Sonrisas en la sala.

Esta tarde la sala de espera estaba llena de amigos, compañeros y familia. A rebosar. Se respiraba optimismo. Cuando han empezado las visitas la doctora del reiki estaba en ello y dijo que habías movido una pierna "bastante". No sé que significa ese bastante para ella, pero es muchísimo para los que esperamos ver apenas un pequeño movimiento. Claro que no se sabe si hay algo de voluntario en dicho movimiento, pero durante la visita has movido la mandíbula y tienes la boca un poco más cerrada. Sigues con los bostezos, y es cierto que parece que escuchas lo que se te dice.

Por eso no paramos de contarte de todo, y de informarte de todos los que vienen a apoyarte, a enviar sus deseos y su energía, porque es imposible que todos puedan pasar a verte. Y siempre hay caras nuevas. Ya sé que para tí serán caras familiares, pero para nosotros, tu familia, son caras nuevas que nos hacen compañía, te dan su apoyo, y nos confortan al saberte tan apreciada. Tu libro blanco está ya a rebosar de escritos. Y de fotos. Y de cariño.

He sabido que la médico que se mostraba tan pesimista, hoy ha ampliado el margen. Ha pasado de creer que "no salías" a decir que "si en un plazo de tres a seis meses no despiertas...". Largo nos lo fía. Esperamos que mucho antes regreses.

Tendrías que ver con qué afecto nos saludamos todos y como las despedidas son como las de una gran familia. Una amiga tuya que no te veía desde pequeña, desde el colegio, y que no conocía a nadie, ha entrado a verte. Ha salido mareada y enseguida la hemos arropado. A los dos minutos ya estaba alegre, como una más. Como si conociera a los demás desde hace tiempo.

Y esa corriente de afecto, de familiaridad, la generas tú, Bea. Así que no tardes en volver con nosotros.