miércoles, 28 de octubre de 2020

Los adivinos.


Resulta que nuestros políticos, asesorados por fantasmales expertos, no saben predecir lo que va a pasar en una semana pero su atreven a hacerlo con lo que va a pasar en seis, cuatro o dos meses.

Las medidas sanitarias para frenar al virus tendrán que adecuarse a la evolución de la epidemia, digo yo, y no a conveniencias políticas. Si el toque de queda hace dos días era, según no sé que expertos, una medida absolutamente imprescindible, ¿porqué el Gobierno la retira a los dos días y la deja al albur de las CCAA?
Si la situación de hoy aconseja unas medidas que impliquen confinarnos, ¿qué sabe nadie cómo estaremos dentro de unos meses? 

Dice el PP que dentro de dos meses hay que retirarlas para salvar las Navidades, pero ¿y si la situación está peor y el suspender las medidas condena a más gente a enfermar? ¿Cómo sabe Sánchez si en seis meses se podrán retirar? ¿Y quién le acaba de decir que en cuatro meses también?

Aquí estamos ante cálculos políticos, no sanitarios. Y ante adivinos que no son capaces de adivinar si mañana va a llover. Y se están tomando medidas políticas con la excusa de dar cobertura legal a medidas sanitarias. Todo el mundo anda haciendo cálculos electorales, pero yo no he visto cálculos científicos sobre el progreso de la epidemia. Ni tampoco veo a los científicos a los que se dice consultar. Y, por supuesto, no considero científicos ni a Illa ni a Simón. El primero, porque no tiene formación para ello, y el segundo porque, de tenerla, se la salta por conveniencias políticas.

Pero esas medidas políticas permiten que se gobierne al margen del Parlamento y a golpe de decreto, como en cualquier dictadura, cosa que no sucede en los países de nuestro entorno que sí legislaron para no necesitar ese tipo de medidas excepcionales de carácter general y tienen leyes que permiten restringir la movilidad por catástrofes sanitarias como la actual, sin suspender la democracia.

Históricamente el comunismo se ha servido de grandes catástrofes para implantarse, a veces provocadas por ellos mismos. Los comunistas no hacen más que presentarse como demócratas y de hablar de democracia para usarla hasta llegar al poder y poder acabar con ella. Aquí tenemos una gran catástrofe y a comunistas, haciéndose pasar por demócratas, en el Gobierno que está presidido por alguien que no se mueve por principios ideológicos sino por tacticismo para seguir en el poder. Y se aplica un Estado de Alarma que suspende de facto la democracia paralizando el Parlamento ¿Qué puede salir mal?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si no quiere comentar como usuario de Facebook puede comentar aquí con su ID de Google o de cualquier otro modo.