¿No se han parado a pensar el furibundo ataque y las descalificaciones que pueden recibir de darse un contagio allí? Por no mencionar que eso anularía cualquier crítica hacia las concentraciones y manifestaciones permitidas por el Gobierno en las que se pueda dar algún caso.
El marketing político no es algo a despreciar, sobre todo cuando lo padecen contra ellos todos los días. Suspender el acto y emitir por streaming las intervenciones no tiene el mismo eco, ni efectividad, que aconsejar no acudir a las personas de riesgo. Eso es pose, y una pose no es una demostración de decisión firme.