Entre la situación económica que nos ocultaban, y la genuflexión de la oposición, estos cuatro años van a ser de los de salir corriendo.
Más de lo mismo en el Gobierno. Nada de corregir errores, en absoluto. Hasta repiten la ministra de los socavones y el de injusticia. Al frente de la economía, el mismo que se la ha cargado. El que sigue mintiendo sobre el crecimiento previsto. Claro que podría haber sido peor, pues además de a Sebastián, Zapatero podía haber nombrado ministro a Pepiño. Aunque esto último hubiera sido muy bueno para el PSOE.
Con tres millones -¡tres!- de viviendas vacías y un millón en venta, la construcción de nuevas viviendas caerá a la mitad y como consecuencia es muy posible que en cuatro meses haya 400.000 parados más. Parados sin alta cualificación, además. Ni la industria ni el sector servicios están en disposición de absorber a dicha mano de obra. Zapatero dijo que tratará de recolocarlos, pero dijo que lo haría en I+D+C. ¡Dijo que recolocaría a obreros de baja cualificación en el sector que requiere la más alta de las cualificaciones! ¿Como lo hará? Pues de ninguna forma, claro, pero ahí queda lo dicho. Y le da igual, por supuesto. Y los sindicatos a callar que para eso cobran.
La Comunidad de Madrid sigue siendo el motor de la economía y de la creación de empleo, y a ello ayudará la nueva ley de horarios comerciales, que liberaliza el comercio. Claro que no puede hacer que se abran todos los domingos si el comerciante quiere, pues una ley Estatal lo impide y no permite más que veinte festivos al año de apertura. Al margen de lo que esto beneficiará al consumidor, pues podrá realizar sus compras en horarios que le vienen mejor a causa de su trabajo, está que ello necesariamente conllevará la creación de más puestos de trabajo. Cierto que muchas pequeñas empresas no podrán o no querrán hacerlo, pues el costo laboral es elevado y la presión sindical insoportable para muchas pequeñas empresas, pero en general esta medida impulsará la economía.
Para quienes desde la izquierda se oponen a ella y niegan que eso genere empleo, nada más recordarles -bueno, informarles, pues el verbo recordar implica que ese conocimiento ya lo tenían, y mucho me temo que no es cierto, pues no son conocimientos precisamente lo que abunda entre ellos- de que la anterior liberalización de horarios comerciales la realizó la Ley de Boyer, en el gobierno socialista de Felipe Gonzáles, y generó una aumento del empleo en dicho sector del 20%. ¿Para cuando la banca se sumará a esta liberalización de horarios que beneficia al consumidor? Pues no parece que lo pueda hacer precisamente por culpa de los sindicatos, muy apegados al conservadurismo en los puestos de trabajo que más prebendas tienen. La distancia entre los que más tienen y los que menos, cada vez se amplía más, incluso en la calidad de los puestos de trabajo.
Y a todo ello, la oposición mirándose el ombligo y dedicada a peleas cainitas, encabezadas como no podía ser menos por el que siempre dije que dividiría a la derecha y acabaría con el PP, tal como su padre ya hizo en tiempos. Me refiero al Faraón, ¡cómo no! ¡Huy, perdón, a Gallardón, digo! Pero eso da para otro post.
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