El PSOE no ha recuperado voto, pierde 700.000, pero recupera poder porque el PP lo pierde, no por mérito propio. Por lo tanto no es cierto lo que ha dicho Pedro Sánchez sobre que el PSOE ha alcanzado al PP, ha sido al contrario; el PP ha alcazado al PSOE bajando casi hasta su nivel.
El PP es el partido más votado, sí, pero ha conseguido que la mayoría de los votos emitidos sean de izquierda. Hablar de victoria desde ese partido es, cuanto menos, esperpéntico. Han perdido 11 puntos y 2'5 millones de votos desde las últimas autonómicas y municipales.
El PP se ha cargado la esperanza de que volviera aquel PP de siempre y así recuperar a su votante tradicional. Quienes representan a ese PP han sido laminados por el PP de Rajoy, que ha trabajado para que no ganaran poder en el partido quienes creen que hay que hacer política, poner en práctica sus ideales y que no todo es economía. Con ello se ha conseguido una increíble pérdida de poder del partido.
Resurge con fuerza el deseo de vivir de la subvención y no de crear riqueza. Sin la creación de esta última no hay de donde sacar subvención alguna, pero para saber eso habría que haber estudiado algo más que las cuatro reglas y la asignatura de propaganda política. Partidos y sindicatos ya se han ocupado de que eso no suceda.
El soberanismo pierde fuelle, pero el nacionalismo pervive e incluso aumenta poder. En el País Vasco se premia al PNV por su gestión, no por su independentismo. En la Comunidad Valenciana aumenta el poder del pancatalanismo nacionalista por la pérdida de influencia del PP y el PSOE.
UPyD se queda fuera del juego político, de momento Rosa Díez abandona. La soberbia pasa factura en política. Una pena que no se haya dejado asesorar y se pierda todo lo que podía aportar para un necesario cambio en el sistema partitocrático y autonómico.
El PSOE se juega el ser fagocitado por Podemos si cede a la tentación de alcanzar el poder pactando con ellos. En las generales puede que el votante entonces elija al original, no a la comparsa, y prefiera votar directamente a Podemos y no al PSOE.
Pese a que no es todo lo que sus líderes esperaban, el avance de Podemos es espectacular.
Ciudadanos crece de forma impresionante, aunque por debajo de lo que algunos creyeron. La ley d'Hont no les ha otorgado fuerza suficiente como para ser determinantes en puntos estratégicos que reforzarían su impacto.
En definitiva, quienes no quieran ver que ha habido un giro espectacular es que no quieren ver nada. Claro que tampoco quieren ver al culpable del resultado y lo tienen al lado.
Unos apuntes sobre el resultado de las elecciones.
El PP es el partido más votado, sí, pero ha conseguido que la mayoría de los votos emitidos sean de izquierda. Hablar de victoria desde ese partido es, cuanto menos, esperpéntico. Han perdido 11 puntos y 2'5 millones de votos desde las últimas autonómicas y municipales.
El PP se ha cargado la esperanza de que volviera aquel PP de siempre y así recuperar a su votante tradicional. Quienes representan a ese PP han sido laminados por el PP de Rajoy, que ha trabajado para que no ganaran poder en el partido quienes creen que hay que hacer política, poner en práctica sus ideales y que no todo es economía. Con ello se ha conseguido una increíble pérdida de poder del partido.
Resurge con fuerza el deseo de vivir de la subvención y no de crear riqueza. Sin la creación de esta última no hay de donde sacar subvención alguna, pero para saber eso habría que haber estudiado algo más que las cuatro reglas y la asignatura de propaganda política. Partidos y sindicatos ya se han ocupado de que eso no suceda.
El soberanismo pierde fuelle, pero el nacionalismo pervive e incluso aumenta poder. En el País Vasco se premia al PNV por su gestión, no por su independentismo. En la Comunidad Valenciana aumenta el poder del pancatalanismo nacionalista por la pérdida de influencia del PP y el PSOE.
UPyD se queda fuera del juego político, de momento Rosa Díez abandona. La soberbia pasa factura en política. Una pena que no se haya dejado asesorar y se pierda todo lo que podía aportar para un necesario cambio en el sistema partitocrático y autonómico.
El PSOE se juega el ser fagocitado por Podemos si cede a la tentación de alcanzar el poder pactando con ellos. En las generales puede que el votante entonces elija al original, no a la comparsa, y prefiera votar directamente a Podemos y no al PSOE.
Pese a que no es todo lo que sus líderes esperaban, el avance de Podemos es espectacular.
Ciudadanos crece de forma impresionante, aunque por debajo de lo que algunos creyeron. La ley d'Hont no les ha otorgado fuerza suficiente como para ser determinantes en puntos estratégicos que reforzarían su impacto.
En definitiva, quienes no quieran ver que ha habido un giro espectacular es que no quieren ver nada. Claro que tampoco quieren ver al culpable del resultado y lo tienen al lado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si no quiere comentar como usuario de Facebook puede comentar aquí con su ID de Google o de cualquier otro modo.