Ya son 119 los identificados. Ya se van yendo con sus familiares y volviendo a su dolor privado los que han estado compartiendo tragedia. Recuperando su privacidad, retornando a sus hogares, volviendo a la vida... Una vida que ya no será compartida con quienes la perdieron en el fatídico accidente.
Ahora se percibe un poco más la soledad. Los afectos surgidos con quienes compartes tragedia se producen de forma eleatoria, no escogida, por simple cercanía física. Algunos nos conocimos ya en las salas en donde nos agruparon por apellidos allí en el IFEMA, hace mil años. Otros, porque compartimos mesa alguna vez. Y otros porque existen nexos comunes por ser de lugares en donde casi todos se conocen.
Los que recuperan a su familiar tras ser identificado, vuelven a sus lugares de origen. Paradójicamente todos nos alegramos y felicitamos cada vez que ocurre. Desde fuera, o en otras circunstancias, parecería de locos felicitarse por ello, por la identificación de un miembro de nuestra familia, por la constancia de que ha muerto. Pero la felicitación es porque ya pueden recuperar su dolor en intimidad, porque ya saben donde está su ser querido, porque ha dejado de ser un cuerpo anónimo y solo. Porque ya pueden abrazarse y llorar sobre un ataúd, sobre algo tangible, sobre los restos que ya saben cercanos.
Los que seguimos aquí y aún no habíamos tenido roce, nos miramos como si descubriéramos a nuevos parientes, a nuevos compañeros de dolor. Ahora es con ellos con quienes compartiremos esta espera. Y con quienes trabajan aquí para facilitárnosla. Ellos son nuestro consuelo, nuestros compañeros de dolor, los que nos entienden por extrañas que puedan ser nuestras reacciones. Ya han hecho suya nuestra tragedia, ya forman parte de nuestras vidas. Y nunca podremos agradecérselo lo suficiente.
" Aprenderás que no importa en cuantos pedazos tu corazón se partió, el mundo no se detiene para que lo arregles.
ResponderEliminarAprenderás que el tiempo no es algo que pueda volver hacia atrás, por lo tanto, debes cultivar tu propio jardín y decorar tu alma en vez de esperar que alguien te traiga flores .
Entonces y sólo entonces sabrás realmente lo que puedes soportar, que eres fuerte y que podrás ir mucho más lejos de lo que pensabas, cuando creías que no se podía más.
Es que la vida vale cuando tienes el valor de enfrentarla".( William Shakespeare.)
Desde aqui mi apoyo a las familias que llevan tantos dias sin descansar. Estoy de corazon contigo en esta larga espera.
Un fuerte y sentido abrazo