Otra cursilería: política del "amor y de los afectos"

Además de cursi es imbécil funcional, no hay más que oírla. Y, desde luego, es indigna de gobernar España quien se dedica a insultar a todo un pueblo amigo, a la democracia que eligió a su Presidente, y al más mínimo sentido de la educación. Aquí dirigiéndose a esas organizaciones que viven de la subvención porque existen problemas que dicen querer paliar, pero que nunca lo harán por no perder esa subvención de la que viven.

Milei es un Jefe de Estado, por encima de un Presidente de Gobierno o de un Primer Ministro; su equivalente en España es el Rey. Y lo es de un país amigo, donde residen medio millón de españoles, al tiempo que 400.000 argentinos residen entre nosotros. Y esta cursi activista bocazas no ha sido elegida más que por cuatro gatos y el dedo de Sánchez. Además de que no hace más que cosechar rechazo en todas las elecciones que últimamente se han producido.

Este tipo de descerebradas declaraciones, que sí denotan odio hacia quien ha derrotado democráticamente la corrupción de sus amigos kirchneristas, unidas al hecho de su adhesión al terrorismo de Hamás, haciendo gala de un despreciable antisemitismo, nos está dejando internacionalmente al nivel del fango; ese fango que tanto menciona Sánchez mientras no hace más que chapotear en él repitiendo sin parar que son otros quienes lo fabrican.

Tanto es así que la tan anunciada decisión de reconocer a Palestina como estado (cuando quien manda en esa región es una banda terrorista financiada por Irán y por un grupo de países, entre los que nos encontramos, que aportan un dinero, supuestamente como ayuda humanitaria, sin controlar a lo que va destinado) se ha atrasado a la vista del nulo apoyo internacional a la menguante figura del autócrata que se ha hecho fuerte en el poder gracias a delincuentes a quienes perdona.

Una vergüenza y un atentado a la diplomacia.