Descarada utilización y apropiación de lo que no debiera de salir del ámbito de la intimidad personal. Aunque no tanto, eso del lobby LGTB siempre fue un invento de la izquierda.
Y desde luego, que todo eso no es gratis; está bien subvencionado con dinero de todos.
Según la banda, fuera de la izquierda no hay ni homosexuales ni mujeres, sino sólo machismo. Y fascismo, claro; olvidando que éste es un movimiento que nació del socialismo. Es la enfermedad de la estupidez, la ignorancia y de la antidemocracia; pero, eso sí, al grito de democracia. Pero es igual de falso que el grito de "¡Palestina!", pues ni son demócratas ni en Palestina se permite el "orgullo".
Lo de las camisetas del Ché ya es de traca; un tipo que encerraba a los homosexuales en centros de trabajo forzado bajo el lema de "el trabajo os hará hombres". A otros los fusiló.
A la que no veo es a Dolores Delgado, esa que llamaba maricón a Marlaska. Lo demás, está a la vista: un carnaval y mucho putiferio. Orgullo, dicen. Y Ayuso dimisión, para variar.
Los excesos producen rechazo y reacciones en contra. Esta gente puede estar poniendo en peligro los avances que los homosexuales han logrado en su vida cotidiana, en la que, sin exhibiciones innecesarias han logrado llevar con normalidad sus vidas privadas, preferencias sexuales y legalizar sus uniones. Así como el respeto generalizado.
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