Es tan burdo que avergüenza. El anuncio de Sánchez de que "la curva" se va a suavizar no responde más que a un intento de enmascarar el tremendo incremento de casos en Madrid derivados de la manifestación del 8M y, además, de otros eventos que no se suspendieron por culpa de que desde el Gobierno se alentaba a salir a dicha manifestación, con lo que extendió la falsa impresión de que no había riesgo alguno.
Hasta el Dr. Simón ha tenido que dejar caer que los datos de hoy, en donde el crecimiento de casos nuevos se desacelera, están en alguna medida distorsionados por el cambio de criterio en la aplicación de test de detección. Imputa ese descenso en la realización de test, que va en contra de la recomendación de la OMS, a "cuestiones logísticas".
No creo que sea cierto, pues sería homicida que no se hubiera previsto la logística necesaria, sino que es debido a cuestiones de marketing para maquillar de la gravedad del asunto. A lo que se suma esa pregunta que se le hacía, sin saber de dónde procedía, sobre qué opinaba del comunicado de la Casa Real sobre la ruptura del Rey con su padre, en otro burdo intento de crear una cortina de humo que tape la responsabilidad dolosa por permitir y alentar lo del 8M.
Y lo digo por el "anuncio" de Sánchez sobre esa suavización inmediata de "la curva". Pero han elegido mal día para comenzar con ese maquillaje de datos, pues el tremendo incremento de muertos en Madrid ha disparado el porcentaje de estos respecto al de infectados. Lo que no tranquiliza precisamente por muchas peregrinas explicaciones que se intenten dar.
Por ello, y a la vista de lo inútil del intento, Simón ha tenido que decir que el no cumplir con las recomendaciones de la OMS, sobre aumentar el número de test ampliándolos incluso a personas sin síntomas, se debe a que no tenemos test suficientes. Lo que tampoco tranquiliza por la falta de previsión que supone este hecho.
Aquí se han cometido muchos errores, como bien ha dicho Sánchez, pero no todos se han cometido como consecuencia de la falta de experiencia sobre el coronavirus. Los errores más graves se refieren a decisiones políticas tomadas anteponiendo intereses políticos a los sanitarios y obviando los avisos de instituciones científicas sobre el riesgo de las aglomeraciones.
Esos errores tienen sus responsables y ya no tienen forma de corregirse, por lo que mejor no intentar taparlos con nuevos errores. Sería otro error.