Sánchez no tiene el nivel de aquellos artífices de la transición a los que se refiere Luis Herrero en su documentado artículo. Y ha confundido el silencio de quienes aceptaron esa reconciliación con un asentimiento a su descerebrado intento de revancha y de cargarse aquel perdón mutuo de la transición.
Y ha confundido otra cosa: Franco venció al PSOE, no a España. Y que quienes ayudaron a esa victoria, y sus herederos ideológicos, aceptaron la reconciliación, no la derrota. Y olvidó otra cosa importantísima, que la mayoría de los españoles hace mucho que están a otra cosa, muchos de ellos porque ni la vivieron y otros muchos porque no quieren remover errores que hagan repetir tragedias compartidas.
Él ha removido fantasmas y desenterrado rencores en quienes no tienen memoria de nada de eso ni conocen la Historia más que a través de consignas de partido. Y ha despertado al monstruo de la división y el enfrentamiento. No contaba con que quienes guardaban silencio sin ser partidarios de unos bandos que ya olvidaron, hablarían de lo que saben y señalarían la traicionera tropelía de quienes han roto todo eso creyendo lograr unos votos. Ojalá y se les vuelva al revés, pues un gobernante que, diciendo que busca concordia, lo que despierta son viejos rencores y enfrentamientos en la sociedad, se declara a sí mismo como un peligro para esa sociedad y su paz social. Algo imprescindible para que esa sociedad progrese en paz.
Y ha confundido otra cosa: Franco venció al PSOE, no a España. Y que quienes ayudaron a esa victoria, y sus herederos ideológicos, aceptaron la reconciliación, no la derrota. Y olvidó otra cosa importantísima, que la mayoría de los españoles hace mucho que están a otra cosa, muchos de ellos porque ni la vivieron y otros muchos porque no quieren remover errores que hagan repetir tragedias compartidas.
Él ha removido fantasmas y desenterrado rencores en quienes no tienen memoria de nada de eso ni conocen la Historia más que a través de consignas de partido. Y ha despertado al monstruo de la división y el enfrentamiento. No contaba con que quienes guardaban silencio sin ser partidarios de unos bandos que ya olvidaron, hablarían de lo que saben y señalarían la traicionera tropelía de quienes han roto todo eso creyendo lograr unos votos. Ojalá y se les vuelva al revés, pues un gobernante que, diciendo que busca concordia, lo que despierta son viejos rencores y enfrentamientos en la sociedad, se declara a sí mismo como un peligro para esa sociedad y su paz social. Algo imprescindible para que esa sociedad progrese en paz.