Eso de que la ETA no conseguirá nunca sus objetivos, es mentira; ya ha conseguido demasiados.
La declaración del Lehendakari vasco, Patxi López, diciendo que "ETA no conseguirá nunca sus objetivos", es el paradigma de la falacia a la que asistimos desde hace mucho tiempo. Dice esto con la ikurriña detrás, con la bandera de un partido impuesta por la ETA. Esa bandera es la que se han tragado los vascos como identitaria de su tierra. Es la que los niños toman como suya, como la de su patria chica, pero no es más que la imposición de la de un partido gracias a que la ETA la estuvo reivindicando como bandera del País Vasco. Ese partido es el PNV, el mismo de donde nació la ETA, y que ya lleva treinta años manipulando la enseñanza y generando odio a España.
Esto de que la bandera de un partido se erija en la de un país no se da más que en los regímenes totalitarios, como lo fue el de la URSS, pero no en otros. Ni siquiera en el régimen franquista, pues contrariamente a lo que han hecho creer los nacionalistas en otra de sus mentiras, la bandera de España es muy anterior a Franco. Fue la República quien la cambió y Franco el que la repuso, pero era la bandera de España, no la suya. Y menos aún, la de un partido.
La banda ETA no habrá conseguido todos sus objetivos, pero sí muchos. Aquellos que dicen que no ha logrado nada porque aún el País Vasco no es independiente, están aceptando una falacia o simplemente están en la inopia. Pero esa inopia es responsable también de que ETA aún perviva. Esa inopia ha adormecido las conciencias y ha hecho mirar hacia otro lado mientras la ETA avanzaba en sus logros gracias a la rentabilidad que lograban del terror los nacionalistas, sobre todo el PNV.
Es la inopia de estos que condenan el terrorismo casi al mismo nivel que condenan a quienes piden cadena perpetua para los terroristas. Son esos que se escandalizan cuando la gente pide pena de muerte para estos asesinos. Son los que andan con el cuento de la reinserción para estos animales y obvian que hoy mismo se han hecho encuestas que arrojaban hasta un 92% de posturas favorables a la pena de muerte para estos casos.
Es la inopia de quienes miran para otro lado mientras en el País Vasco se vive la mayor falta de libertad que haya existido nunca, donde muchos cargos electos viven con escolta permanente. Donde en la calle mandan los hijos de puta que llaman hijos de puta a todos los demás y perros a todos los españoles. En donde no existe democracia porque no hay libertad a la hora de votar. Ni a la hora de opinar. En donde los padres quieren que sus hijos aprendan euskera para poder vivir sin ser señalados con el miedo a la amenaza terrorista. Donde no se atreven a discutir un trapo inventado para un partido e impuesto como bandera, pero que aceptan que en las escuelas no esté por ningún lado la bandera de todos.
Es la inopia de quienes no quieren darse por enterados de la cobardía de todo un pueblo sometido por el miedo. Es la misma inopia de los que no querían ver en la Alemania nazi los disparates que se cometían delante suyo. Es, en definitiva, la inopia de los cobardes.
Esos que dicen que la ETA no logrará sus objetivos y que no ha logrado ninguno, se olvidan de que un euskera reinventado se está imponiendo de forma obligatoria, y que fué la ETA quienes empezaron con esa cantinela diferenciadora. Olvidan que hay un 30% de la población que hoy se considera enemiga de España y quiere independizarse. No se paran a analizar que la utópica paranoia de ese ente llamado euskal erria está hasta en el Estatuto de Guernica y es admitido incluso por parte del PP como seña cultural. ¡Cultural algo inventado por el nacionalismo e inexistente!
¿Como puede decirse que la ETA no ha logrado objetivos si ha estado representada en Europa, en el Parlamento Vasco y hasta tiene ayuntamientos en donde mandan? ¿Como puede sostenerse eso si uno de cada tres niños vascos estudia en ikastolas con un modelo que les presenta un país vasco como una entidad independiente de España y Francia y formado por un territorio que no es real?, cuando es un hecho que el país vasco nunca ha sido más que sus tres provincias y jamás tuvo bandera propia hasta que han impuesto la del PNV, inventada y diseñada por el hermano de su fundador basándose en la bandera inglesa. ¡Pero si hasta para muchos curas vascos es lo mismo una víctima del terrorismo que un terrorista muerto! Sin olvidar que acaba de cumplir cincuenta años; muchos más de la mitad en esta democracia partidista o partitocracia poco demócrata, y que ha sido desde que en la transición se pusieron en la calle a los presos de la banda, por una amnistía general, cuando más muertes indiscriminadas han provocado.
Claro que ha logrado buena parte de sus objetivos, y entre ellos -además de lo antaño conseguido en Lemóniz y en la autovía de Leizarán- está matar y tener aterrorizados a los vascos, a los políticos, a los periodistas, a los empresarios, a los jueces, y a toda España; y eso a la vista está. Además de haber logrado expulsar a casi 150.000 personas no nacionalistas de allí, con lo que logran variar el equilibrio de fuerzas entre los votantes.