viernes, 22 de marzo de 2024

El colmo de la desvergüenza.



Siete minutos ha dedicado hoy Sánchez, desde Bruselas, a pedir la dimisión de Ayuso porque defendió la honestidad de su novio y ahora ha sido imputado por un presunto delito fiscal.
Resulta que Sánchez defendió la honestidad y honorabilidad de Chaves y Griñán y luego no sólo fueron imputados sino condenados.
Si defender a alguien que ha sido imputado es motivo de dimisión, ¿qué pasa con quien defiende a alguien que luego resulta condenado? Y no sólo eso, Sánchez los siguió defendiendo después de ser condenados diciendo que pagaron justos por pecadores, en lo que parecería indicar que los jueces prevaricaron.
María Jesús Montero, Vicepresidenta Primera y Ministra de Hacienda, dejó a la SEPI sin presidente más de 500 días defendiendo a su amigo e imputado presidente, guardándole el puesto por si lo desimputaban. Lo volvieron a imputar.
Pilar Alegría defendió al alcalde socialista de Ibiza ya imputado, y que a pesar de ello se presentó a las elecciones porque era "honesto".
Noelia Posse, del PSOE de Madrid y entonces Alcaldesa de Móstoles, fue imputada, pero seguía siendo honesta hasta la apertura de juicio oral según Lobato. Luego se le ha atragantado el tema hasta pedir su expulsión del partido.
Y así más... Pero jamás se pidió la dimisión de estos defensores.

Pero Ayuso defendió la honestidad de su novio y, según el sanchismo, tiene que dimitir porque lo han imputado. Desvergüenza es poco para esta banda de jueces de la horca con dos varas de medir.

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