Zapatero ya ha dado con la solución: que no se hable de ella.
Y para ello, nada mejor que crear polémica y controversia en la sociedad sobre otros asuntos que puedan levantar pasiones. Aquello de "nos conviene la tensión", ¿recuerdan? Lo intentó con Bibiana, pero resultó un "peso mosca" sin entidad para conseguir más allá que unas risas. Pero ahora se prepara para algo más contundente: atacar a la Iglesia. Ya lo verán.
Sus amigos de La Sexta se han adelantado a ello con un programa del que se habla más por su intención que por sus contenidos. Casi todo el mundo sabe lo que pretende dicho programa, pero casi nadie sabe ni quien lo presenta. Pero ahora viene la traca final disfrazada de la reforma de la Ley de Libertad Religiosa, tremendo eufemismo para referirse a la financiación de las confesiones religiosas, pues en España la Libertad Religiosa ya está garantizada por la Constitución. Claro que también lo está la igualdad, y sin embargo ahí tenemos un Ministerio para ello, que nos cuesta una pasta; aunque hasta ahora no haya servido más que para producir chascarrillos.
Pero teniendo en cuenta que a pesar de que la igualdad está consagrada en la Constitución, y a pesar de que hay un Ministerio para ello, resulta que este Gobierno y el partido que lo sustenta -amparado por el Tribunal Constitucional, tribunal político donde los haya- nos ha convertido en uno de los poquísimos países en los que por ley se reconoce la desigualdad de los sexos. Aparte de los países islámicos, claro. ¿Será cosa de la Alianza de civilizaciones?
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