¿Pero existe el Estado?

Un Gobierno sustentado por quienes no quieren que exista España impide que España funcione como un estado único. Lo que Mazón (Presidente de la Comunidad Autónoma Valenciana) está pidiendo es que el Estado funcione, mientras Sánchez se empeña en lo contrario. Quienes pagamos las consecuencias somos los mismos que pagamos a este desgobierno que está usando los recursos del estado como si fueran suyos y no del pueblo que los paga.
Estamos ante una clara dejación de funciones del Gobierno empeñado en cargarse el Estado para convertirlo en un estado confederado por la puerta de atrás. O sea, utilizar la tragedia para sus fines, lo típico de la extrema izquierda en la Historia del mundo. Nada nuevo.
Pero aquí hay muertos, aquí la gente ha tenido que salir a ayudar a quienes se quedaron solos ante la tragedia porque Sánchez está jugando con lo más básico de las necesidades humanas.
Lo que ha solicitado Mazón es en definitiva la formación de un Gobierno que funcione porque el existente se empeña en que el Estado sea un ente ajeno a los españoles, al que hay que pedirle de forma sumisa lo que en derecho es de los españoles. Pero que evidencia al tiempo el fracaso del estado.
En situaciones así, de desastres naturales y de tragedias, es cuando el estado se hace necesario, y es en esta situación cuando Sánchez impide que funcione. Si todo es competencia de las CCAA, ¿para qué un Gobierno?
Si el estado funcionara, ahora estaríamos viendo una marea de uniformes españoles ayudando a españoles, en vez de ver a voluntarios supliendo esa falta de presencia. Y es que a los nacionalistas e independentistas no les interesa que se vea esa imagen de unidad. Los muertos les importan sólo para utilizarlos políticamente.
La tragedia ha desvelado que lo que está ocurriendo es otra tragedia que supera la incompetencia, y es que se está usando el desastre y a los muertos con intencionalidad política. Miserables aún más peligrosos que los incompetentes.
La maquinaria del estado está siendo frenada por quienes han puesto en marcha su maquinaria política de manipulación de masas para imponer un cambio de sistema, saltándose lo que el sistema prevé para poder realizar esos cambios.
Hoy el Rey, el Jefe del Estado, va a visitar unas zonas de España en donde se ha demostrado que el Estado no sirve para salvaguardar sus derechos fundamentales. Va a ser una imagen trágica, la de un Jefe de un Estado que se está demostrando inútil e inexistente precisamente en lo que es la base fundamental de un Estado. Hoy será él el objeto de la ira de quienes se ven abandonados por el estado. Urge una reforma constitucional que dote de más contenido al papel del Jefe del Estado. Ahora no es jefe de nada, más que de la Casa Real, o sea, de su casa.
Tenemos un Gobierno mantenido por golpistas que quieren cargarse el estado. Normal que le exijan que el Estado demuestre que no existe. La tragedia no ha hecho más que empezar.
Y cuando el pueblo tiene que asumir el papel que ese pueblo decidió otorgarle al estado para que éste existiera, es que el estado está empezando a no existir. Lo que hará desaparecer la figura del Jefe del Estado, símbolo de su existencia.
Al margen de incompetencias de los diferentes gestores, se está evidenciando que no hay tal incompetencia en quienes están detrás de este plan de demolición programada y que han encontrado en Sánchez el peón ideal para llevarlo a cabo.
Y mientras, españoles desparecidos, gente muriendo entre escombros y coches amontonados o sumergidos, personas que han perdido todo... Y otros españoles voluntarios poniendo en riesgo su propia seguridad para ayudar, intentando suplir la falta de medios porque quien puede enviarlos no los envía.
El mismo que desde la oposición exigía a Rajoy que pisara el barro (en una inundación que parece de juguete comparado con lo de ahora) se atrinchera en Moncloa para que no le manche el traje, como si ese barro fuera de sitios que nada tienen que ver con él.
Recordemos lo que decía entonces.