Leire Pajín dice que el PIB es masculino y por ello está mal.
Lo de esta tremenda intelectual va en aumento. Y cuando digo "lo" quiero decir "la", o sea la memez, pues no se trata de imbecilidad -que podría perdonarse de tratarse de una deficiencia- sino de un empeño constante en decir sandeces cada vez mayores. Tras la ridiculez galáctica de tachar de acontecimiento planetario la conjunción del reinado de Zapatero y el imperio Obama, ahora dice que el PIB es masculino. Así da a entender que cuando estas cosas sean femeninas o no tengan género, las cosas habrán cambiado, que es lo que ellos han hecho desde que están en el poder, según ella.
Tras decir que “si me permitís la expresión, el PIB es masculino, es claramente masculino, y por tanto el cambio estará en el momento en que las decisiones importantes estén tomadas también por las mujeres”, añadiendo luego que "la revolución de los derechos civiles que ahora nos parecen de absoluta normalidad hace cinco años eran un debate `del carajo' en este país", con lo que reconoce implícitamente que ella no pinta nada en el PSOE, a no ser que no se considere mujer sino alienígena, perdón: alienígeno, que todo puede ser. Pues tras decir lo anterior, con lo que demuestra que desconoce la existencia de personajes que van desde Margaret Thatcher hasta Esperanza Aguirre, pasando por Golda Meyer, Indira Gandhi, Hillary Clinton, y hasta la Vicepresidente De la Vega o la añorada Maleni, va y suelta un sonoro "carajo" que no ha sonado más que a caraja, a la tremenda caraja que le caracteriza, como dicen los gallegos.
Eso de la revolución de los derechos civiles le debe sonar a esta pobre indigente intelectual a que hasta que llegó Zapatero aquí nadie tenía derechos, que vivíamos bajo la esclavitud hasta que Zapatero nos vino a liberar de las cadenas, como pretenden hacer creer que ha hecho Obama en EEUU. Estos pobres tardomarxistas que ni saben de qué hablaba Marx, pero que creen que lo que pone en su epitafio* es un fin supremo, a los que afecta además la ceguera del zapaterismo visceral y militante, son capaces de creer una cosa y la contraria al mismo tiempo, además de aferrarse para justificarlo a cualquier chorrada por extravagante que sea. Pensar que esta suprema paridora de gilipolleces místicas es la número dos del partido del Gobierno, además de producir sorpresa, da una explicación clara del fracaso del mismo.
Zapatero anda ahora muy contento porque el G8 le ha invitado a su última reunión. Cree, quizás porque Pajín se lo ha dicho tras consultar a las vestales y vestalos -o puede que tras ver el carajo de alguna deidad a la izquierda de Zeus-, que lo han hecho por su pericia en gobernar, pero nadie le dice que no es por eso sino por el peso que la economía española sigue manteniendo a pesar de su forma de gobernar; pero sobre todo porque los socios europeos pretenden que así puede que aprenda algo y tome medidas en consonancia con las que se toman en el resto del mundo, a ver si deja de arrastrar a Europa hacia el precipicio al que se empeña a asomarse él todos los días. Y para ver si de ese modo no sigue tumbando las estadísticas del paro europeo.
Pajín seguirá convencida de las coincidencias entre Zapatero y Obama pese a que, de haber alguna, cada vez son menos. Y en el terreno energético, opuestas; pues Obama está empeñado en apostar por la energía nuclear, como el resto del mundo, mientras Zapatero ha hecho un retroceso a los años setenta y a aquello de "nucleares no, gracias", posición de la que se han apeado hasta sus promotores, entre ellos Felipe González.
Así que ya saben, cuando el PIB sea la PIBA, todo se arreglará. Y por esas cosas le pagan. ¡Manda carallo!, que queda más fino.
(*) "Los filósofos no han hecho más que interpretar al mundo de varias maneras, pero la cuestión está más bien en cambiarlo". Inscripción en la tumba de Karl Marx.
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