viernes, 1 de junio de 2018

El PP espera ya el siguiente paso de Rajoy: "Hay que hacer algo"

Rajoy recibe la última ovación desde el escaño azul. | EFE

Barones piden que Rajoy pilote un proceso de renovación en el PP para evitar guerras internas. El martes, Comité Ejecutivo Nacional.
P. Montesinos

Frustración, lágrimas, abrazos. Y una pregunta por encima del resto: ¿Qué hará ahora Mariano Rajoy? Su entorno pidió tiempo tras el enorme mazazo. Se informó de que el próximo martes reunirá al Comité Ejecutivo Nacional, en el que se verá cara a cara con barones y altos cargos. Hasta entonces, despachará con sus más íntimos, escuchará a su familia. Los primeros cambios podrían llegar en el Grupo Popular en el Congreso. "No hay que perder la calma, pero hay que hacer algo", en palabras de un líder autonómico. José María Aznar también romperá su silencio el martes.

En estos momentos, Rajoy sigue siendo presidente del PP y mantiene su escaño. "Le habéis matado muchas veces y siempre ha sobrevivido", advirtió a los periodistas un destacado dirigente de la formación. Pero el partido nunca ha estado tan mal como ahora, tan ansioso de que pase algo que les haga levantarse y encarar con fuerzas las próximas elecciones. "Dadnos unos días", suplicó Soraya Sáenz de Santamaría, que pasa de vicepresidenta a diputada raso. "Renovación", clamaron varios cargos consultados por este diario.

"Ha sido un honor haber sido presidente del Gobierno y un honor haber dejado una España mejor que la que encontré", proclamó Rajoy, que se sentó por última vez en el escaño azul. Felicitó a Pedro Sánchez y subrayó que "como demócrata" acepta el resultado de la moción aunque no comparta "lo que se ha hecho". "Suerte a todos ustedes por el bien de España", se despidió en su última intervención en el hemiciclo con jefe del Ejecutivo.

Rajoy llegó poco antes de que diera inicio la votación de la moción, justo para su breve intervención en la tribuna. Su escaño volvió a permanecer vacío durante prácticamente toda la mañana. Cuando llegó fue recibido con aplausos por la bancada popular y, a su marcha, un grupo de diputados aún le esperaba para aplaudirle mientras subía a su coche oficial. Mientras, algunos asesores gubernamentales empezaron a despedirse de los informadores. Lejos de las cámaras, más momentos de emoción. "Es injusto", lamentó Rafael Hernando. "No nos lo merecemos", repitieron a coro cargos populares. Íñigo de la Serna, Alfonso Dastis y Román Escolano se despidieron de la Cámara, al no ser diputados.

Muchos en el PP observaron claramente un fin de ciclo. "¿Rajoy sentándose en la zona de la oposición? ¿Siendo de nuevo candidato? No lo creo", apuntó un diputado. Lo primero, según varios barones consultados por este diario, será escucharle, conocer de primera mano su plan. "Hay que mantener la calma", insistieron, pero "también hablar de todo". La percepción mayoritaria es que Rajoy debería de pilotar un periodo de renovación para evitar que todo salte por los aires y después marcharse. "La guerra podría ser total", según las fuentes consultadas.

"Vamos a escuchar y a conocer cuál es la opinión del presidente, que me parece determinante", afirmó Alberto Núñez-Feijóo, el mejor situado para sustituir a Rajoy. Ganó por mayoría absoluta las últimas elecciones gallegas y controla la estructura regional del partido. "Estoy a disposición de Galicia y del partido, pero de Galicia", contestó en relación a su futuro político. Santamaría también está en las quinielas, pero en el propio partido recordaron su enemistad con María Dolores de Cospedal, que además de secretaria general es presidenta del PP de Castilla-La Mancha. "Soraya en el partido no es nada, no ha sido candidata de nada", expuso uno de sus críticos.

En el PP vieron un nuevo ejemplo de ese distanciamiento entre ambas este mismo jueves, en pleno cisma. Al mismo tiempo, Cospedal comparecía en el Escritorio y Santamaría protagonizaba un numeroso corrillo en el pasillos de la Cámara. Con la primera, Juan Ignacio Zoido y Dolors Montserrat. Con la segunda, Fernando Martínez-Maillo. No aparecieron juntas en ningún momento de la crisis.

Mientras, desde Génova avisaron de que no hay que esperar cambios drásticos, inmediatos. Aunque "hay que poner en orden" el Grupo Popular, según las fuentes consultadas. Y luego habrá también que acordar las candidaturas para las elecciones locales, autonómicas y europeas. "Nuestra tarea fundamental es levantarnos. Hemos tenido un tropiezo, nos han echado, pero vamos a seguir siendo ese partido responsable que piensa en España", dijo Hernando, que ya avanzó que harán una oposición muy dura con el PSOE y sus socios de investidura. "El Gobierno de Sánchez va a ser un horror, y por eso una oportunidad para nosotros. Ahora todos los que querían que el PP se marcharse están asustados", interpretó un líder autonómico. Génova también se prepara para criticar con dureza a Ciudadanos.

Así las cosas, con el PP en estado de ebullición, a la expectativa, Rajoy se marchó rumbo a Moncloa a terminar de prepararlo todo para regresar junto a su familia a su casa de Aravaca. No hizo declaraciones a los periodistas. "Por supuesto que no está siendo fácil para él, tiene que sobreponerse", dijo uno de los diputados que se acercó para darle ánimos. Su escaño vacío fue demoledor para el ánimo de los suyos. Hubo incluso quien creyó dentro del partido que acabaría rectificando y dimitiría en el último momento. Pero se consumó la moción y cayó el hombre de piel de rinoceronte, como le definió Angela Merkel. "Gracias presidente, estamos orgullosos del PP", proclamó oficialmente el partido.

¿Así que "La guerra podría ser total"? ¿Pero no decían que había unidad, que todos eran una piña? Y eso de que como el nuevo gobierno va ser un desastre eso "nos dará una oportunidad"... ¿Pero esta gente ha pensado alguna vez en España y en los españoles, o sólo en sus propias "oportunidades"?
Lo que viene no era deseable, y mucho menos sin haber pasado por las urnas, pero el descalabro del PP y de Rajoy se lo han trabajado ellos solos. Y muchos se lo llevábamos avisando desde hace mucho. Se han cargado al PP y han puesto a España a los pies de los caballos. Menudo legado.
Y encima su líder, en vez de mantener el tipo por decoro, respeto a sus votantes, al Parlamento y a España, se refugió tras una botella de whisky. Puede que ese final haya sido el más adecuado para el personaje, pero es indigno de un Presidente del Gobierno de España.