Lo grave es la falsedad absoluta sobre lo que dicen y lo que hacen, sobre lo que legislan para que se haga y lo que tapan para que esa legislación no afecte a uno de los suyos. Lo grave es constatar que todo ese discurso era puro teatro y postureo para beneficio político al engañar a quienes luego les votaban creyéndose la patraña.
Lo grave es la tomadura de pelo de todos ellos a todos los demás. Ahora andan enzarzados entre ellos, pero no por lo que haya hecho Errejón sino por lo que no han hecho ellos sabiéndolo. Y por una lucha de poder que emprende Podemos para recuperar lo perdido y vengarse de los disidentes que los han sacado de primera línea. Es la venganza leninista de Iglesias, que pretende volver y a quien le sobran todos los que le hicieron sombra y pupa. Desde Sumar a Mas Madrid, pasando por quienes desde el PSOE y el Gobierno le empujaron para que cerrase la puerta por fuera después de que su machismo no pudo con Ayuso. Y ahí están tanto políticos como periodistas. Incluyendo a los incondicionales que perdonan todo, si lo hacen los suyos. Y a quienes se benefician del apoyo de esa chusma para mantenerse en el poder.
Eso es lo grave. Pero lo más grave es que, gane quien gane esta lucha fratricida al modo leninista, Sánchez seguirá recibiendo su apoyo. A no ser que la venganza de Iglesias quiera cebarse con él si no le ofrece lo que pida.
Y todo eso sin olvidar la gravedad de que a alguien se le pueda crucificar por unas denuncias que no son tales, pues no son otra cosa que calumnias recopiladas por una supuesta periodista del show político televisivo, a la que hasta su red social bloqueó su cuenta por lo extraño del comportamiento de la misma, aunque se la volvió a desbloquear por la presión de los ruidos en la red. Como digo, con esos mimbres y una denucia real que huele a "vete a saber cuánto costó", es grave que se crucifique a alguien en linchamiento público y sin derecho a defensa; aunque ese alguien sea Errejón, que estaba encantado con eso siempre que le afectara a otros. Sin olvidar que él, en un caso similar, hubiera pedido la detención inmediata del señalado. Y mira, a él no lo han detenido; y si lo hubieran hecho habría sido otro abuso, pues no es delito in fragranti, sino de hace tres años en los que la denunciante siguió manteniendo risas con él a través de las redes sociales. Al menos eso es lo públicamente constatable, que vaya usted a saber habida cuenta de lo que parece esa actriz. O el papel por el que le hayan contratado.
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