domingo, 15 de junio de 2008

La mentira del PP.

Hoy Rajoy en La Razón y Gallardón el El País certifican su engaño al electorado.

¿Pero éste Rajoy se cree que las elecciones ya eliminan todo lo anterior? ¿De verdad se cree que el daño producido no persiste? ¿Ya no es Zapatero el responsable de que los terroristas estén en las instituciones y de que manejen nuestro dinero para sus intereses? ¿A quién hay que reprochárselo, a las meigas?

La afinidad de Gallardón con Prisa ya es harto conocida, así como el apoyo que dicho grupo le ofrece para crear una derecha "a su medida". Pero Gallardón hoy va más lejos y ya ni siquiera habla de esa derecha, no. Ahora incluso dice que el PP no es de derechas. Será de "diestras" entonces, digo yo... Mejor no dedico más espacio al Faraón Hipokritamon I.

Rajoy, por su parte, acude al periódico que se ha convertido en su principal valedor mediático junto a El País. Allí va y dice que en materia antiterrorista "en estos meses de legislatura no se puede reprochar nada al Gobierno", obviando el que ha sido este Gobierno -independientemente de en qué legislatura- el que ha permitido que los terroristas estén en las instituciones, y manejen presupuestos con nuestro dinero, para apoyar a los asesinos. Olvidando también quién negoció políticamente con los asesinos, al tiempo que lo negaba, insultaba y descalificaba a los demócratas que lo denunciaban. Y olvidando además quién rompió el Pacto Antiterrorista. Aunque puede que ahora quiera hacernos creer que todo ello fue cosa de meigas.

El mensaje del PP está claro: nosotros no somos los malos. O lo que es lo mismo, aceptan la martingala de la propaganda, tan repetitiva como falsa, de la que se desprende que el PP es de extrema derecha, antidemocrático, y aislado de los demás partidos; en definitiva, los malos. Han asumido la mentira, se la han creído; y por ello, en vez de combatirla y explicar que todo eso no es cierto, lo que hacen es darlo por cierto pero desmarcarse. O sea: sí hay extrema derecha fascista y antidemocrática, pero "ya no somos nosotros"; nos desmarcamos, parecen decir. Y para ello usan y señalan a otros. Precisamente a los que hasta ahora encarnaban el ideario del PP, y entre quienes se encuentran María San Gil y Ortega Lara, además de los medios que han apoyado al PP durante la pasada legislatura, entre otros.

Esto deja desconcertados y huérfanos -cuando no con sentimiento de haber sido traicionados- a una gran parte del electorado de derechas, conservadores y liberales. No así a los democristianos, gallardonistas y demás fauna afín a la conveniencia y no a los principios.

Se consagra así también en la derecha el anteponer intereses a principios, posturas de conveniencia a la ética del convencimiento, el voto a la moral. En definitiva, adoptan la postura zapaterista, precisamente aquella que tanto criticaron y contra la que pidieron el voto. No ganaron, es cierto, pero los diez millones trescientos mil votos los consiguieron por eso, no por lo que ahora dicen.

Y esto no es más que una rendición. Sí, una rendición ante una imposición por la vía de los hechos -y de la manipulación política- de las Instituciones, para hacer lo contrario de lo que el espíritu -y hasta la letra- de la Constitución dice. Aunque sí es cierto que sucede precisamente por las deficiencias y concesiones que en dicha Carta Magna se hicieron en su día. Se hizo por buenismo, pero se hizo para los que de buenos tienen muy poco, pues su fijación y objetivo es acabar no sólo con dicha Constitución, sino con el objeto de la misma.

Los que teniendo en sus manos en su día la mayoría necesaria para haber acometido necesarios cambios y no lo hicieron, ahora se dan por vencidos y aceptan con la cabeza gacha, pero sonrientes, los efectos de su dejación. Y hasta quieren hacer creer a sus votantes que ello es bueno. En fin, absolutamente Rajoyesco.


1 comentario:

  1. Una bajada de pantalones con todas las letras.
    Es el hacer de los mediocres, los impotentes por seguir el camino con honestidad.
    Una burla a los votantes y una foto sin photoshop...

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