periodo democrático- no es un demérito en absoluto.

1 comentario:

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