jueves, 17 de octubre de 2019

Estupidez constitucionalizada.


La sentencia ha desatado la estupidez generalizada, que más parece constitucionalizada. Entre decir que lo que pasó hace dos años en Cataluña fue sólo un sueño, una chorrada que sólo alteró el orden público, entre eso y la convocatoria de varias manifestaciones para protestar por la violencia, y no por la alteración del orden constitucional que la desata, que lo que sí hacen bien es evidenciar la total falta de unidad entre los que se dicen constitucionalistas pero aceptan que en Cataluña no se ataca a la Constitución. Estre aquello, esto y lo de más allá, la estupidez reluce triunfante.

No fue estupidez lo que hizo que el Rey tuviera que intervenir y que eso lograra la reacción de muchísimos españoles que salieron a la calle para exigir que se respetara y acatara la Constitución. No fue un sueño. Ni fue un problema de orden público, que también, fue un ataque a las reglas de juego. Fue un intento Institucional de eliminar la vigencia de la Constitución, la monarquía y la unidad de España. Y ese ataque derivó en una alteración de orden público.

El Supremo se ha lucido anteponiendo la unanimidad en la sentencia a que la sentencia sea justa. Y eso ha sido posible gracias a la estupidez generalizada que será capaz de ascender a Presidente del Tribunal Supremo a quien ha desprestigiado definitivamente al Tribunal Supremo. Recuerda lo de Gómez Bermúdez y su sentencia sobre el 11M que le supuso ser ascendido a la Presidencia de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, cargo en el que fue luego sustituído por Marlaska y que da la medida de en qué manos está la justicia. Gómez Bermúdez acabó saliendo en los papeles de Wikileaks. Marchena se autodescartó en su momento para Presidir el CSPJ aludiendo a su independencia. Ahora se apunta a recibir el premio por los servicios prestados.., a la política.

Tanta es la estupidez que ahora hay quienes se creen que los mismos que han alentado que salga la gente a la calle a protestar contra la liviana sentencia, tachándola de cruel, pues como digo ahora se creen que esos luchan contra la violencia. Esos que han hecho un llamamiento a las brigadas internacionales que han surtido de expertos en algaradas y en quemar la calle a esos cafres, a sueldo pagado con nuestros impuestos, ahora resulta que son los que están contra la violencia. Y para ello han alentado a los provocadores al tiempo que han lanzado a la policía contra ellos, claro. Esa evidencia sólo puede taparse por la estupidez generalizada que se traga cualquier sapo porque le dicen que es una hamburguesa. Y si hay sangre, dirán que es ketchup.