miércoles, 17 de noviembre de 2010

No sabe, no contesta

El Gobierno se empeña en tapar, e incluso apoyar, a Marruecos en su atropello a los derechos humanos y en la usurpación del papel de potencia administradora del Sahara -que legalmente aún es el nuestro, y que nos convierte en traidores al pueblo saharaui-, amparándose en la falacia de que no tiene datos.

Si tras el tiempo transcurrido tras el ataque marroquí, eso es todo lo que la Ministra de Exteriores tiene que decir al comparecer en el Congreso, entonces podríamos exigir la desaparición de todo el cuerpo diplomático y de las agencias de información estatales, por ineficaces. Pero me temo que no es eso lo que sucede y lo que habría que exigir es la dimisión del Gobierno en pleno, al tiempo que se piden explicaciones al PSOE por su enésimo cambio de posición en lo que eran sus principios inamovibles.

Las declaraciones de la Ministra de Cultura, Gonzáles Sinde, sobre la manifestación de apoyo al pueblo saharaui y de condena a Marruecos, evidencia un sectarismo que va más allá de lo político, y que la descubre tan desconocedora de los derechos de cada cual como de lo que significa la democracia. Dice la Ministra que el hecho de que en dicha manifestación coincidieran los Bardem con González Pons, destacado cargo del partido de la oposición, tendría que darnos que pensar.

A mí lo que me da que pensar es esa actitud antidemocrática que pretende descalificar la protesta tan sólo porque desde el PP también se protesta. Esta visión antidemocrática de la sociedad es lo que nos lleva al increíble ejercicio de acrobacia del Gobierno y al desnorte del PSOE.

Una protesta contra el atropello de los derechos humanos, y por el uso desmedido de la violenecia por parte de un régimen autocrático y dictatotrial, no se puede descalificar por quienes acudan a dicha protesta, ni siquiera aunque entre ellos acudan gentes de ideología contraria a la democracia. Mucho menos si quien asiste pertenece a un partido democrático que, además, es alternativa de gobierno. Le guste o no le guste a esta sectaria Ministra. Y por mucho que le disguste al zapaterismo que los de la Zeja protesten al lado de quienes protestan por un ataque contra los derechos humanos.

Y la llamo sectaria porque actúa sectariamente, no porque sea mujer; no vaya a ser que luego salgan con la eterna cantinela del machismo, como cada vez que se critica lo que hace una mujer en el desempeño de un cargo al que accede por su supuesta capacidad personal, no de género. Lo digo porque este tipo de gente es capaz de convertir en más importante esto que el asunto de fondo que motiva mi comentario.

¿Dónde está el PSOE y sus principios? ¿Dónde sus compromisos con los saharauis? ¿Dónde su defensa de los derechos humanos? ¿Qué le deben a Marruecos para tapar sus más que supuestos atropellos a los derechos humanos y a la legislación internacional? ¿Dónde su adoración por las resoluciones de las Naciones Unidas?

Y sobre todo: ¿qué sabe Marruecos para que el Gobierno le pague con un no sabe no contesta quizá esperando reciprocidad? ¿Cómo se permite que se acuse a la prensa española de inventarse que una intervención pacífica es otra cosa? ¿Tal vez tan sólo porque han muerto unos pobres saharahuis y un español con nombre extranjero?

Ahora Marruecos trata de maquillar lo ocurrido e incluso presentarse como atacado. Claro que lo hace impidiendo que los informadores hayan podido informar, y sin permitir el acceso a la prensa. Si no hay nada que ocultar, ¿porqué lo ocultan?

lunes, 4 de octubre de 2010

Adiós Bea

 
Tu sonrisa ya será siempre eterna. Será aquella con la que te recordamos. Adiós querida sobrina, no pudiste regresar.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Teatro General

Bueno, pues los sindicatos de "clase" ya le han hecho el favor a Zapatero de hacerle una huelga general, para que así pueda presentarse en Europa como si de verdad se hubiera enfrentado a los sindicatos con una verdadera reforma laboral.

Esos sindicatos han intentado conseguir por la fuerza de la coacción lo que ya no consiguen de otra forma. El desarrollo de una ley de huelga es urgente si no queremos estar a merced de esta mafia.

Toxo (CCOO) ha dicho que esta huelga no pretende derribar al Gobierno, lo que no se entiende en el caso de Madrid, en donde los huelguistas acosaron la sede del gobierno regional pidiendo la dimisión de su Presidente -que no Presidenta-, Esperanza Aguirre.

Y tampoco se entiende en el caso de una verdadera huelga general, que pretende impedir que el gobierno haga algo, precisamente bajo amenaza de que deje de ser gobierno.

Lo verdaderamente patético es ver a quienes esta huelga les ha costado el sueldo de un día, jaleando a los que cobran por guiarles como borregos hacia ninguna parte.

Ahora el teatro continuará y veremos la dimisión del Ministro de Trabajo -anunciada hace meses- que se presentará como un acto más de la obra de teatro de cara a la UE. Y luego veremos a Zapatero ofreciendo diálogo jugando con las pensiones para hacer creer que los sindicatos han sacado algo, y así tener con lo que justificar sus poltronas.

Mala obra de teatro y muy cara; pero lo peor es que no sólo tendremos que verla sino además, pagarla.

martes, 14 de septiembre de 2010

Aquellos tiernos años


Una vuelta a la manzana.

En cuanto llegaba del colegio, nada más bajar del autobús que nos dejaba a un montón de nosotros enfrente del bloque de casas en el que vivíamos, lo primero que hacía era ver si ella estaba en el grupo de niñas que, haciéndose las remolonas, nos esperaban. Ellas iban al colegio de monjas que estaba cerca, por lo que llegaban antes al barrio que nosotros.


Allí estaban con su uniforme de faldas a tablas y esos calcetines azul marino. Haciéndose las interesantes mientras nosotros bajábamos del autobús pavoneándonos. Y luego empezaban las bromas, las risas y los juegos.

Recuerdo aquel sentimiento de vacío cuando no la divisaba entre las demás. El desasosiego que sentía y el deseo contenido de preguntar por ella. Hasta que alguna decía algo que me daba una pista o me aclaraba que estaba castigada en el colegio.

Y recuerdo la alegría de verla, de acercarme a ella y decirle algo. La grata sensación que me producía su sonrisa tímida y pícara a la vez. Y lo que disfrutaba acompañándola a dar una vuelta a la manzana, todo un logro de conquista.

-¿Damos una vuelta a la manzana?- Ése era el momento decisivo.

Si la contestación era afirmativa, todo un triunfo. Los que teníamos éxito éramos envidiados y admirados por los demás. Estos eran los que tenían que dar la vuelta a la manzana en grupo. Bueno, en dos grupos, el de chicos y el de chicas. Pero los que ligábamos, los que teníamos ligue, íbamos ufanos cada uno con cada una, abriendo paso y distanciados unos metros de las otras parejas.

Esa sensación de amor limpio, de ilusión sencilla, de que el mundo empezaba y terminaba allí, en aquella manzana de casas que era nuestro hogar, es algo que recuerdo con cariño y añoro con dulzura. Es algo mío, un recuerdo que está ahí. Es como un sentimiento oculto de aquel niño que fui -que quiero seguir siendo- y que no había vuelto a sentir desde entonces.

Es un recuerdo del futuro. Y mi futuro es hoy. Y hoy lo vuelvo a recordar porque me parece volver a sentirlo como entonces, con alma de niño. Y con ilusión de adulto. Temeroso y decidido. Deseando que ella quiera acompañarme en esa vuelta a la manzana. Hoy la manzana es más grande, más variada, pero no menos ilusionante.

Tiendo mi mano y te pregunto, con corazón limpio y sin vueltas, a pesar de cicatrices cerradas:

-¿Quieres que demos una vuelta a la manzana?
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lunes, 30 de agosto de 2010

Como a chinos de la China

 
Zapatero ha ido a China -a la China, dice él- como la lógica continuación de su empeño en engañarnos. Nos lleva engañando a los españoles como a chinos desde ya hace demasiado, así que es lógico que termine entre los chinos para entrenarse en seguir engañándonos como a tales.

Pero también engaña a todos los demás y hasta a los chinos. Bueno, lo intenta; el que lo consiga ya es otra cosa habida cuenta de las informaciones que corren por el exterior sobre España. De momento, según Newsweek, ya no aparecemos entre los 20 primeros países en donde mejor se vive. Ya no; ahora estamos en el puesto 21. En esa lista hemos llegado a estar los terceros. Hace poco ya estábamos en el nº 15 en el informe anual de la ONU, el Índice de Desarrollo Humano (IDH).

Ahora ya se vive mejor en Nueva Zelanda o en Singapur. Hasta Corea del Sur nos supera en el apartado de calidad de enseñanza. Finlandia sigue encabezando una lista en la que se tienen en cuenta cosas como el sistema sanitario, el dinamismo económico, la educación, el ambiente político y la calidad de vida.

Pero Zapatero está ajeno a todo eso. Bien porque engaña o bien porque ignora, el hecho es que vuelve a salir con una sandez de las suyas al hablar desde la China sobre nuestra economía. Ahora la compara con un muñeco -a mí me parece horroroso- llamado Miguelín. Si bien es cierto que tiene seis metros, ese muñeco es un bebé de pañales. Así que nuestro Presidente nos ve así, en pañales, que es como nos está dejando a todos.

Además, aquí está dispuesto a vendernos a todos a las exigencias del PNV para sacar los Presupuestos adelante y mantenerse en la poltrona. Con lo que el condado de Treviño ya puede darse por absorbido por la voracidad nacionalista, así como los fondos Sociales de la Marina además de avanzarse más en lo que los nacionalistas llaman autogobierno y que no es más que un eufemismo para eludir hablar de independencia. Y Otegui, encantado, espera ilusionado su puesta en libertad.

Esto ya sería una burla a la democracia, pues la propia democracia tal y como la entendemos en occidente nace precisamente para controlar el presupuesto. En la Edad Media los nobles y la Alta Burguesía deciden controlar los gastos del Rey, los presupuestos, y ello es la semilla de nuestras democracias.

Los Presupuestos no son una bagatela. Su control es la esencia misma de la democracia. Cierto que aquí se aprobaron unos presupuestos inviables que se han tenido que ir corrigiendo a base de decretos continuos. Lo dicho, una burla a la democracia. Pero nuestros políticos entienden la democracia como mantener sus poltronas de las que viven holgadamente a costa de todos nosotros.

Y para ello no hacen más que inventarse problemas para los que se presentan como la solución. O sea, prenden el fuego y se presentan como bomberos. Claro que así desvían la atención de los verderos problemas de la gente de a pie, para los que no saben encontrar solución y muchas de las veces agravan por su incompetencia. Así nos va y así nos quedaremos: en pañales. Tremendos pañales, eso sí.

Mientras, la oposición se entretiene haciendo cuentas para ver si le sale el número para ocupar esas rentables poltronas sin cambiar nada más que de culos. Claro que en el exterior también se dice que con Rajoy.., nada que hacer. Así que a ver si espabilamos y removemos algunos culos. Ellos no lo van a hacer.

jueves, 12 de agosto de 2010

Unas piernas femeninas.

No lo puedo remediar, reconozco que las piernas femeninas son mi perdición. Es algo que capta mi atención y hace que mis ojos se peguen a ellas como un imán. Así que me lo notan enseguida. Y es que ni disimulo ni me da la gana disimular. Y si tengo oportunidad, lo digo sin cortarme un pelo. Ello me ha llevado a situaciones de lo más pintorescas. A veces embarazosas, pero las más de las veces simpáticas e incluso sorprendentemente agradables.

A muchas de mis amigas y a casi todas mis amantes las he conocido así; primero a sus piernas. Luego esas piernas me fueron presentando a la mujer a la que pertenecían, y de ese modo las descubrí y aprecié. Claro que también hay piernas que siguen siendo piernas y sólo piernas, y nunca serán más que unas piernas. Y otras, de las que más me hubiese valido salir por piernas antes que haberme acercado.

Hay piernas largas, eternas y delgadas; y las hay pequeñas y torneadas. Y casi siempre llegan hasta el suelo. Todas las mujeres suelen tener dos y son tan malas amigas que difícilmente te dejan una para que juegues a masajista o a catador de jamones. Son unas egoístas y no practican la caridad para con el necesitado.

Pero hay algo curioso, pues si bien vendo mi alma por unos muslos medio mostrados bajo unas faldas, no me sucede lo mismo cuando paseo por la playa y las veo desde su comienzo, que en algunas es justo debajo de la axila. No. Si en ese paseo por las terrazas playeras hay alguna con faldas, sentada mostrando muslos asomados, automáticamente desaparecen de mis ansias todas las que están sin misterio, y mis detectores de complicaciones se centran sólo en ésas que aún ocultan unos centímetros.

El arte de cruzar las piernas con sensualidad es el mejor remedio anti envejecimiento. Convierte a la mujer madura en un monumento mucho más admirable y joven que una veinteañera que no posea esa habilidad. Y si ya las culminan con unos tacones de aguja, desaparece de mi percepción el resto del paisaje, sea éste playa, salón, pub o freiduría andaluza.

Si esos tacones se complementan con unas medias -lisas, eso sí, que no quiero dibujitos que me distraigan de lo importante- entonces mejor que no lleven encima a una vendedora de ruedas para escopetas, porque me termino comprando cuatro. O cinco, depende de las rodillas. Y luego, a ver qué hago con tanta rueda que ni sé para qué sirven ni tampoco tengo escopeta.

Unas piernas femeninas, todo un comienzo o todo un final. Aviso de recibimientos o de bruscas despedidas. Sorbetes de lujurias breves, certezas de fantasías.

Sé que esto no debería decirlo, que se me tachará de mirar sólo la fachada, de fetichista o hasta de salido mental. Pues bien, soy todo ello, y más, delante de unas piernas bien mostradas. Puede que hasta se me tache de viejo verde. Otro acierto; toda mi vida he sido verde, he estudiado para ello, y ahora ya he culminado mi vocación pues también soy viejo. Así que he llegado a la meta. Me siento realizado. Soy un viejo verde, me fascinan las piernas femeninas y ejerzo de admirador de sus dueñas. Y además, aún no me pienso retirar, ¿qué pasa?

miércoles, 28 de julio de 2010

Cornada catalana


Al margen de filias o fobias taurinas, en Cataluña se ha perpetrado un acto liberticida con un alto contenido antiespañol. No de otra forma se entiende la clarísima alineación de los nacionalistas en este asunto que ya llevan tiempo esgrimiendo.


El Presidente Montilla, el cordobés Montilla y aficionado a los toros, se ha apresurado a dar una rueda de prensa para dejar claro que él ha votado en contra de la prohibición. No es con prohibiciones de tradiciones y de aficiones como se construye una convivencia. A partir de 2012, los aficionados catalanes tendrán que salir de allí para ver una corrida.

Recuerdo como los aficionados al cine, o simplemente a la exhibición cinematográfica de anatomías sensuales, teníamos que ir a Perpignan para saciar nuestra afición por vivir bajo un régimen dictatorial que anulaba libertades. En Cataluña se está volviendo a ello a marchas forzadas. En dos años tendrán que repetir esas excursiones liberalizadoras.

Allá por el año 40, recién terminada la guerra y con los sentimientos revanchistas a flor de piel, el franquismo multaba a comercios catalanes por no rotular en español. Ahora se hace al contrario, pero el efecto es el mismo: un atropello a la libertad.

Hoy el Parlamento catalán ha perpetrado otro atropello a la libertad. Nadie imponía a nadie ir a los toros. Yo no he ido nunca, por poner un ejemplo, pero jamás se me hubiera ocurrido prohibir a nadie que lo haga.

El cuento chino de que si no es arte, que no es cultura, que si es una salvajada, etc., no es otra cosa que la vergonzante excusa de quienes son unos sectarios que pretenden imponer sus criterios a los demás por los pelos, por la matemática parlamentaria, pero sin el suficiente consenso social y atropellando el deseo de muchos.

No es el camino. La división nunca ha sido el camino más que para el enfrentamiento. Todo lo contrario de la tarea de los gobernantes y de quienes han sido elegidos para que la sociedad prospere sin crispaciones ni enfrentamientos. No se pueden legislar los sentimientos, y cuando se hace, la Historia nos enseña cuales son los verdaderos objetivos y, lo que es peor, cuales han sido los resultados.

En Amigos de Alicante

martes, 27 de julio de 2010

Carreteras recaudatorias.

Carretera local de un municipio pequeño en la costa, ahora atestado de turistas. Control de carretera. No es la Guardia Civil sino la Policía Municipal de ese pequeño Ayuntamiento quien bloquea la estrecha carretera apartando aleatoriamente vehículos al arcén.

El agente se acerca con cara amable, se lleva la mano a la visera de la gorra a modo de saludo y, mientras nos obliga a bajar la ventanilla anulando el fresquito del aire acondicionado, dice:

-Buenas tardes. Su carnet y los papeles del coche, por favor.

-No me da la gana. Ya estoy harto de este atropello con el único objetivo de equilibrar las arcas vacías de Ayuntamientos mal gestionados.

-¿Como dice?

-Digo que no me da la gana de darle los papeles. Si quieren papeles, al Pryca. Allí hay unos hermosos rollos higiénicos que les servirán a sus concejales, Alcaldes y a sus respectivas madres para limpiarse el culo todo lo que quieran. Pero a mí que no me den por ahí.

-Esto es rebeldía ante la Autoridad.

-Pues dispáreme. O enciérreme donde no encierran a los sinvergüenzas que nos roban por doquier.

-Señor, yo no le he faltado al respeto. Si se niega, tendré que detenerlo.

-Ya sé que usted solo está ganándose su sueldo que, aunque garantizado mucho más que el del resto de trabajadores, también peligra y se lo han devaluado. Pero yo ya estoy harto de que me estén amargando mis vacaciones y haciéndome pasar calor día sí y día también para ver si me sacan algún euro por alguna irregularidad que en absoluto es competencia de su Ayuntamiento.

-Baje del coche.

-No me da la gana.

La cara del agente es un intento de mueca de seriedad a la que el desconcierto convierte en cómica. ¿Y ahora qué hace con este señor ya entrado en años y de afable aspecto?

Evidentemente lo anterior es pura ficción, me refiero a la respuesta, no a los controles recaudatorios. Pero a este paso podría darse el caso y lo extraño es que no se haya dado de forma masiva.

Lo de este verano en estos ayuntamientos turísticos es absolutamente intolerable. No son controles para velar por la seguridad, en absoluto; son asaltos a mano armada a quienes pasan por algunos términos municipales en quiebra económica y que pretenden sacar tajada a base de multas por determinadas faltas administrativas. Un ejemplo: si a usted se le ha pasado la fecha de la ITV, la multa será de más de dos veces lo que cuesta la ITV. Claro que le harán una rebaja del 50% si no pone pegas y la paga. Le dirán que tiene 15 días para arreglar la situación, pero la realidad es que pasadas veinticuatro horas, pueden volver a multarle por lo mismo. Un robo en toda regla.

El problema serio viene luego, porque aquí vivimos ya en un estado policial y confiscatorio pues, sin orden judicial alguna, sin sentencia, la Agencia Tributaria convertida en el Gran Confiscador, puede embargar su cuenta corriente sin aviso previo y cobrarse dicha multa aunque su familia se quede sin comer el resto del mes.

Lo de la tremenda mentira sobre la efectividad de las medidas coercitivas en la seguridad en carretera, da para otro, y para muchos, artículos más. En otro momento.

domingo, 25 de julio de 2010

Portero automático

Recuerdos y Reflexiones
Pues eso es precisamente lo que ahora tengo en donde vivo. Atrás quedaron esas casas en donde tenía que saludar y saludar cada vez que entraba y salía. Ya no tengo que enterarme de la vida de nadie porque una vecina me la deje caer diciendo que se lo ha dicho el portero. Ni tampoco tengo a nadie que se encargue de bajar la basura todas las noches. Así que lo cortés, por lo valiente.

Siempre he vivido en casas en donde había portero, que además vivía allí, en la portería. Desde pequeño he oido eso de "son cosas de portera", dicho de forma peyorativa, referido a cualquier rumor o cotilleo. En realidad, excepto en casa de mis padres en Madrid, la portera era alguien que se supone vivía en casa del portero, pero que no ejercía. En casa de mis padres, Felipa era un símbolo. Taciturna y de luto, con moño, delantal y escoba en ristre, hacía las veces de escudera de su marido, Dositeo, figura emblemática de mi adolescencia.

Dositeo era un portero de los de ley, con su uniforme azul marino y botones dorados, además de uno gris para los momentos de faena. Recio y brusco, soltaba unos tacos del diez, por lo que los chiquillos se empeñaban -nos empeñábamos- en hacerle perrerías tan sólo por oírle bramar mientras huían espantados y divertidos. Luego se sonreía cuando creía no ser visto. Una figura entrañable.

A medida que crecíamos su complicidad semejaba la de ese abuelo que quiere tapar tus desparrames de nuevas experiencias adolescentes, y luego al pasar el tiempo se alegra de tus progresos de juventud. Lo vi envejecer y me dolió su deterioro a causa de ese terrible mal que adelanta la muerte, dejando a la persona sin memoria de uno mismo ni consciencia de su vida vivida. Su muerte me dolió, era como de la familia. El portal dejó de pertenecerme cuando él desapareció. Mientras él vivió, aquel portal seguía siendo algo mío a pesar de haber dejado la casa de mis padres hacía una eternidad.

Fue él quien me comunicó la muerte de un amigo -hermano casi- al volante de su recién estrenado coche comprado con el dinero ganado en su vuelta al mundo en el Juan Sebastián Elcano. No pudo disfrutar de sus recién ganados galones y un despiste lo congeló en mi memoria con poco más de veinte años. Es curioso, lo recuerdo como amigo, como igual a igual, no como a un crío de veinte años. Dositeo lloraba como un niño cuando nos dijo que había venido la Guardia Civil...

Esa memorable figura nada tiene que ver con otros porteros que he tenido. Cierto es que no he hablado con ellos más allá de esos buenos días o alguna consulta referente al próximo corte de agua. A excepción de ese saludo obligado en Navidades al tiempo de entregarles su aguinaldo y alguna botella con dulces.

Dositeo no era dado a chismorreos, aunque te enterabas de todo por él. Pero jamás supe que se hiciera eco de crítica o cotilleo alguno. Toda una excepción para confirmar la regla, tal vez.

Ahora tengo uno automático, aunque siguen quedando de los otros, de esos que automáticamente se hacen eco y propagan todo tipo de chismorreos sobre quienes tal vez odian íntimamente. O sobre quienes consideran señoritos, pero que en definitiva no son otra cosa que esos que al fin y al cabo les pagan su sueldo para vivir como señoritos. O sea, los señores de la casa.

sábado, 24 de julio de 2010

El alegre PP


Las encuestas acercan al PP a la mayoría absoluta


Ya está, -dirá Rajoy- ya lo conseguí. Pero no es así. No lo ha conseguido el PP sino la impericia de Zapatero y su total falta de capacidad para gestionar.

Zapatero es un político de salón, es un político para la política, no para gestionar nada. Al PSOE lo ha desmantelado, al igual que a la economía y casi al país entero. Pero él consigue estar donde quiere. Su objetivo lo cumple, lo malo es que su objetivo es estar en el poder, no aprender qué hacer con él.

Así que en el PP están de fiesta. Y lo están porque tal parece que su objetivo es el mismo: el poder por el poder. Rajoy ha incumplido promesas electorales, ha traicionado las esperanzas de muchos de sus votantes, ha dado la espalda a quienes veían al PP como garante de una España vertebrada y unida. Y este PP no es garante de nada de eso.

Cierto que en sus filas hay gestores magníficos, pero hoy por hoy están en la sombra. Los tienen en segunda fila apagados por el relumbrón de quienes no tienen otro cálculo que el electoral. Hasta ahora, este PP ha dicho una cosa y hecho otra. Le decía al Gobierno lo que no debía hacer y luego permitía con sus votos que lo hiciera.

En cuanto a la política linguística, el PP hace donde gobierna lo contrario que prometía. Sus críticas a los nacionalismos se trocarán en abrazos -ya han empezado- para conseguir votos tal como lo que tanto critican a Zapatero. Será más de lo mismo pero hecho por otro partido. Presumiblemente mejor gestionado, pero tan poco fiable como lo que tenemos y ahora critican.

No sería buena notica una mayoría absoluta de este PP de Rajoy apeado de sus principios y apuntado al electoralismo, no. Quienes aún pensamos que la unidad hace la fuerza, y que el dispendio autonómico no solo es insoportable económicamente, sino que nos hace la vida más incómoda a los que no nos quedamos encerrados en la aldea, no tenemos más remedio que esperar que un partido bisagra, que crea en esa unidad y en esa necesaria vertebración del Estado, consiga forzar a un futuro Gobierno a tomar decisiones que edifiquen lo ya demolido precisamente porque el gobierno actual necesitaba apoyos y los buscó en quienes, no sólo no creen en España, sino que no se esconden para forzar su desaparición como Estado.

Un PP en el poder tendría que acometer duras medidas de recorte del gasto, pero no tendría a los sindicatos haciéndole la cuna. Sin una reforma de la ley que regula la función sindical, seguiremos con el lastre de unos sindicatos que heredan del anterior régimen su condición institucional y financiación pública en el más puro y duro estilo franquista.

Sin arreglar eso, sin afianzar reformas estructurales y constitucionales, jamás funcionará la economía más que a remolque de otras. Y puede que ni siquiera.

martes, 6 de julio de 2010

Gran Blanco humano




Narrativa experimental, por Antonio Elvira

Le pareció vislumbrar apenas como una mancha oscura que pasaba justo por debajo de sus pies. Un escalofrío le hizo hinchar el pecho y le llegó hasta la nuca. Sus sentidos se nublaron por un momento... Casi con desesperación metió la cabeza en el mar e intentó ver algo. El agua no estaba muy turbia y podía ver la masa clara de la arena del fondo a poco más de dos metros y medio de profundidad. Casi hacía pié... Al girar la cabeza hacia la izquierda sí vio algo grande y cerca, muy cerca. El roce vino inmediatamente. Fue en su rodilla izquierda donde notó que algo le pasaba rozando, áspera y rápidamente. No veía bien, las gafas las había dejado en la orilla, en la camisa, y como nadaba con los ojos abiertos, no se había puesto lentillas; y además bajo el agua peor aún. 

Su impulso inmediato fue intentar salir del agua. Como fuera. Para ello y sin pensarlo, encogió las piernas hacia sí mismo e introdujo las manos hacia abajo hasta apoyarlas en la masa que pasaba rozándole. E intentó ponerse de pie sobre ella para impulsarse fuera del agua. Quería saltar; saltar alto, lejos del agua, hasta sostenerse en algún lugar inexistente que le permitiera no tener el más mínimo contacto con el mar.

Al hacer dicho intento, se encontró de pronto con medio cuerpo fuera del agua y propulsado hacia arriba y hacia adelante. Se había impulsado sobre algo que se movía deprisa hacia la orilla. Sus pies no resbalaron; por unos breves instantes pudo mantener un precario equilibrio mientras, borrosamente y como a un metro y medio a su derecha, y en la posición de las dos en un reloj, vió apenas, entre salpicaduras y a través de su miopía, otra masa sumergida. Y sobre ella, algo que surcaba el agua dejando una estela de espuma que pasaba por su costado derecho. Todo era caótico; vislumbraba la playa con los colores de las sombrillas, de la gente y de sus bañadores, formando un borroso calidoscopio que parecía muy cercano. Tenía que llegar allí como fuera. Tenía que alejarse de esta estúpida e incomprensible situación que le tenía bloqueado por un pánico incontrolable.

Y saltó. Sí, saltó. Se impulsó con todas sus fuerzas hacia aquella nueva forma que le ofrecía algo a lo que agarrarse, algo que surcaba el agua dejando una estela de espuma. Su pecho topó con algo duro y áspero, flexible pero firme. Sin saber cómo, se encontró asido a algo y se agarró como pudo a ello apretándolo a la vez contra su cabeza para no despegarse. Era como una tabla, una tabla de salvación que se movía y lo acercaba a la orilla. Entre sus piernas y muslos algo se movía de lado a lado produciéndole fuertes golpes, hasta que logró ponerse a horcajadas y apretarse fuertemente para no sentirse desmontado de esta improvisada y desconcertante cabalgadura. Las salpicaduras del agua salada y la espuma le tenían despistado y le impedían tomar el aire con naturalidad. Estaba tragando agua y no veía donde estaba. Pero estaba seguro de que se acercaba a la orilla... Algo le acercaba a la orilla.

Intentó afianzar su postura y quiso acercar las rodillas hacia su pecho mientras seguía a horcajadas sobre su montura. Quería protegerse, recogerse lo más posible. Una posición fetal, ¡sí, eso era! ¡Una posición como la de un jockey sobre su caballo! Pero la parte superior de sus muslos topaban con algo que le impedían adoptar dicha postura. Aguantó la respiración y consiguió subir una rodilla sobre dicho tope. Primero fue la derecha, y eso le hizo tener que agarrarse con más fuerza para evitar ser desmontado. Consiguió también repetir el movimiento con la otra pierna. La postura era extraña e inestable. Presionó con las rodillas como quien pasa de una posición fetal, similar a la del musulmán orante, a otra posición erguida sobre sus rodillas. Inexplicablemente ese movimiento hizo que su posición semisumergida se impulsara hacia arriba y quedara con el agua a la altura del pecho, sujetándose firmemente con ambas manos a algo estrecho justo delante suyo y que surcaba el agua hacia la playa.

Su visión escasamente nítida, propia de una alta miopía, no le impidió darse cuenta de lo inaudito de la situación. Estaba cabalgando rápidamente hacia la orilla, ¡cabalgando sobre un tiburón! ¡Y era grande! ¡Estaba sentado en el lomo de un tiburón, las rodillas sobre sus aletas pectorales y agarrotado más que agarrado a su aleta dorsal que tenía justo delante!

Empezó a chillar. No sabía si para pedir ayuda para su comprometidísima situación, o para avisar a los bañistas de lo que pasaba para que se protegieran. Pero chillaba. Gritos potentes y cortos. Las rodillas le permitían cierto control de la situación, conseguía mantener el equilibrio a pesar del movimiento de vaivén lateral cada vez más rápido. Pero además, cuanto más intentaba erguirse, más sobresalía el tremendo animal del agua. Casi intuía sus ojos a ras de la misma. La gente corría hacia la orilla a su lado... ¡Corrían! ¡Hacían pié!

De repente sus pies sintieron el contacto con la arena. La notó en sus empeines. Enseguida dejaron de avanzar. ¡Habían embarrancado! Pero él seguía asido con fuerza al animal que de pronto empezó a dar unas fortísimas sacudidas. ¡Lo iba a descabalgar! Se iba a caer al agua justo al lado de este monstruo. Se intentó abrazar a la aleta, ¡tenía que pensar!

No hizo falta. De pronto estaba rodeado de varios hombres que le sujetaron e intentaban agarrar al bicho. Tiraban de él con fuerza... Gritos, salpicaduras, bandazos, tirones... Hubo un momento en que perdió la noción de lo que pasaba.

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El aire susurraba agradablemente en sus oídos un ligero zumbido y movía suavemente su pelo. A su alrededor todo era azul claro y se sentía liviano. A su lado, una gaviota parecía suspendida en el aire. Sus plumas se mecían mientras su cabeza miraba a un sitio y a otro con rápidos y bruscos movimientos; como a saltitos. Miró hacia abajo. La playa, las sombrillas, la gente, la orilla,...

Estaba en el aire, flotando en el aire, sin esfuerzo, con una gaviota al lado que lo ignoraba... ¿Pero qué..? Había un grupo de gente, como un corro. No muy lejos, un gran pez en la orilla, y sangre, mucha sangre. ¿Y el otro? Había otro. El primero; desde el que consiguió saltar hacia ese que estaba ahí. No lo veía. Pero bueno, a éste lo han cogido. Han conseguido matarlo, parece.

Y oye su propia voz que le dice:
-Yo lo llevé hasta allí...-¿Yo?


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Cuando volvió a recuperar la consciencia estaba tumbado sobre una toalla, en la playa, boca arriba y rodeado de gente. Le pareció ver.., ¡sí era él! ¡Era su hijo mayor! Lo veía borroso pero era él. No le habían puesto las gafas, por eso no veía bien. Ahora se las pediría, estaban en su camisa al lado de la sombrilla. Se notaba dolorido y cansado, pero no especialmente. Aturdido sí; sin ganas de incorporarse ni de levantarse de momento. Bert, su otro hijo, también debía de estar por aquí... Se habían reunido después de tiempo para ir a la playa. Un baño rápido antes de que llegue la hora de la avalancha de bañistas, y a casa dando un paseo. Después, una comida familiar; de reencuentro y para darles una sorpresa. Su vida iba a dar un giro importante y quería comunicárselo.

-¡Tom! ¡Tom, hijo, mis gafas! Están en mi camisa al lado de la toalla grande... - pero no se oía a sí mismo. Estaba seguro de haber hablado en un tono de voz razonable, pero no oyó nada. Debían de habérsele taponado los oídos con toda esta odisea. ¡Un momento! ¡Sí, Tom le había oído! Se giró y se acercó rápido hasta casi abalanzarse sobre él.

-¡Papá, papá! ¿me oyes?- Tenía los ojos rojos. Muy rojos. Mira que le había dicho mil veces que no buceara sin gafas en esta playa. El agua no estaba demasiado limpia; a él a veces le producía hasta urticaria... Los ojos rojos y llorosos. ¡Ya había cogido alguna alergia..! Y es que por mucho que crezcan siempre seguirán siendo unos críos...

Poco a poco pareció dormirse. Los sonidos y colores de su alrededor se fueron apagando y difuminando sin poderlo evitar. Todo se volvió oscuro, de un profundo color azul casi negro. Ya no estaba cálido, ni notaba que estuviera apoyado sobre nada. Se sentía húmedo. Más que húmedo, empapado. Y el agua estaba fría. Lo notó especialmente cuando pasó por su garganta.., al respirarla.

No veía nada en aquella profunda oscuridad, pero sabía por donde iba. De alguna forma percibía todo lo que había a su alrededor. Alguna parte de su cuerpo parecía tocar algo a pesar de saberlo lejano. Notaba que había algo grande flotando a lo lejos.Y de algún modo también sabía que al lado de aquel lejano objeto grande había algo más pequeño que se movía. Y él sin saber ni cómo ni porqué, se acercaba hacia allí.


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Ella ya no podía aguantarlo más. Apareció en su vida cuando intentaba encontrarla de nuevo tras un fracaso emocional, y se agarró a él como a clavo ardiendo. Cuando se encontraba sola y desfallecida, él le tendió la mano. Pero ahora se había convertido en una carga.

No sabía como despegarse y hasta le daba reparo hacerlo. Le debía mucho, no podía hacerle daño. Seguro que esto se pasaría y no sería más que una crisis. En realidad no pasaba nada, todo era igual que siempre. O puede que eso fuera precisamente lo que ya no soportaba. Por eso aceptó la invitación de estos amigos. Le merecían toda su confianza. Nunca había pernoctado en un yate y era una oportunidad de probar esa experiencia. Se sentía nerviosa por ello, y tampoco sabía si se marearía ahí dentro. Pero le hacía ilusión la idea. Por eso le mintió para hacer esta travesía.

Ignoraba lo que había pasado. Estaba dormida en el camarote de proa cuando sintió un tremendo ruido; como si la cabeza le hubiera estallado. Luego, no sabía cómo, había terminado en el agua helada, intentando bracear para sacar la cabeza y respirar. Allí veía la embarcación, la popa, o así creía recordar que ellos llamaban a la parte de atrás. Parecía mucho más alta que cuando se encontraba a bordo. Curiosamente, también veía la hélice.., y estaba fuera del agua.

No veía a nadie más en el agua. El mar estaba tranquilo y había cosas flotando a su alrededor. Entonces pasó. Fue un tremendo fogonazo que le pareció a cámara lenta. El ruido lo sintió como si le hubieran apretado con fuerza los oídos de golpe. Pero le dió tiempo a meter la cabeza bajo el agua para evitar las llamas que venían hacia ella. Al sacarla de nuevo el panorama era muy distinto. Había humo. Ya no estaba la popa del barco. Y ahora sí veía a alguien en el agua, como a unos quince metros. Estaba boca abajo y no se movía.

De repente sí se movió. Fue un movimiento brusco, aunque no daba señales de vida. Se hundió de golpe y volvió a emerger. Inmediatamente recorrió deprisa unos cuantos metros hacia ella y se paró. Luego se repitió el movimiento hacia su izquierda. Mientras se movía pudo ver su cara que apenas sobresalía del agua. Era la pareja de Adrian, nunca se acordaba de su nombre. A su alrededor, el mar parecía tener un tono rojizo

El agua pareció agitarse a su lado y algo le golpeó la pierna derecha.


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Casi no oyó la sirena de la ambulancia en la que le transportaron hasta el hospital. Ahora ya estaba en una cama, en la UCI, conectado a una miríada de aparatos, pero no tenía conciencia de ello. El Gráfico de la actividad cerebral fue apaciguándose a medida que se veía de nuevo envuelto en esa especie de sueño que le vaciaba de sí mismo...

Ahora percibía -sin saber de qué modo- que se acercaba más hacia aquello que le pareció tocar a pesar de su lejanía. Hacía un momento que una tremenda sacudida había estremecido su cuerpo e hizo que avanzara aún más deprisa. Notaba un sabor en el agua que le excitaba y le impelía a moverse más rápido. Todo a su alrededor tenía un color azul cada vez más claro, y por arriba notaba aún más luminosidad.

De algún modo sabía que había movimiento en el lugar a donde se acercaba. Y ese agradable sabor en el agua se hacía más intenso. Ahora ya había mucha luz, hasta notaba el sol en su espalda mientras percibía la velocidad del agua recorriendo su cuerpo.., mientras avanzaba.

Ya veía algo. El agua estaba llena de restos destrozados, de tejidos que flotaban a media altura adquiriendo formas fantasmagóricas. Trozos de madera, de muebles.., y de cosas comestibles. Vió bancos de peces mordisqueando lo que parecían trozos de carne. Algunos con jirones de tela.

Una gran actividad llamó su atención cuando todo su cuerpo sintió, casi tocó, las vibraciones que producía. Se dirigió a comprobar de qué se trataba. Vió al menos tres peces grandes, tiburones, tratando de arrebatarse de forma frenética lo que le pareció una muñeca de trapo. De pronto dejó de parecer muñeca pues su melena rubia desapareció, junto con su cabeza, dentro de las fauces de uno de los grandes peces que se la disputaban. Otro de ellos se alejó del grupo y se acercó a algo que se movía en la superficie.

Vió claramente su silueta tratando de nadar. Era una mujer. Su cuerpo apenas cubierto con una sutil tela que impedía sus movimientos. De una de sus piernas se desprendía como un hilillo de color rojo. Le llegó su sabor. Con unos rápidos movimientos alcanzó una gran velocidad y se dispuso a aguantar el topetazo contra ese rival que se dirigía hacia el mismo lugar. Le dió de lleno bajo las aletas y lo impulsó fuera del agua por el fortísimo golpe. Cuando volvió a caer, de su boca y espiráculos salía sangre en abundancia. Su nadar, impulsado por cortos y rápidos movimientos de la cola, se volvió una espiral que recorría boca arriba, con la boca abierta. Los otros dos se abalanzaron sobre él arrancándole trozos de carne.

Todo esto le produjo una tremenda excitación. Nadaba rápido, nervioso, dando círculos y subiendo y bajando sin perder de vista el espectáculo y saboreando la mezcla de sabores que le venían. Pero no dejó de observar ni por un momento aquella silueta que flotaba envuelta en gasas, y que trataba de mantenerse a flote a duras penas.

Se acercó despacio, por debajo y girando alrededor de ella. Subiendo poco a poco, hasta que casi sacó la cabeza del mar. Su gran ojo negro la miró mientras ella apenas sacaba los suyos del agua. Notaba el sabor de la sangre que perdía por la herida de la pierna. Alguno de los otros había logrado morderla.

Ella alargó su brazo hacia él, intentaba agarrarse. Se acercó despacio y dejó que lo hiciera. Y así, con ella casi encima de su espalda, empezó a alejarse para llevarla a sitio seguro.

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Ella ya no podía más, había visto como su amiga desaparecía y aparecía delante de ella entre salpicaduras de agua y sangre. Estaba paralizada por el pánico. El golpe que antes le pareció sentir en la pierna empezaba a doler. A duras penas logró tocar su pie por ver si aún seguía ahí. Sabía que estaban siendo presa de tiburones, y que nada podía hacer. Tampoco podía moverse, estaba entumecida y tiritando. No sabía si de miedo o de frío. Estaba a punto de perder el conocimiento.

Y entonces lo vió. Su expresión relajada le ofreció confianza. Estaba ahí, sonriente, ofreciéndole la mano para que se cogiese. No sabía quien era ese hombre, pero se agarró a él. Era una milagrosa tabla de salvación. En cuanto lo tocó, desaparecieron el pánico y la sensación de estar en un mar rodeada de tiburones. Notó como avanzaban flotando... Fue cuando se desmayó.

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Tenía que nadar con cuidado de no descabalgarla, ella iba como dormida y por eso era él quien debía procurar que su cabeza permaneciera fuera del agua. Eso le obligaba a su vez a nadar con buena parte de la suya fuera, por lo que llegaba a verla sobre su lomo. Se dirigía hacia la costa, debía llevarla a tierra, la notaba fría y su pierna no dejaba de sangrar.

Buscaba una playa tranquila donde dejarla, aunque si no se despertaba podría ahogarse incluso en un palmo de agua. Debería esperar a la pleamar para intentar dejarla lo más fuera del agua posible, pero ello tenía el tremendo riesgo de que él no pudiera retornar al mar. Podría quedar varado a su lado y morir dándole la vida. Estaría dispuesto a ello tan sólo si tuviera la certeza de que ella viviría, pero no tenía esa garantía a la vista de su estado. De algún modo tendría que atraer ayuda hasta donde la depositara.

Ya no podía acercarse más, la arena rozaba su vientre y tenía buena parte de su lomo fuera del agua. Logró descabalgarla, pero ella quedó boca abajo. Así no podía respirar.., y no despertaba. Así que con unos coletazos la acercó más a la orilla. Ahora ya estaba totalmente apoyado en la arena y con medio cuerpo fuera. Pero no podía darle la vuelta para que su boca no estuviera sumergida. Si respiraba un par de veces agua, moririría sin enterarse.

Con tremendas sacudidas de todo su cuerpo, consiguíó avanzar un par de metros hacia la arena de la playa empujándola. Ahora sí quedó boca arriba y fuera del agua. Era una mujer hermosa, de una epléndida madurez. Y dormida, parecía un ángel.

Pero recordó que no estaba dormida sino muriéndose. Tendría que hacer algo y rápido. Aunque lo primero era conseguir volver al mar, no podía respirar.

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En el hospital la enfermera había alertado al cuadro médico. Los instrumentos habían empezado a pitar y el cuerpo maltrecho del herido se agitaba compulsivamente. Incluso dando saltos sobre la cama. No entendía como podía hacerlo a pesar de haber perdido las extremidades. Nunca creyó que esa persona saliera viva de allí. Era muy posible que ya ni fuera suya la sangre que corría por su mutilado cuerpo tras tantas transfusiones.

Los médicos ordenaron administrarle más relajante muscular y sedación. La cama estaba empapada. Algo debía de haberse derramado sobre el herido con tanto movimiento. Pidió ayuda para cambiarle las sábanas.

Sabía que el accidentado había sufrido un extraño ataque de tiburón. En la playa, ante la gente. Por lo visto aparecieron dos tiburones en la misma orilla. Uno escapó. A este pobre hombre le habían mutilado por completo. Su familia estaba en la salita de afuera desde entonces. Ya hacía dos días y el hombre aguantaba vivo de forma inexplicable. Tenía una expresión serena, afable y varonil. Claro que no lo vió consciente nunca.

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Estaba agotado. Al borde de sus fuerzas. Se había quedado casi boca arriba sobre la playa en donde apenas había un palmo de agua, y no conseguía volver al mar. La piel se le estaba secando y ya empezaba a dolerle. Desde donde estaba no podía verla y además tenía los ojos llenos de arena, pero la última vez que la vió aún estaba sin conocimiento tumbada en la playa. No entendía qué hacía aquí, preso en un cuerpo que no era el suyo y percibiendo cosas que no entendía.

Notó que la desesperación hacía mella en él y de alguna forma supo que no podía permitírselo. En un esfuerzo más, tensó sus músculos y empezó a arquearse con fuerza, hasta que casi empezó a botar sobre sí mismo. En uno de esos saltos el agua le llegó a cubrir la boca, pero no era suficiente. Para respirar necesitaba desplazarse, que el agua corriera por dentro de su boca y saliera por los espiráculos. No tenía forma de bombearla él mismo.

En vez de saltar, ahora intentó avanzar con fuertes coletazos. Avanzó algo, pero no suficiente. Notaba la falta de oxígeno en todo su cuerpo. Tenía que seguir intentándolo, no hacerlo significaba morir asfixiado. Pero sus músculos ya no le respondían igual. A pesar de ello siguió esforzándose.
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Uno de los helicópteros había localizado algunos restos. Se recibió un aviso automático de socorro, pero al poco tiempo la señal desapareció. Esos restos podrían tener algo que ver con eso. La embarcación de salvamento no tardaría en llegar, no estaban tan lejos de la costa. Mientras, estaban a ras de agua buscando.

Eso que flotaba parecía un chaleco salvavidas... Estaba destrozado, pero aún sostenía lo que parecían los restos de un tronco humano. En el chaleco se veían claramente las mordeduras. Esos pobres, fuesen quienes fuesen, habían sido rematados por los tiburones, por inusual que eso pudiera parecer en estas aguas. Aunque hacía un par de días había sucedido aquel extraño ataque en la playa. Habría que activar la alarma para intentar localizarlos y acabar con esa amenaza.

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Había conseguido adentrarse en el agua. La arena del fondo rozaba su vientre pero podía moverse. Sin embargo, no encontraba modo alguno de alejarse de la playa. Un banco de arena lo separaba de mar abierto y en su estado no se atrevía a intentar superarlo con tan poca profundidad. Antes tendría que nadar de un lado a otro para oxigenar de nuevo todo su cuerpo y renovar energías.

De vez en cuando sacaba su ojo a ras de agua y borrosamente la veía tumbada en la arena sin moverse. Hasta que la marea no subiera de nuevo, no podría traspasar ese banco de arena que ahora le hacía imposible ir a ninguna parte. El trecho de agua en el que podía moverse no tendría más de doscientos metros, por lo que no hacía más que ir de un extremo a otro para que el agua pudiera pasar por sus branquias y respirar su alto contenido en oxígeno. De quedarse quieto, se asfixiaría.

Habrían transcurrido varias horas desde que consiguío dejarla fuera del agua, cuando le pareció ver movimiento en la playa. Parecía un grupo de gente que se dirigía hacia donde ella yacía. Intentó sumergirse más, pero no podía; su aleta dorsal y parte de su lomo tenían que ser visibles desde la orilla.
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El aviso llegó al piloto del helicóptero que buscaba por la zona del naufragio. Tenían que dirigirse a la costa a recoger a un posible superviviente del siniestro. Comunicó a sus acompañantes que se prepararan para recibir a un herido. Por lo visto era una mujer; presentaba un mordisco en una pierna y un pésimo estado general. La habían encontrado en una playa a la que parece que le siguió uno de esos bichos.

Al despertar se vio rodeada de médicos y enfermeras. Uno de ellos se dirigió a ella amablemente diciéndole que ya pasó todo, que estaba bien y que se relajara. Le dijeron que estaba en la Unidad de Cuidados Intensivos para vigilar cualquier cambio en su estado, pero que no tenía nada irreparable. Lo de la pierna era un corte y ya lo habían suturado, casi no le quedaría marca. Pero ella sentía frío y se encontrada muy mareada.

Cuando se alejaron pudo ver otras camas con enfermos. La más cercana ... ¡el corazón le dió un salto! ¡Esa cara! ¡Ese hombre era quien la había salvado, estaba segura! Quiso incorporarse pero no pudo, y poco a poco se fue desvaneciendo hasta quedar profundamente dormida sin apartar su mirada de él.

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Mientras, en la playa se había organizado una operación para capturar al tiburón. Era un formidable ejemplar de tiburón blanco, el gran blanco de algunas leyendas marineras. Aunque no parecía que el objetivo fuera capturarlo con vida. Varios de los hombres iban armados con escopetas, al margen de si iban de uniforme o no. Algunos uniformados trataban de poner orden y de alejar a la gente de la orilla pero sin éxito alguno.

Cuando el helicóptero volvió e hizo una pasada rozando al agua, justo por donde se veía la aleta sobresalir, se produjo el caos. El agua salpicaba alrededor del gran escualo mientras el fragor de los disparos se fundían con el del motor del helicóptero. Inútil resultaba el altavoz desde el que un policía intentaba calmar el desenfreno de los tiradores. El helicóptero tuvo que elevarse para no ser dañado por algún disparo perdido.

Sabía que de quedarse allí estaría perdido. Había sentido la mordedura del plomo de los disparos sobre algunas partes de su cuerpo. Nadaba frenéticamente de un lado a otro del corredor de agua en el que se encontraba atrapado. Empezó a notar el sabor a sangre, de su sangre. Uno de los disparos le perforó la aleta dorsal. Notó como parte de ella se volatizaba al recibir el impacto de una miríada de balines de plomo.

Así que lo hizo. Se lanzó hacia el banco de arena hasta quedar embarrancado en él. Tenía medio cuerpo fuera del agua y comenzó a agitarse y a coletear compulsivamente para intentar avanzar y llegar a aguas más profundas. Recibió más de un impacto y sentía que perdía sangre. Mientras saltaba, la sangre salía de su boca y de varias heridas a lo largo de su cuerpo.

Algunos de sus acosadores se habían adentrado en el mar hasta la cintura para asegurarse el blanco. Y lo estaban consiguiendo mientras él seguía esforzándose en avanzar desesperadamente con fuertes coletazos.


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Se despertó sobresaltada. Había actividad en la cama donde lo había creído ver antes. Estaba rodeado por médicos y enfermeras y parecía que intentaban sujetarlo. El suelo estaba totalmente encharcado de lo que parecía agua. Un impulso irresistible la empujó a erguirse. Sin apartar la vista de aquella escena, fue desprendiéndose de todo aquello que tenía conectado a brazos, pecho y nariz. Eso hizo que algo empezase a pitar de forma insistente. Una de las enfermeras se giró e intentó acercársele, pero resbaló y cayó en el charco de agua.

Ella logró ponerse de pie y se fue acercando despacio, descalza. Notaba el agua fría en sus pies. Entonces pudo verlo, tenía el cuerpo extrañamente pequeño y totalmente envuelto en tela blanca sorprendentemente empapada. Se agitaba de forma tremenda y desesperada, pero mantenía sus ojos cerrados. Los aparatos médicos a los que estaba conectado no paraban de soltar pitidos. De algún modo se hizo un hueco entre los que intentaban sujetarle y acercó su mano hasta que pudo tocar su pecho.

Sintió que estaba mojado y frío. De pronto se calmó y entreabrió sus ojos mirándola. Cuando él esbozó una sonrisa ella se estremeció y retiró súbitamente la mano. Creyó ver en su boca varias filas de dientes, pero enseguida reconoció esa sonrisa que le hizo avanzar hacia él cuando la salvó. Todo parecía que sucedía a cámara lenta. Distraídamente se llevó la mano a la boca mientras le devolvía la sonrisa.., notó el sabor a agua salada. Volvió a acercar la mano a su pecho y él cerró despacio los ojos mientras no los apartaba de los suyos. Una repentina tranquilidad se apoderó de ella mientras los pitidos de los aparatos dejaron de sonar.


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En la playa la vorágine de gritos y disparos continuaba. Ya no había forma de que el animal pudiera escapar de allí. Estaba quieto y ensangrentado. La mitad superior de su cuerpo estaba fuera del agua y se veían las heridas de múltiples disparos. Parecía un gran juguete roto, con el agujero para colgarlo del estante justo en su aleta dorsal.

Algo le había paralizado y no eran los disparos. Había sentido su mano y visto su sonrisa. De algún modo, así había sido. Una tremenda tranquilidad le invadió al saberla viva. Sacó fuerzas de donde no las tenía y de tres soberbios coletazos superó la barrera de arena. Ya no le quedaron fuerzas más que para mover instintivamente la cola mientras iba ganando profundidad. Todo empezó a hacerse más oscuro a medida que poco a poco se hundía... Y una gran paz le invadió.


FIN


Epílogo:

En esa casita cerca de la playa vive una hermosa mujer desde hace años. Dicen de ella que está loca, que se quedó perturbada tras un accidente que sufrió hace tiempo; un naufragio, dicen. Las noches de luna llena baja a la playa, se desnuda y se interna en el mar. Debe de ser una magnífica nadadora porque no regresa hasta el amanecer. Hay quien dice que le pareció ver que nadaba al lado de un enorme pez, pues daba la impresión de ir cogida a una gran aleta que sobresalía del mar.., con un agujero en medio, como si de un disparo se tratase y por donde ella pasaba su mano.

Todos los años, en verano, recibe la visita de dos jóvenes, huérfanos de padre, y se van los tres a la orilla del mar. Se pasan horas mirando al horizonte. Al anochecer se adentran en el agua, nadie sabe nada más.

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sábado, 8 de agosto de 2009

Ahora que estamos reunidos...

…vamos a contar mentiras, tralalá.

Tal parece que De la Vega recuerda esa cancioncilla propia de los campamentos de la OJE, de la Sección Femenina y de las aulas donde se impartía aquella asignatura franquista predecesora de la actual EpC, FEN, aunque a aquella se le diera muchísima menos importancia que a la actual. Y seguro que la cantaba tan represaliada como dice que lo fue su padre, alto cargo del franquismo por mucho que ella mienta para ocultarlo.

Podría simplemente haber renegado de la ideología de su padre, como hizo y hace la portavoz del PSOE en la Asamblea de Madrid, Manu Menéndez, hija del Capitán de Navío Camilo Menéndez -ya fallecido y célebre porque, consecuente con sus principios, acudió al Congreso el 23F a dar su apoyo moral a Tejero, convirtiéndose en el militar de mayor graduación presente en las dependencias parlamentarias en aquel episodio- de quien renegó ya hace mucho. Pero no, la Vicepresidente opta por lo que ya nos tiene acostumbrados: por la mentira y la manipulación para ocultar la realidad.

Y la realidad es que su padre efectivamente ostentaba un cargo provincial durante la República, cargo del que fue destituido tras la guerra. Exactamente igual que muchos otros, pero en absoluto fue represaliado. Los represaliados se las vieron con tribunales, cárceles y hasta con paredones. No fue ese el caso del señor Fernández de la Vega, a quien recuperó para una delegación provincial de Trabajo nada menos que Girón de Velasco, a la sazón Ministro de Trabajo y fundador nada menos que de Falange de la JONS. O sea, más extremista que Franco pero con mucho, y representante de la parte fascista del régimen..

Pero eso no lo dice la Vicepresidenta, quien tras ser presentada en Paraguay como hija de un alto cargo del franquismo -lo tiene bien merecido por esos paseitos sudamericanos que se da los últimos veranos sin que sepamos de ellos nada más que se los pagamos todos- dijo en su habitual tono de sentar cátedra, con la única autoridad que le da su enorme caradura y desparpajo para la mentira, que su padre no había sido un alto cargo del franquismo, sino un represaliado del franquismo; lo que según las crónicas provocó los aplausos de sus compañeros de periplo y pelotas varios.

Es el mismo desparpajo con el que asegura no haber usado jamás las ruedas de prensa posteriores a los Consejos de Ministros para criticar al PP; o con el que aseguró que no había dado un mítin a niños de un instituto valenciano en campaña electoral; o con el que es capaz de decir que el Gobierno es austero tras saberse de los abusos de medios públicos para asuntos de partido. O el mismo desparpajo con el que usa de Instituciones públicas para sus cuitas privadas, como es el caso del uso de la Fiscalía como si de su gabinete jurídico privado se tratara, para defenderse cuando se le pilló con el carrito del helado en lo de su privilegiada inclusión fuera de plazo en el censo de un pueblo donde es evidente que no vive.

Es ese mismo desparpajo el que usa para apoyar a aprendices de tiranos, al mismo tiempo que EEUU se desmarca de ellos, y luego intentando aparentar que nuestra política exterior es coherente contradiciendo lo dicho por el Ministro del ramo justo dos días antes. El mismo con el que defendía la honestidad del dimitido a la fuerza anterior director del CESID, o la rectitud de Chaves con lo de la adjudicación de ayudas a la empresa que contrató a su hija precisamente para conseguir dichas ayudas. Rectitudes consideradas verdades de fe por el simple hecho de que ella así lo asevera.

Poca credibilidad puede darse a quien así se comporta de forma habitual, por mucho que haya una cohorte de informadores para quienes esta mentirosa es quien más trabaja y crédito merece de todos los miembros del Gobierno. A lo mejor sí es la que más trabaja de todos ellos, pero su trabajo va en función de sus intereses partidistas, no necesariamente para el interés de todos. Además de que, a la vista de lo visto, tampoco eso es un mérito dentro de un Gobierno de incapaces y no muy dedicados políticos, en quienes se valora mucho más su sectarismo y afección al caudillo que su capacidad.

Así que ahora también parece que lo peor de la crisis ya ha pasado, según esta Vice y el Presivice Zapatero convertido en nuevo caudillo. Tendrán que seguir usando de esa caradura y desparpajo para decírselo a los nuevos parados que con toda seguridad habrá este otoño, coño. (Lo siento, pero es que con eso de la cancioncilla se me escapó una rima).

sábado, 1 de agosto de 2009

Objetivos


Eso de que la ETA no conseguirá nunca sus objetivos, es mentira; ya ha conseguido demasiados.

La declaración del Lehendakari vasco, Patxi López, diciendo que "ETA no conseguirá nunca sus objetivos", es el paradigma de la falacia a la que asistimos desde hace mucho tiempo. Dice esto con la ikurriña detrás, con la bandera de un partido impuesta por la ETA. Esa bandera es la que se han tragado los vascos como identitaria de su tierra. Es la que los niños toman como suya, como la de su patria chica, pero no es más que la imposición de la de un partido gracias a que la ETA la estuvo reivindicando como bandera del País Vasco. Ese partido es el PNV, el mismo de donde nació la ETA, y que ya lleva treinta años manipulando la enseñanza y generando odio a España.

Esto de que la bandera de un partido se erija en la de un país no se da más que en los regímenes totalitarios, como lo fue el de la URSS, pero no en otros. Ni siquiera en el régimen franquista, pues contrariamente a lo que han hecho creer los nacionalistas en otra de sus mentiras, la bandera de España es muy anterior a Franco. Fue la República quien la cambió y Franco el que la repuso, pero era la bandera de España, no la suya. Y menos aún, la de un partido.

La banda ETA no habrá conseguido todos sus objetivos, pero sí muchos. Aquellos que dicen que no ha logrado nada porque aún el País Vasco no es independiente, están aceptando una falacia o simplemente están en la inopia. Pero esa inopia es responsable también de que ETA aún perviva. Esa inopia ha adormecido las conciencias y ha hecho mirar hacia otro lado mientras la ETA avanzaba en sus logros gracias a la rentabilidad que lograban del terror los nacionalistas, sobre todo el PNV.

Es la inopia de estos que condenan el terrorismo casi al mismo nivel que condenan a quienes piden cadena perpetua para los terroristas. Son esos que se escandalizan cuando la gente pide pena de muerte para estos asesinos. Son los que andan con el cuento de la reinserción para estos animales y obvian que hoy mismo se han hecho encuestas que arrojaban hasta un 92% de posturas favorables a la pena de muerte para estos casos.

Es la inopia de quienes miran para otro lado mientras en el País Vasco se vive la mayor falta de libertad que haya existido nunca, donde muchos cargos electos viven con escolta permanente. Donde en la calle mandan los hijos de puta que llaman hijos de puta a todos los demás y perros a todos los españoles. En donde no existe democracia porque no hay libertad a la hora de votar. Ni a la hora de opinar. En donde los padres quieren que sus hijos aprendan euskera para poder vivir sin ser señalados con el miedo a la amenaza terrorista. Donde no se atreven a discutir un trapo inventado para un partido e impuesto como bandera, pero que aceptan que en las escuelas no esté por ningún lado la bandera de todos.

Es la inopia de quienes no quieren darse por enterados de la cobardía de todo un pueblo sometido por el miedo. Es la misma inopia de los que no querían ver en la Alemania nazi los disparates que se cometían delante suyo. Es, en definitiva, la inopia de los cobardes.

Esos que dicen que la ETA no logrará sus objetivos y que no ha logrado ninguno, se olvidan de que un euskera reinventado se está imponiendo de forma obligatoria, y que fué la ETA quienes empezaron con esa cantinela diferenciadora. Olvidan que hay un 30% de la población que hoy se considera enemiga de España y quiere independizarse. No se paran a analizar que la utópica paranoia de ese ente llamado euskal erria está hasta en el Estatuto de Guernica y es admitido incluso por parte del PP como seña cultural. ¡Cultural algo inventado por el nacionalismo e inexistente!

¿Como puede decirse que la ETA no ha logrado objetivos si ha estado representada en Europa, en el Parlamento Vasco y hasta tiene ayuntamientos en donde mandan? ¿Como puede sostenerse eso si uno de cada tres niños vascos estudia en ikastolas con un modelo que les presenta un país vasco como una entidad independiente de España y Francia y formado por un territorio que no es real?, cuando es un hecho que el país vasco nunca ha sido más que sus tres provincias y jamás tuvo bandera propia hasta que han impuesto la del PNV, inventada y diseñada por el hermano de su fundador basándose en la bandera inglesa. ¡Pero si hasta para muchos curas vascos es lo mismo una víctima del terrorismo que un terrorista muerto! Sin olvidar que acaba de cumplir cincuenta años; muchos más de la mitad en esta democracia partidista o partitocracia poco demócrata, y que ha sido desde que en la transición se pusieron en la calle a los presos de la banda, por una amnistía general, cuando más muertes indiscriminadas han provocado.

Claro que ha logrado buena parte de sus objetivos, y entre ellos -además de lo antaño conseguido en Lemóniz y en la autovía de Leizarán- está matar y tener aterrorizados a los vascos, a los políticos, a los periodistas, a los empresarios, a los jueces, y a toda España; y eso a la vista está. Además de haber logrado expulsar a casi 150.000 personas no nacionalistas de allí, con lo que logran variar el equilibrio de fuerzas entre los votantes.

Ya ha logrado lo más importante: hacer creer que hay un conflicto entre partes, cuando son ellos los que provocan reacciones de defensa ante sus ataques terroristas. Provocan la reacción y luego se quejan de ella al conseguir que dicha reacción genere las lógicas incomodidades. Un control policial es incómodo, por eso obligan a que se realicen. Luego se podrán presentar como los buenos si conceden una tregua que devuelva la normalidad. Y han logrado negociar con el Gobierno y su partido con el apoyo del Parlamento, por lo que seguirán avanzando en las Instituciones. Estoy seguro.

Otro de sus evidentes logros es que el nacionalismo sigue incólume, incluso alardeando de superioridad moral. Así que si es falso lo que dicen que no ha logrado, ¿cómo creer lo que dicen que no lograrán? Y cuando dicen que la ETA está muy debilitada, ¿qué creer ante esta demostración de organización, capacidad y fuerza que acaba de hacer? Y lo que nos queda por ver...

jueves, 30 de julio de 2009

No más palabras

Ahora vienen las frases, tan manidas como hueras, de los políticos doliéndose por la brutalidad de ETA, como si ésta fuera una novedad.

Ya no es tiempo de palabras. Ya no es tiempo de tibiezas. Ya no es tiempo de andarse con miramientos. Ya no es tiempo de aguantar provocaciones continuas protegidas por jueces con ínfulas de estrellas mediáticas. Ya no es tiempo de legitimar a estos hijos de puta compartiendo objetivos o financiando a sus familias y a las organizaciones que los apoyan. Ya no es tiempo de recoger nueces de nogales agitados por estos enemigos declarados. Es hora de acabar con ellos. Y con quienes les apoyan, toleran o incluso les guiñen el ojo; y con quienes piensen siquiera en volver a sentarse con ellos.

Ya es hora de disolver los ayuntamientos en donde siguen cobrando, no de decir que se va a acabar con ellos sin hacer absolutamente nada. El que argumenta que ya se hace mucho porque se les detiene, olvida que eso no es mérito sino obligación de las Fuerzas de Seguridad y de las autoridades que las dirigen, lo contrario sería delito. Su detención debe de ser lo normal. Y sus condenas. Y su aislamiento y rechazo social.

De no hacerse así ya, lo normal pudiera ser que se les linche. Lo normal puede ser que la sociedad se tome la justicia por su mano, precisamente por la ausencia de justicia. A lo mejor lo normal sería ir destrozando sus sedes y organizarles asonadas a sus familias. O destrozar los chiringuitos donde se emborrachan y hacen colectas.O ir a más y quemar sus casas. O las casas de quienes no se posicionan claramente en su contra. Lo normal sería que la sociedad clamase contra los responsables políticos que no han sabido o querido acabar con esta lacra que ya sufrimos durante cincuenta años. Y que esa sociedad exigiese a sus representantes que endureciera las leyes, para que ningún cobarde juez tuviera la tentación de no ser firme en la defensa de esa misma sociedad a la que se mata constantemente sin una respuesta contundente y firme. La sociedad tiene un límite, incluso ésta.

Estos que dicen hablar en nombre del pueblo vasco nos atacan a todos además de querer despojarnos de lo que es nuestro. Estos animales matan en nombre de ese pueblo que consiente que parte de ese pueblo salga a la calle a homenajear a estos cobardes como si fueran héroes. Estos bestias son nuestros enemigos declarados y todo el que no esté claramente en su contra, también. Estos degenerados intentan ahora destrozar una de las pocas fuentes de riqueza de la que vivimos, el turismo. Estos que dicen hablar en nombre del pueblo vasco convierten en cobarde a todo el pueblo vasco que no se atreva a salir a la calle a exigir que se les expulse de esa sociedad, avisando que de no hacerse será ese pueblo quien lo haga aislándolos o de cualquier otro modo.

Las palabras de quienes ahora repiten la misma cantinela que siempre, pero que no ponen en marcha iniciativa alguna para impedir que consigan esos objetivos que se dicen que no conseguirán, suenan hipócritas cuando esos objetivos se van alcanzando a pasos agigantados. Y da igual quienes las firmen. Lo que hay que hacer es actuar, el tiempo de las palabras ha pasado. A los enemigos se les combate, no se les habla.

Descansen en paz estos dos Guardias asesinados, Carlos Saenz de Tejada García y Diego Salva Lezaun, pero que no tengan paz ni descanso quienes lo han hecho ni quienes los apoyan. Ni quienes sacan provecho de eso, ni quienes homenajean a los asesinos, o siquiera quienes no apoyan que se retiren sus fotos. Ni tampoco quienes permiten que sigan en las Instituciones teniendo instrumentos legales para expulsarlos. Ya no es hora de palabras. Es hora de actuar y de que quien no actúe pague por su parte de culpa.

Nota: Patxi López ha suspendido sus vacaciones para ir junto a Rajoy y Zapatero a la capilla ardiente. Pero ya debió hacerlo ayer ante el intento de masacre. Ha sido nefasta la imagen de una Lehendakari en funciones dando la cara, mientras el que tenía que estar allí estaba de vacaciones. Para esto nadie hubiera puesto un pero a cualquier gasto en su transporte. Las formas también son importantes. Aunque no suficientes. Ya no.

La Audiencia Nacional ha desautorizado a Pedraz y le ordena que prohiba los homenajes que no prohibió. ¿Se estará recuperando la vergüenza en ese órgano carente de sentido?

lunes, 27 de julio de 2009

Koldar Herria

Patxi López se baja los pantalones ante el PNV

Marcha atrás. No se eliminará la imbecilidad de lo de euskal herria. Pero, eso sí, se intentará explicar a los niños lo inexplicable. Se les intentará explicar que viven en un país inexistente más que en la mitología nacionalista. En un país que existe tan sólo porque allí hay quienes hablan euskera, ese idioma que no ha servido como medio de transmisión de ideas, pensamientos, sentimientos, cultura y conocimientos. Ese idioma que ha tenido que reinventarse para que pudiera hacer referencia a cosas cotidianas de hoy. Ese idioma que sus padres no hablaron en casa pero que aprendieron en las ikastolas y que ahora les imponen, convencidos de que les será absolutamente imprescindible gracias a la imposición nacionalista.

Habrá que explicarles que viven en un país que tiene un Estatuto en donde se dicen idioteces que se aceptaron incluir por miedo, por la cobardía de quienes deberían defender la cordura y el interés general pero que están acobardados ante la amenaza del terrorismo nacionalista. Y ante las imposiciones de aquellos que no se posicionan claramente contra esos asesinos, precisamente porque coinciden en su misma paranoia utópica. Pero se les dirá que ese pais en realidad es otro y está formado por tres provincias españolas. Tras ese galimatías no es raro el caos mental que se producirá en sus cabecitas en donde, tarde o temprano, seguirán inculcándoles que son distintos.

Sin embargo, ese motivo por el que se les dice que son distintos, no se esgrime para decirles que son iguales. Iguales al resto de españoles que tenemos un idioma común y que sí cumple de sobra con lo que debe ser un idioma. Y que por ello es hablado por más de cuatrocientos millones de personas en el mundo y en el que se han escrito obras maestras de la cultura universal. Un idioma que no se pretende imponer poniendo bombas o disparando a la nuca a nadie. Un idioma que es tan suyo como del resto de españoles, que sin embargo tratan con ventaja a su región y que financian con sus impuestos más a la región vasca que a las suyas propias. El concierto vasco no es más que recibir mucho más que lo que se aporta, en lo que también hace distintos a los que allí viven, pues su falta de solidaridad es efectivamente muy distinta a la solidaridad del resto de españoles.

Ahora el Gobierno Vasco dice que hay que garantizar que todos los vascos hablen a la perfección los dos idiomas: el común desde hace siglos, y el reinventado. Reinventado para dividir y crear un signo de identidad que tan sólo tenían quienes hablaban en sus casas aquel idioma; idioma que por cierto no tenía tal definición al carecer de elementos que lo definieran claramente como tal. Mantener lo identitario me parece justo, imponer algo artificialmente para luego esgrimirlo como identidad diferenciada, no. Con lo que los vascos -y todos quienes vivan en el País Vasco- tienen al menos una obligación, un deber más, que el resto de los españoles. Y un derecho menos: el de elegir que sus hijos se eduquen en su idioma materno si este es el común, el oficial en todo el Estado, y el que sus hijos puedan optar por no estudiar el idioma local de forma obligatoria. De esta forma, lo que debiera ser el derecho a conocer el euskera, se convierte en una obligación.

Además de que es un atropello a los derechos de los que ni hablan euskera ni tienen interés en hablarlo, ¿por qué motivo se va a obligar a sus hijos a hacer un esfuerzo para ser bilingües en un idioma que sólo usarán para entenderse con quienes ya se entienden en otro mucho más universal? Me parece bien que se ofrezca la posibilidad a los padres de que sus hijos hagan dicho esfuerzo, pero es un atropello dictatorial el imponerlo. La Constitución solo obliga a los españoles a conocer un idioma, no todos. Y ese idioma es el común a todos los españoles sin distingo alguno, por lo tanto sería el más democrático si aceptamos la cursilería imperante de adjetivar como democrático todo.

El intentar explicar lo inexplicable no pasa, por lo visto, por inculcar a los niños su realidad. Su realidad española, europea, y también la vasca. Pero la realidad vasca, no la utopía de unos iluminados que quieren hacerla realidad a base de imponerla. Pero como esa idiotez se aceptó en el título preliminar del Estatuto de Guernica, pues ahí está el resultado: ahora hay que explicar a los niños la inmensa idiotez cometida entonces y seguir hablándoles de euskal herría. Pero no se les explicará que los episodios más gloriosos protagonizados por vascos lo han sido en su faceta de españoles. Como parte de España, el País Vasco y sus hijos han colaborado en la historia común de forma destacada, pero eso se obvia y parece que la historia que quieren imponer es una historia muy localizada y breve en el tiempo: tan solo el corto periodo en que las utopías nacionalistas tuvieron un atisbo de oficialidad, por cierto, infinitamente menor que el actual.

Entre estos defensores de la idiocia nacionalista los hay que despotricaban contra el término hispanoamérica, usado para definir al conjunto de países del continente Americano que hablan español. Ese término jamás tuvo connotaciones nacionalistas o excluyentes, pero aún así decían que usarlo era un símbolo de nacionalismo español e incluso de imperialismo. En absoluto se usó nunca para generar un sentimiento de país, y ni mucho menos de nación, por lo que es un absurdo equipararlo a movimiento nacionalista alguno. Pero ya digo que ha sido -y es- algo que los nacionalistas regionales no aceptan. Sin embargo quieren que los demás aceptemos sus imposiciones basadas en la misma sinrazón. Sinrazón que además tiene el agravante de que quienes hablan el euskera como lengua materna son una minoría en el territorio al que designan como euskal herria, mientras que en hispanoamérica es absolutamente indiscutible el uso del español.

Claro que dentro de esa minoría, son mayoría los que pretenden imponerse con las pistolas; asesinando, extorsionando y atemorizando al resto de los vascos y de la sociedad española en general. Pero lo hacen a sabiendas, lo hacen para generar rechazo y luego ir de víctimas haciéndose pasar por oprimidos e intentando robarnos a todos un territorio en donde quieren imponer que todos hablen un idioma que les diferencie del resto. Y no tienen empacho alguno en usar incluso argumentos tan racistas como la diferenciación del Rh. Aunque no hacía falta llegar a ese extremo pues ya tienen una diferenciación clara: la cobardía que ha llevado a esa sociedad al punto en el que se encuentra. Es el único lugar en Europa en donde los cargos electos tienen que ir con escolta y en donde es común la extorsión y el chantaje. Chantaje que llega hasta el propio Gobierno vasco. Y hasta el Gobierno de España, claro. Y funciona. Y es que estamos en koldar herria, el país de los cobardes.

sábado, 25 de julio de 2009

Presupuesteños y subvencioninos.


Es totalmente inaceptable que los sindicatos -y en menor medida la patronal- se financien de los presupuestos.

Zapatero ha hecho causa común con los sindicatos contra los empresarios y avanza una medida populista de aumento del gasto que no creará empleo en absoluto. Por decreto aumentará la protección a los desempleados sin cobertura alguna. Eso puede que sea una medida social, pero en absoluto una medida que vaya en la línea de generar empleo. Y no hay política más social que la que va encaminada a la creación de trabajo. Todo lo demás son parches e incluso limosnas para acallar a quienes podrían salir desesperados a la calle para subsistir.

Esta nueva operación de imagen que pretende presentar a este inepto que tenemos por Presidente como valedor de los desamparados, cuando es en buena medida responsable de su desamparo debido a que no toma medidas para contener el paro ni para crear empleo, es parte de lo que dicho Presidente es: un bluf mediático, un producto de marketing, una marca bien vendida, un ZP de la vida. Zapatero habla para sus incondicionales, no para la sociedad en su conjunto, y olvida que es el Presidente de todos y no solo de los suyos. Es el presidente de los empresarios tanto como lo es de los sindicatos y de los trabajadores, aunque esté absolutamente compinchado con los sindicatos y sea el garante de sus prebendas y privilegios a cambio de que no le ataquen a él. Por eso se suma a dar carnaza al populacho y acusa a los empleadores de ser los culpables de que se pierda el empleo.

Los empleadores crearán empleo sólo si ello se les permite. Si con ello crean riqueza y ganan dinero. Nadie pone una empresa como obra de caridad. Se crea una empresa para tener un medio de vida, y como consecuencia se crea empleo. Pero ello sólo será posible si se permite que el empresario compense el riesgo que corre con una posibilidad de ganancia. De lo contrario, no correrá el riesgo y por tanto no se creará empleo. Y lo de acusar a los empresarios de crear paro es tanto como acusarlos de querer arruinarse. Un absoluto disparate demagógico destinado tan sólo a la agitación y propaganda como en los mejores tiempos de la Unión Soviética. Pero de todos es sabido que esa economía socialista quebró por imposible. Y por corrupta.

Pero tal parece que ese es el modelo que gusta a los ignorantes que viven de ser liberados sindicales y que no sirven para nada más. Unos sindicatos que sólo son unos chupones del presupuesto y de los propios trabajadores, no son lo que un sindicato debiera ser. Estos sindicatos llegan hasta el punto de ganar dinero con el paro. Sí, como suena; no sólo ganan dinero asesorando laboralmente o jurídicamente a quienes pierden su empleo, sino que llegan hasta el disparate de ganarlo con los ERE -Expedientes de Regulación de Empleo- informando favorablemente aquellos que les proporcionan un beneficio económico. Es decir, la empresa que quiere sacar adelante un ERE, tiene que pagar lo suficiente a los sindicatos para que estos informen favorablemente. Y si ese informe es favorable, pues todos al paro. Algo que es como para partirles la cara, ¿o no?

Estos sindicatos no sólo son defensores de una casta privilegiada de trabajadores a los que consiguen que se les suba el sueldo por encima del incremento del nivel de vida, sin ápice de solidaridad hacia los que pierden sus empleos o hacia quienes tienen empleos temporales, sino que ellos mismos se han convertido en protectores de sueldos a sus liberados que no trabajan en absoluto en lo que debiera ser el trabajo por el que se les paga. Son una casta, una mafia más bien, que agitan y empujan -incluso con amenazas físicas- al resto de los trabajadores hacia huelgas que no son otra cosa que chantajes para conseguir sus privilegios. En ese empeño han creado más puestos en el paro que puestos de trabajo, pero eso sí, los trabajadores a los que se apoyaba han aumentado sus privilegios respecto al resto. Y son dóciles a las órdenes sindicales, por lo que esos sindicatos controlan los grandes centros de producción y las administraciones públicas. O sea, a los trabajadores más privilegiados.

Ahora vuelven al cuento inicial, a señalar como los malos de la película a los que crean empleo. A volver con el rollo del empresario opresor, cuando no hay mayores opresores que ellos mismos. Ni mayores manipuladores en beneficio propio.

Ya basta de que entre todos paguemos a quienes viven del cuento y además no aportan nada. Basta de subvenciones a los sindicatos, basta de subvenciones a la CEOE para cursos que no valen para nada. Si se necesitan cursos, que se financie a quienes los reciban y que sean las Universidades o centros especializados quienes los impartan. Porque ¿qué valor académico tiene un curso de la CEOE o uno sindical? Ninguno, aunque puede que sirva para que se conceda algún empleo para justificar dicho dispendio. Con lo que se abunda en la imagen mafiosa de estas organizaciones que puede que te den un empleo si haces un curso con el que ellos ganan ingentes cantidades de dinero a costa de todos. Así están las cosas.

Y quien se ha erigido en El Padrino de todo esto no es otro que Zapatero, que se permite hasta amenazar al presidente de los empresarios avisando de que los únicos que tienen que ceder son dichos empresarios, pues los privilegios de sus protegidos son intocables para que no le monten a él una huelga general. El marco laboral español es intocable según este experto economista de reconocido éxito; con lo que impide que se corrija justo lo que todo el mundo considera que es nuestro principal hándicap y lo que hace que nuestra productividad no sea competitiva. Y así nos va.

Si todo esto creara empleo, si creara riqueza para todos y no para unos cuantos paniaguados, a lo mejor hasta se podría mirar para otro lado. Pero resulta que lo que se sigue creando es paro. Y por mucho que se diga que se crea de una forma menos acelerada, la realidad es que sigue aumentando el número de parados. Y muchísimo más que en los países de nuestro entorno que padecen la misma crisis internacional que nosotros. Así que las palabras optimistas de Zapatero lo que hacen es que me tema lo peor, pues si esto le hace sentir que lo está haciendo bien no hará esfuerzo alguno para hacerlo mejor. Aunque ya ha demostrado que sólo es capaz de hacerlo peor, pues ni una sola de sus medidas ha logrado lo que se decía iba a lograr.

Así que ahora le parece estupendo que ya no haya tanta aceleración en la creación de parados. ¡Toma ya!, y cuando ya no haya nadie trabajando no habrá aceleración ninguna en la creación de paro, ni siquiera habrá nuevos parados. Ya estaremos parados todos. Menos los liberados sindicales, que no tienen de qué parar.

Pero ahí tenemos al españolito que ha aceptado ser súbdito creyéndose las mentiras y apoyando a quienes han conseguido que batamos todos los record de paro mientras señalan a otros como los culpables. Ahí tenemos a Andalucía con un increíble 25% de paro apoyando y aplaudiendo a quienes lo han permitido y viven como jamás hubieran podido vivir de existir un pueblo de verdad informado y que no permitiera que se le manipulara. Así que a la postre, tenemos lo que nos merecemos. Lo malo es que parece que aún merecemos más.

Ya es momento de acabar con paternalismos que quizás fueron necesarios en otros tiempo. Acabemos con las subvenciones a sindicatos, patronales y partidos políticos. Lo único que se ha logrado con ello es crear una casta de funcionarios que viven de los demás. Y que en buena parte se dedican a crear problemas para luego presentarse como solución a los mismos. Bonita forma de ganarse la vida, pero que se la paguen quienes se lo creen, no todos.

viernes, 24 de julio de 2009

Gezur Herría

El mismísimo Estatuto de Guernica se basa en una falsedad.

Lo que parte de una mentira no puede ser nunca cierto, y eso le pasa al mismísimo Estatuto de Guernica por el que se rige la Autonomía Vasca. Y es así porque en su encabezado se equiparan dos cosas distintas. En el título preliminar -que es en donde los Estatutos dicen aquello que se quiere conseguir pero que legalmente no es admisible por inconstitucional- se dice textualmente: "El Pueblo Vasco o Euskal Herria, como expresión de su nacionalidad, y para acceder a su autogobierno, se constituye en Comunidad Autónoma dentro del Estado español bajo la denominación de Euskadi o País Vasco, de acuerdo con la Constitución y con el presente Estatuto, que es su norma institucional básica" (sic).

Pues bien, Euskal Herria no es el pueblo vasco sino el territorio donde se habla vasco, que es cosa bien distinta. Y en él es de sobra conocido que los nacionalistas incluyen a Navarra y parte del sur de Francia. Ninguno de estos territorios, ni mucho menos su pueblo, se ve afectado por el Estatuto de Guernica, que sólo afecta al territorio de las tres provincias vascas. De haber sido rigurosos jurídicamente hablando, esta aberración no sería legal pues intentaría afectar a gentes ajenas al País Vasco por el hecho de que alguien en su territorio hablara vascuence, aunque ya se sabe que aquí puede suceder cualquier cosa por esperpéntica que sea. Y es que si se miente o se falsea sobre el sujeto que se dice es quien impulsa la constitución de la ley -o a quienes afecta-, la ley es nula por vicio de origen. Por ello se dice para justificar los disparates que el título preliminar no tiene valor jurídico, en otra falacia más para acallar voces discrepantes y disfrazar de democrático a determinado nacionalismo.

Ese "o Euskal Herria" no es otra cosa que el gol que el PNV y sus amigos etarras lograron colar en el Estatuto y que los demás partidos tragaron de forma inexplicable. Ahora se intenta hablar de la realidad del País Vasco, de su territorio legal, y por ello se está tratando de omitir la denominación Euskal Herria que se refiere a un territorio que en buena parte no es de ninguna de las provincias vascas; lo que no gusta a los nacionalistas y para evitarlo, el PNV apela a aquella trampa que equiparaba lentejas y almejas. Un territorio no es el pueblo que habla un idioma, al menos no es lo mismo tierra que personas. Pero ahora el PNV quiere hacer valer ese confusionismo incluido en el Estatuto para impedir que los niños vascos se enteren de cual es su patria chica. Si el País Vasco fuera el país de los que hablan vasco, estaría formado por cuatro gatos.

Si a un niño watusi se le enseña desde pequeño que su territorio incluye Inglaterra, es normal que luego se crea inglés, aunque watusi seguirá; y puede que hasta sienta que los ingleses le están robando su territorio pues no son watusis como él. Los sentimientos filiales y de pertenencia a un terruño se fraguan en la infancia y perviven para siempre, por lo que no es justo mentirles a los niños sobre su realidad. Si a un niño se le dice que es hijo del Rey, se pasará la vida pensando que el Príncipe es un usurpador que le ha quitado su dignidad real, y que el Rey le ha despojado de aquello a lo que tiene derecho por la gloria de Dios. Y algo similar es lo que estos paranoicos nacionalistas han estado haciendo durante treinta años.

En el caso que comento, se trata de un Estatuto que intenta ser la ley básica de un territorio que no queda definido, pues se dice que Navarra tiene derecho a pertenecer a él en el supuesto de que así lo quiera. Otro disparate más de los muchos que perpetran los nacionalistas y que tragan los que no se atreven a oponérseles claramente.

Por ello usarán las armas ocultas que dejaron dispersas por doquier y que algunos permitieron pensando en que no tenían importancia alguna. Y es que con el nacionalismo no se puede pecar de ingenuo. Ellos sí que viven en el País de la Mentira, ese Gazur Herria o como quiera que se diga, suponiendo que se pueda decir en este idioma reinventado que dicen euskera y que pocos de los que tradicionalmente lo hablaban lograrían entender hoy.

Cuando estos gezurtis aplican el calificativo de "nacionalista español", en un intento de equipararse o de descalificar a quienes somos españoles y nos negamos a que nos quiten una parte de España, vuelven a mentir. Esa falacia queda en evidencia si aplicásemos a dicho concepto el mismo rasero al que ellos se someten:

Nacionalista español sería, siguiendo sus propias reglas, aquel que quisiera que España fuera todo territorio en donde se habla español. Y ello, además del propio País Vasco, incluiría buena parte de América, del Pacífico, y hasta de África. Así que menos chorradas, que nada tiene que ver su aldeanismo con el aceptar la historia, la realidad, las leyes democráticas y con el caminar hacia la desaparición de fronteras, en vez de querer imponer nuevas.

jueves, 23 de julio de 2009

¿Y ahora qué?

El Supremo disuelve los grupos municipales de ANV.

En ejecución de la sentencia de ilegalización de septiembre de 2008, el Tribunal Supremo ha ordenado disolver los grupos municipales de ANV en 125 ayuntamientos, y el grupo que tienen en las Juntas Generales de Álava, al tiempo que les retira los fondos que percibían hasta ahora.

Pero eso no supone que ANV desaparezca de dichos ayuntamientos, no; seguirán allí cobrando sus sueldos y dietas individuales y burlándose de todos los que no aceptamos la violencia terrorista ni sus extorsiones. Y acojonando a los ya de por sí acojonados vascos.

Es al gobierno de Zapatero al que le tocaría evitarlo. Ahora no tiene excusa para no disolver dichos ayuntamientos tal y como se disolvió el de Marbella. La ley le atribuye esa capacidad, aunque hasta ahora ha esgrimido todo tipo de excusa para no hacerlo. También tiene la legitimidad añadida de la reciente decisión del Tribunal Europeo desestimando los recursos de los etarras. Llegó el momento. Veremos si es verdad su firme decisión de acabar con ETA y acólitos, así como la de no volver a negociar con ellos.

El PNV pondría el grito en el cielo, ya lo ha hecho tan sólo porque el Gobierno Vasco pretende borrar las pintadas a favor de los hijos de puta de ETA. Y mientras, desde la Audiencia Nacional se permite los homenajes a etarras. ¿Alguien se cree que mientras estas cosas no se corten de una vez y para siempre se va a acabar con ETA? Pues por eso mismo el PNV estará en contra, y el PSOE tiene la ocasión de desmarcarse de quienes piensan que ETA no termina porque no le interesa a algunos partidos. A ver si lo hace.