Un presidente sin credibilidad

El cinismo de Zapatero llega a máximos.

No ha puesto en marcha el mecanismo para ilegalizar a ANV. Ha dado por bueno una tremenda mentira que se han tragado dócilmente sus seguidores. Cuando dicen que el Supremo ha dado el visto bueno a las listas que se han presentado de dicho partido, no hacen más que mentir. El Supremo se pronunció sobre lo único sobre lo que se pudo pronunciar, que no era otra cosa que las listas que el Gobierno decidió impugnar. Sobre el resto no se pudo pronunciar por la sencilla razón de que no se le pidió que se pronunciara.

Sobre la legalidad o no de ANV ni siquiera han podido discutir los tribunales pues el Gobierno se ha negado a proponerlo. Y resulta que según la Ley de Partidos es el Gobierno quien tiene que propugnarlo, no se puede producir de oficio.

Por lo tanto, ANV y los etarras que han sido elegidos están ahí gracias a Zapatero. Y no quiere desbancarlos porque no ha perdido la esperanza de seguir negociando con los que el considera los buenos de ETA. La persistencia en el error es cualquier cosa menos inteligente, con lo que asistimos a otra mentira más, pues lo que decían es que ahora iban a actuar inteligentemente.

Cada vez es más evidente que con Zapatero no hay inteligencia sino marrullería, pactos secretos y componendas; además de traiciones, que han sufrido hasta los de su misma cuerda. Léase Maragall o Simancas. La apariencia de acuerdo es absolutamente fantasiosa; no es cierta. Se trata de esconder la basura bajo la alfombra, pero la basura persiste aunque tapada. Este fin de semana asistiremos a su aparición de nuevo con la toma de posesión y la constitución de los organismos autonómicos y municipales.

Desgraciadamente, la credibilidad de Zapatero es absolutamente nula. Y se mueve gracias a apoyos comprados a cambio de prebendas. Despreciable miseria.