jueves, 28 de julio de 2016

Sí, pero ya veremos...


Rajoy comunica que el respaldo obtenido es insuficiente para formar gobierno sin apoyo de otros grupos. Dice que hay que formar gobierno, que no podemos repetir elecciones, y se embarca en una apología de su gestión, tras ello expone la necesidad de que haya un gobierno que encare el desafío catalanista, las reformas económicas, el ajuste del déficit, la amenaza yihadista, aunque lo urgente es el asunto catalán, según él.

Recuerda que envió su programa a los diferentes partidos para, a partir de ahí, empezar a lograr consensos. El Rey le ha encargado la investidura y acepta el encargo. Dice que está dispuesto a buscar acuerdos e incluso intentar formar gobierno sólo con el apoyo de su partido. Dice que redoblará sus esfuerzos para llegar a acuerdos y que tras ello informará al Rey de si puede o no formar Gobierno. Y luego se ha embarcado en repetir argumentarios y consignas ya reiteradas hasta la saciedad sobre el resultado de las elecciones, sobre que el PP las ha ganado y sobre lo que dice han dicho los españoles. Además de confirmar que el PP no aceptará retirarlo de la candidatura a presidir el Gobierno.

O sea, que usará el encargo de la investidura como refuerzo para lograr los acuerdos, pero se presentará cuando lo estime oportuno. Aunque me ha parecido leer entre líneas que ha habido más negociaciones de las que conocemos y que no descarta no llegar a la sesión de investidura si no logra los apoyos necesarios.

Recuerda que ha dicho que él estaría dispuesto a gobernar con sus 137 diputados, pero no ha dicho que estuviera dispuesto a ir a la investidura tan sólo con esos apoyos.

Me da la impresión de que entre la UE -que puso como tope mediados de octubre para que se "firmen" los compromisos de déficit plasmados en los Presupuestos, lo que necesariamente tiene que hacerse con un gobierno en activo y no con uno en funciones- y el serio enfado del Rey, al que no le parece ni medio bien la repetición de elecciones, han forzado esta aceptación "en diferido", que no cierra la posibilidad de que en el camino Rajoy de un paso al lado.

Si ese paso lo hubiera dado cuando el fracaso que supuso perder tres millones de votos tras una mayoría absoluta de récord, puede que nos hubiésemos evitado este via crucis de estar sin gobierno y de repetición de elecciones. Si tanto el PP como el PSOE hubieran exigido a los responsables de sus sendos fracasos -fracaso es perder tres millones de votos y la mayoría absoluta; seguir siendo el más votado es sólo un consuelo pero no vale- que asumieran sus responsabilidades y dejaran paso a otros, puede que no estuviéramos ahora ante esta debilidad que llevará a pactar con nacionalistas para hacer frente a otros nacionalistas, lo que no es otra cosa que seguir sin entender lo que es el nacionalismo ni lo capaz que es éste de revitalizar opciones que parecen olvidadas.

Este empeño en mantener el sillón por encima de cualquier cosa va a dañar a mucho más que al sillón. A su partido por apoyarlo, a la gobernabilidad y, si Dios no lo remedia -pues él no se atreverá a impedirlo- a España misma. Y total, para luego verse obligado a convocar elecciones y, si no cede el testigo, continuar con el bucle si nadie da un golpe en la mesa. Al tiempo.