sábado, 21 de marzo de 2020

Lavado de cara inútil.


Sánchez sale tan sólo a hacerse un lavado de cara, a decir que los demás también se han equivocado, pero no pide disculpas por los errores ni tampoco dice cuales han sido.

Comparece para que se le vea, nada más, no dice nada nuevo. Lo que sí dice es que siempre han actuado siguiendo las estrategias e indicaciones de la OMS.

Vamos a ver, Sánchez, ¿qué instrucción o estrategia de la OMS aconsejó como no peligroso la convocatoria de la manifestación del 8M? Porque si es verdad que seguísteis sus indicaciones, exijo ver la que se refiere a eso. Por aquello de hacerles corresponsables del desastre, de ser cierto.

Aunque me parece que lo que aconsejó el día 2 fue todo lo contrario. En lo que también coincidió la recomendación de la agencia europea de la salud el día 3. Yo puedo exponer esas instrucciones, ¿Puedes tú exponer las que dices?

Y lo que también dice es lo bien que funcionan varios servicios. Lo que de verdad sí me preocupa, pues cada vez que presume de algo, ese algo se descalabra.

Un pobre y patético mitin sin fuerza ni credibilidad. No transmite confianza, esa actitud lacrimógena y más propia del sermón de un predicador, no anima. Podría haberse ahorrado la comparecencia, nos habría evitado el bochorno.

Vuelve a hablar de los tests. Un millón. Cuando lo vea. No hay líder, no hay autoridad, no hay confianza, no hay firmeza, no hay nadie al mando.