miércoles, 1 de noviembre de 2017

El gran bluf.


Este paranoico que ya más parece esquizofrénico, y que ve espías por todos lados, no es más que un cobarde que va a hacer daño a España, y por tanto a Cataluña, intentando presentarnos como una república bananera. Justo la que él quiere para su región de la que se cree Emperador absoluto. Piensa que así a lo mejor coacciona al Estado para que sea benevolente con él y le perdone a cambio de no ser revoltoso.

La parte buena es que ha desprestigiado el procés; la mala, que desprestigia a España por haberlo permitido. No parece que los inversores confíen mucho en un país ingobernable, ni siquiera si se vuelve a una "normalidad" democrática que ha permitido eso y que parece que va a permitir que se presenten a las elecciones -e incluso las ganen- los mismo que han provocado esa inseguridad jurídca que hace huir a las empresas.

Que este chalado siga haciendo ruido fuera de nuestras fronteras no ayuda. Como tampoco ayuda a Europa. Así que si el Gobierno de Rajoy no es capaz de controlar esto, a lo mejor deberían echarnos una mano y llamar al orden al Gobierno para evitar el contagio de esta esquizofrenia nacionalista a otras regiones europeas.

El milagro español está quedando en el bluf español. Y lo digo con todo el dolor de mi corazón, y de mi bolsillo.