El asesino saldrá a la calle.
Ya lo dije. Lo ponen en la calle. No se ha arrepentido de sus veinticinco asesinatos. Se alimenta con las caras de dolor de los familiares de sus víctimas. Continúa con sus amenazas. Pero saldrá a la calle dentro de muy poco, pues ahora depende de Instituciones Penitenciarias; o lo que es lo mismo y repito: lo pondrán en libertad.
A partir de ahora veremos a ver con qué autoridad moral se podrá exigir a alguien que acepte una sentencia judicial que le perjudique en algo. El Supremo ha reducido la pena que se le ha impuesto a este terrorista de 12 a tres años, uno menos incluso de lo que quería el fiscal. Con lo que tiene cumplido es seguro que lo ponen en la calle.
Y es que ya se sabe: según Zapatero es un hombre de paz. Aquí los peligrosos son las víctimas del terrorismo, y el PP, claro. El pago exigido por la ETA a Zapatero se realizará. Y además dirán que el gobierno no tiene nada que ver con el asunto. Que es cosa de los tribunales. Y habrá quien se lo crea.
Es evidente que en España no existe la justicia para las víctimas del terrorismo. O se cambian de una puñetera vez las leyes o habrá que anticiparse a los terroristas para convertirlos en víctimas antes de que sean ellos los que generen más víctimas sin posibilidad de que se les haga justicia.
Pero lo que está claro es que el PSOE está encantado con poner en la calle a un hijo de puta asesino que no se ha arrepentido en absoluto. Menudos hijos de puta.
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