La miserable actitud de la izquierda madrileña en su constante obsesión contra Ayuso y en su intento de que la calle sustituya a las urnas, además de seguir emperrada en acusar a la Presidenta de lo que todo tipo de instancias judiciales han dicho que no existe, ha logrado que la distancia entre PP y PSOE, que en España es de 4 puntos, en Madrid sea de 12.
Ahora andan intentando culpar de ello a la M-30 y al cuñado de Popeye, poco menos, cuando no hay más que leer y escuchar a los líderes de esa izquierda para darse cuenta del porqué de su fracaso. Pero da igual, siguen inaccesibles al desaliento y sin reconocer sus errores y carencias. Lo que es todo un seguro para la permanencia de Ayuso y de su PP madrileño.
Si el resto del PP decidiera copiarlo, otro gallo cantaría, pero para ello hay algo absolutamente indispensable: expulsar del partido a quienes se confabularon con Sánchez contra Ayuso. Y desbancar de sus cargos a quienes les apoyaron. Ese tipo de miseria moral no es aval para generar confianza.
Sin eso, la distancia entre el éxito del PP en Madrid y en el resto de España seguirá aumentando para mal. ¿No se da cuenta el PP del motivo de la fijación de Sánchez contra Ayuso, a la que ataca en cualquier ocasión, institución o lugar en la que se acerca a un micrófono?
Repito, no hay más que leer, ver y escuchar las declaraciones de los líderes de la izquierda madrileña para explicar su fracaso en las elecciones.
Y no se bajan del burro.
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