El chulo del barrio.

La caradura de este elemento es como para sentarlo en el banquillo. Ellos han llamado claramente a sus secuaces a impedir que Vox pudiera siquiera hablar. Es lo clásico del comunismo, acusar a los demás de lo que él hace.
Los vecinos de Vallecas fueron agredidos a pedradas por los secuaces de este malnacido, eso es lo que se ha visto en los vídeos, no al revés. Él sí congregó a esos animales anti demócratas para acallar a Vox porque él ha decidido que son ultraderecha y fascistas; él solo, así porque le da la gana. En Europa lo que se rechaza es el comunismo, cuyo partido está prohibido en más de un país de la Unión.
Debiera ser procesado por sembrar y propagar el odio y por alentar altercados de orden público. Es un agitador profesional peligroso que intenta revivir aquel movimiento terrorista al que perteneció su padre y que acudía con cuchillos a sus últimas concentraciones en el 73, con resultado de muerte de un policía por cierto. Debiera ser sentado en el banquillo por la Fiscalía y su partido ilegalizado por fomentar el odio y el enfrentamiento violento. Y sin embargo la Fiscalía actúa como su abogado defensor y su partido forma parte del Gobierno. Lo que no sólo no nos acerca a Europa sino que nos hace retroceder al 36 del siglo pasado.