miércoles, 27 de septiembre de 2017

Roures, el padrino del separatismo.


Jaume Roures Javier Muñoz

Fútbol y 'procés': Jaume Roures, la mano que mece la cuna del separatismo

El magnate audiovisual es el nexo que conecta el dinero árabe del PSG o Bein Sports y a la Liga de Fútbol Profesional con Junts pel Sí, TV3, Junqueras, Puigdemont, Podemos y otros impulsores del 1-O.


Mucho más sutil es el vínculo que une el traspaso del ‘crack’ brasileño con el ansia secesionista de una parte de la sociedad catalana: el propio Roures, vector que conecta al PSG, a Bein Sports, a la Liga de Fútbol Profesional, a Mediapro, a Junts pel Sí, a TV3, a Al Jazeera, a Oriol Junqueras, a Puigdemont, a Pep Guardiola, a Joan Laporta, al Girona City, a Podemos y, en definitiva, al ‘procés’.
Jaume Roures, el productor millonario que se aupó a hombros del zapaterismo para ayudar a cambiar España con La Sexta, ha logrado adueñarse del negocio futbolístico y del relato ‘emancipador’ soberanistacon una paciencia y una inteligencia poco habituales: el hombre que alumbró a Podemos con La Tuerka y ayudó a radicalizar a la CUP ha contribuido con admirable discreción a poner a la España del 78 al borde del precipicio usando el fútbol, sus vínculos con la Generalitat y el dinero árabe como palancas. Una fabulosa contradicción ideológica que combina dos doctrinas aparentemente incompatibles: el nacionalismo con el trotskismo.
No hay estampa más gráfica de esta incoherencia que lo sucedido en Barcelona el sábado 26 de agosto, una semana después del atentado de Las Ramblas. Durante la manifestación antiterrorista a la que asistieron Mariano Rajoy y el Rey, la CUP clamó contra "las relaciones de amistad y económicas de la monarquía española con las monarquías pérsicas, como Qatar y Emiratos, que financian al Daesh y son culpables de lo que sucedió en Barcelona". Apenas un rato después de esa concentración, sobre las nueve de la noche, Pablo Iglesias, Oriol Junqueras y Xavier Doménech (diputado de En Comú Podem) se reunían alegremente en casa de Roures, el trotskista convertido en magnate con los petrodólares (precisamente) de la monarquía catarí. Una hipocresía rayana en el insulto a la inteligencia.
Esteladas en la manifestación contra el terrorismo
Esteladas en la manifestación contra el terrorismo Efe
Reflejar el inmenso poder del fundador de Mediapro (grupo nacido hace 20 años y convertido hoy en una multinacional audiovisual con sedes en cuatro continentes) requiere un ejercicio de asociación de asuntos conocidos que encuentra en el microcosmos del FC Barcelona su metáfora definitiva. Los esfuerzos de la llamada Santa Alianza por defenestrar a Josep María Bartomeu de la presidencia culé antes del 1 de octubre tuvieron en Neymar su carga de mayor profundidad.
Se trataba de devolver al club a los tiempos ‘felices’ de Joan Laporta, íntimo amigo de Roures, cuando su alineamiento con la política separatista de la Generalitat era casi absoluto y Pep Guardiola, otro socio del productor catalán (a través del hermano pequeño, Pere, hoy copropietario del Girona FC a medias con empresarios árabes), daba lecciones de fútbol al mundo entero.
La ‘bomba’ de Neymar estuvo financiada por el dueño multimillonario del PSG, Tamim bin Hamad Al-Thani, emir de Qatar y socio en beIN Sports de Roures y Mediapro. Al-Thani miraba por sus intereses, probablemente no tenía en la cabeza el proceso independentista en Cataluña y la unión de agentes obsesionados con sumar al Barça, de nuevo y cuanto antes, a la orgullosa deriva soberanista que llevó al diputado Lluís Llach a confiar en que los culés acabarían eligiendo cualquier Liga, consumada una hipotética secesión, porque "somos el caramelo más importante del sur de Europa".

"La gente del Barça se informa a través de TV3”

Mediapro se había aliado con el Gobierno de Junts pel Sí, la cadena autonómica TV3 y la vieja guardia del laportismo para intentar desplazar a Bartomeu, el hombre que en 2015 le había quitado los derechos televisivos del club para vendérselos a Telefónica. Colocaron peones en diversos lugares estratégicos: Jordi Finestres, exjefe de comunicación de Joan Laporta, pasó a integrar el equipo de Puigdemont; Vicent Sanchis, director de la cadena Barça TV durante el laportismo, comenzó a dirigir la televisión regional catalana. En un reciente desliz en la Cadena COPE, Roures justificó el descenso de audiencia de Barça TV porque “la gente del Barça se informa a través de TV3”.
La Generalitat nunca escondió su matrimonio con Mediapro, que ha cubierto la fachada de su sede en Barcelona con banderas catalanas y utiliza tanto el dominio '.es' como '.cat' en su web. Su vicepresidente, Oriol Junqueras, bendijo en mayo al grupo audiovisual arrancando su gira estadounidense en la sede que tiene la multinacional en Miami (la misma que está siendo investigada por la Fiscalía de aquel país por el presunto pago de sobornos dentro del macrocaso ‘FIFAgate’: coimas por encima de los 200 millones de dólares entre directivos de empresas de comunicación y mandatarios del fútbol en la jugosa compraventa de derechos televisivos de campeonatos internacionales).
A cambio, la productora vinculó su destino definitivamente al ‘procés’ con el rodaje del documental Las cloacas de Interior, desarrollado a partir de las denuncias sobre el presunto uso partidista del Ministerio en cuestión para perjudicar e incriminar a políticos independentistas catalanes en la anterior legislatura. La pieza asume el discurso de la Generalitat y acusa al Gobierno de haber cometido todo tipo de irregularidades para perjudicar a las dos cabezas más visibles del movimiento independentista: Artur Mas y Oriol Junqueras.
Pese a su celo político, Roures nunca pierde de vista el paisaje empresarial. Tiene presencia en el consejo de administración de Atresmedia a través de otra de sus empresas, Imagina, dueña del 4,2% de su accionariado, pero ello no le impide coquetear con Mediaset (recientemente le dio la publicidad de Gol, su cadena de TDT deportiva, a la matriz de Telecinco).

Público, El País, El Periódico

Cuando se trata de dinero, los ideales menguan: los exempleados del diario Público, que fundó en 2007, tampoco le perdonan “haberse cargado el periódico” (como dicen tres exempleados del mismo a EL ESPAÑOL) para volver a recomprar la cabecera en una subasta judicial cuando antiguos trabajadores querían montar una cooperativa. El nivel de odio de su explantilla al prócer audiovisual es sorprendentemente alto cinco años después de la desaparición del periódico en papel.
Roures es bastante aficionado a querellarse contra los medios: lo hizo a finales de 2014 contra El País por una información sobre sus presuntos depósitos millonarios en paraísos fiscales (ganó el pleito) y mantiene actualmente la amenaza de otra denuncia contra Crónica Global por las informaciones que ese medio ha divulgado sobre contrataciones externas realizadas por TV3 en los últimos años y que, en parte, benefician a su empresa.
Pese al desastre de Público, existe un rumor muy difundido en Barcelona según el cual la Generalitat quiere ahogar políticamente a El Periódico deCataluña, el único gran diario catalán que se resiste a la deriva independentista, para complicar sus refinanciaciones, bajar su valor de mercado (aprovechando el maltrecho estado del Grupo Zeta) y acabar vendiendo la rotativa (a Roures, por supuesto) con objeto de extender el mensaje soberanista y el tirón de Esquerra Republicana entre las clases populares. 

El matrimonio Roures-Bein

La alianza Mediapro-Bein ha cambiado el mundo del fútbol (y estimulado, por oposición, el movimiento ‘Odio eterno al fútbol moderno’). Aunque parezca insólito, ese mismo dinero catarí que ha llenado las carteras de los clubes españoles ha servido para azuzar la ruptura de España en la lógica del relato ‘democrático’ de Artur Mas y compañía.
El vínculo entre Roures, Al-Thani y Nasser Al-Khelaïfi (mano derecha del emir, presidente ejecutivo de Bein y del PSG) es extraordinariamente estrecho. Mediapro USA tiene los estudios de Miami, esos mismos que visitó Junqueras para estrenar su frustrada gira diplomática, al lado de Bein USA: se encarga de gran parte de su producción. (El centro de producción de Bein Asia se ha instalado curiosamente en Singapur, también cerca del de Mediapro).
Roger Huguet, que dirigía la operación de Mediapro en el país norteamericano y está implicado por el FBI en el caso ‘FIFAgate’, acordó hace unos meses pagar 600.000 dólares y colaborar con la Justicia estadounidense para reducir sus condenas por sobornos y corrupción.
Visto con perspectiva, es chocante que el dueño del PSG tratase de fichar a Neymar en plena ofensiva catalanista y pocos uniesen los puntos que ligaban esa desestabilización con el opulento socio de Roures, Al-Thani, que ha financiado buena parte de los más de 3.000 millones que Mediapro ha invertido en controlar todos los derechos del fútbol desde el año 2015.
Bein Media es una filial de Al Jazeera, propiedad a su vez de Qatar Media Corporation, una compañía controlada por la familia real catarí, Al-Thani. El empresario trotskista logró colocar en la camiseta del Barça el nombre de una monarquía semi-feudal que está en la mira de todo el planeta. Pocas veces algo tan obvio ha sido menos glosado.

Pugna por el control del Barça

La guerra subterránea del magnate mediático más poderoso de Cataluña con la actual directiva del Barça (equipo del que es socio, aunque suela disimular su afición al fútbol) afloró hace casi dos años, cuando presentó una denuncia por espionaje contra el club, y ha tenido su batalla más cruenta con la salida de Neymar.
Roures siempre calificó la decisión de ceder los derechos de televisión del Barça a Telefónica como “política”; se quedó “con la sangre en el ojo”, como dice un latinoamericano que lo conoce bien, y planificó una venganza en plato frío. El movimiento de Bartomeu había alterado el panorama radicalmente: supuso un fuerte golpe para Mediapro, rehizo el equilibrio de fuerzas entre los dos grandes grupos audiovisuales y obligó a una negociación justo antes de que entrase en vigor el decreto de venta centralizada de los derechos del fútbol.
El romance de Mediapro con el fútbol, sin embargo, continúa viento en popa: sin ir más lejos, la compañía de Jaume Roures y Tatxo Benet ganó la subasta para la emisión en España de la Champions League por tres temporadas, de 2018 a 2021. Los datos concretos de la oferta se desconocen (el rumor es que pagaron algo más de 1.100 millones de euros, unos 370 millones por temporada, más del doble de lo que se abonó en la anterior puja). La lista actualizada de la UEFA en su página web confirma la sólida alianza entre Mediapro y Bein Sports: los derechos han sido asignados a ambas empresas.
Jaume Roures y Pere Guardiola, hermano de Pep Guardiola.
Jaume Roures y Pere Guardiola, hermano de Pep Guardiola.
El negocio funciona a la perfección desde hace años: en septiembre de 2014, Roures se aseguró también los derechos de la Champions League para las temporadas 2015-2016, 2016-2017 y 2017-2018, junto a Atresmedia y TV3. Era una pésima noticia para Telefónica, que unos meses antes le había arrebatado la F1 y el Mundial de MotoGP exhibiendo sus armas para la eterna batalla de los derechos del fútbol.
Medio año después, Roures reconoció oficialmente que Bein Sports había estado detrás de la compra de la Champions League. En una entrevista concedida a El Mundo, dijo: "Llevamos 13 años trabajando con Bein. Fuimos contratados para construir Al Jazeera en Qatar; hemos hecho lo mismo en EEUU, Francia, Turquía... Hacer Bein aquí en España forma parte de nuestra relación y no es un salto cualitativo, sino una evolución natural. Que ellos comprasen Mediapro sí sería un salto cualitativo, pero eso no va a pasar".

La irrupción del Girona 'City

El trío amoroso entre fútbol, Mediapro y nacionalismo catalán viene reforzado en este año crucial por el Girona FC, exitosa franquicia del Manchester City (otro gran cliente de Mediapro). Ferran Soriano, su director ejecutivo, fue consejero delegado de Spanair, una empresa con fuerte apoyo de la Generalitat que terminó completamente hundida. Los miembros de su Consejo de Administración fueron inhabilitados tras la quiebra; entre ellos Tatxo Benet, otro de los tres socios de Mediapro (algunos, por cierto, habían invertido millones en la línea aérea). Después lograron salvarse mediante recursos, en una demostración práctica más de las ventajas que conlleva tener dinero y unos buenos abogados.
Soriano, que había sido vicepresidente deportivo del Barça en años de gloria, superó el desastre de Spanair emigrando al City, una entidad construida a golpe de petrodólar y con una gestión catalanizada para emular al Barça triunfante de su hoy técnico. El ejecutivo pobló la directiva de Manchester decerebros culés y explotó los conflictos internos del club catalán en su gestión: contrató a Txiki Begiristain, Jorge Chumillas, Esteve Calzada, Nuria Tarré. La televisión oficial del club se la encargaron, cómo no, a Mediapro.
Los más de 500 millones gastados y la importación del talento catalán no trajeron en la primera temporada de Guardiola el éxito deportivo, pero el City se ha consolidado como la primera franquicia de fútbol global, y hace unas semanas anunció la compra del club gerundense junto con el Girona Football Group, vinculada estrechamente con Pere Guardiola, agente de futbolista y hermano de Pep.
Detrás de la compra del Girona, camuflada por una serie de empresas europeas que desentrañó El Confidencial, está la familia Al Nayan, gobernante de Emiratos Árabes Unidos (otra acaudalada monarquía petrolera) y propietaria del Manchester City. El Girona, recién ascendido a Primera División, tiene cinco jugadores cedidos por los ingleses. "Les ayudaremos en lo que podamos", dijo ‘Txiki’ Begiristain, director deportivo de los ‘citizen’, al día siguiente del ascenso del equipo catalán a LaLiga.

La influencia del desierto

Nunca un trozo tan pequeño de desierto tuvo tanta influencia en el mundo. El cofre catarí y emiratí es inagotable, su conexión con Roures y su proyecto muy estrecha. Guardiola fue embajador de la impopular candidatura de Qatar a organizar el Mundial de 2022, ese que obligará a trastocar la planificación mundial de este deporte para sortear sus temperaturas veraniegas de 50 grados. 
El reino árabe patrocinó al Barça durante años, hasta que Josep Maria Bartomeu quiso sacar más tajada. Después los socios de Roures se convirtieron en un poderoso enemigo. Intentaron incluso fichar a Messi, una forma segura de acabar con el dubitativo Bartomeu. Los socios, sin duda, preferían de spónsor a Unicef. El candidato opositor Agustí Benedito llegó a afirmar que "Qatar está detrás del terrorismo yihadista". Pilar Rahola lo expresó en Twitter de otra forma: "Qatar, el amigo del Barça que oprime mujeres y emigrantes, persigue homosexuales y disidentes y potencia el integrismo".
Hasta la proverbial pulcritud alemana cede cuando llueven los fajos de dinero del desierto: el poderoso Bayern Múnich (cuyo director general, Karl-Keinz Rumenigge, criticó duramente la elección de Qatar como sede del Mundial por las temperaturas) lleva hoy publicidad suya.

El dilema de Javier Tebas

El peso del riyal catarí hizo que Javier Tebas (hoy paradójicamente enfrentado con el PSG y el City) mantuviese varias reuniones con su Gobierno para negociar que el emirato se convirtiera también en el patrocinador principal de LaLiga la pasada temporada. La actitud de Tebas con el caso Neymar (“el PSG ha meado en la piscina”, declaró) es ambivalente en el mejor de los casos: logra no aparecer como ‘empleado’ de Roures y profundiza en su papel de dirigente siempre incómodo, comprometido (y locuaz).
Sin embargo, en diciembre de 2015 La Liga adjudicó a Movistar 'el Partidazo' por 750 millones de euros en tres años y a Mediapro los ocho partidos de pago por 1.900 millones. Una buena parte de los directivos de LaLiga más cercanos a Tebas actualmente provienen de Mediapro: otra alianza exitosa de Roures.
Tebas parece incurrir en una grave contradicción: alimenta la máquina (Qatar) que luego le mata, reventando el mercado y debilitando a la liga española con la salida de una de sus principales estrellas, llamado a ser el futuro Balón de Oro. Un botón de muestra de la profundidad de su asociación con Roures, el socio de los árabes, es que hasta Podemos, una criatura alumbrada entre otros por el empresario catalán, habló bien de Tebas (una persona en sus antípodas ideológicas) cuando se presentó el informe parlamentario sobre el control económico de LaLiga: un hecho francamente insólito en términos políticos y explicable en términos estratégicos.

Acabar con la España del 78

Roures prestó su casa a Junqueras y al líder de Podemos para acercar posturas, de cara al 1 de octubre, sobre un pacto poselectoral en Cataluña. La velada llegó incluso al Pleno del Congreso de los Diputados, donde Rajoy pidió explicaciones a Iglesias por su reunión secreta. Una pieza más del puzle separatista: fue otro gran amigo de Roures, el influyente empresario de medios Oriol Soler (otro de los principales cerebros ocultos del ‘procés’, poco amigo de los focos), quien organizó la cena entre Iglesias y Junqueras en casa del magnate audiovisual.


Pablo Iglesias, con el embajador de Qatar en España, en la manifestación contra el terrorismo de Barcelona.
Gracias a Messi y a la sensatez de Ernesto Valverde, el misil de Neymar no ha logrado, hasta la fecha, ni mandar a Bartomeu a su casa ni sustituirlo por un presidente vinculado estrechamente con el ‘procés’. El plan incluía que Ferran Soriano regresase al Barça y liderase el vector catalanista del fútbol (ya que el Espanyol no participa en ese juego, como se sabe) con el ‘Girona City’ consolidado en Primera y aspirante en un par de años a la Europa League (absorbiendo sin descanso talento del Manchester).
Roures aparece en este mapa como un poderoso y discreto gestor del nacionalismo, subido al trasatlántico del dinero de Qatar y provisto de una paciencia infinita (rasgo que destacan todos los consultados para este reportaje): dos armas que le permiten jugar la partida política con tiempos vaticanos y retar al presidente del Gobierno en los medios mientras se desplaza a Madrid con frecuencia para cenar con secretarios de Estado o celebrar sus cumpleaños en locales de lujo de la capital con 'catering' catalán de tres estrellas Michelín.
El socio de Mediapro, Jaume Roures, y el presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas.
El socio de Mediapro, Jaume Roures, y el presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas. Efe
Aficionado a viajar, el jefe de Mediapro evita desplazarse a Estados Unidos desde hace casi un año (ni siquiera acompañó a Junqueras cuando visitó su sede en Miami). Recela de las posibles derivaciones de la investigación del ‘FIFAgate' estadounidense, algunos de cuyos ‘co-conspiradores’ están aún por identificar, cuando tiene exempleados que han aceptado colaborar con la Justicia.
En España, mientras tanto, Roures es “el jefe de toda la banda” (en palabras de un presidente de Primera División), el enlace que une fútbol, independentismo e izquierda: un hombre con una misión, enfocado en conseguir los recursos necesarios para financiarla. El fútbol es apenas un medio, y su aliado Javier Tebas aparece a vista de pájaro como un peón más de su estructura. Asombra semejante capacidad de persuasión y tal acumulación de poder. “Jaume”, como dice un antiguo amigo íntimo suyo, “lleva ganando batallas toda su vida porque todo el mundo lo ha enfrentado por partes: Prisa, Telefónica, RTVE, los Gobiernos de turno…”.
La personalidad poliédrica de Roures escapa a cualquier etiqueta simplona: no es comunista al modo soviético, no es nacionalista al modo de la CUP, no es empresario al modo habitual. “Para penalizar las ideas que defiendo, como el marxismo, me llaman millonario", dijo este año, poco después de engordar su patrimonio con un castillo del siglo XVI en Orriols (Gerona). Él quiere ser trostkista. "Yo no trabajo, yo milito [...] Hago dinero para servir a mis ideas", declaró en 2009 al periódico francés Libération.
En ese contexto cuadran todas las piezas: el fútbol no es más que un combustible para financiar proyectos de transformación política, aunque no siempre se tenga una alternativa. La ambición de un productor, al fin y al cabo, ha de ser “influir en la realidad”. Roures es un hombre que presume de ideología armado con un pragmatismo ilimitado: ¿es realmente Qatar el socio más coherente para un empresario que exhibe tan frecuentemente su izquierdismo y "milita" en lugar de "trabajar"?
El productor que convirtió el 15-M en Podemos y se adueñó del fútbol con dinero árabe juega ahora a ser el Rasputín de la presunta independencia catalana con la misma calma y astucia con la que ha dominado (hasta ahora) el tablero audiovisual. La encarnación perfecta del doble juego catalán en los últimos tiempos: el fin justifica los medios.

La revolución que viene


Que dice Iglesias que el Gobierno está propiciando una situación prebélica y que esto no se arregla con balas de goma o cañones de agua. Lo curioso es que él apoya a su amigo Maduro que saca a la calle balas bastante más duras para acallar protestas contra su régimen que ni siquiera pretenden derrocarlo saltándose la legislación vigente.

Una situación prebélica la provocan quienes quieren reventar la legalidad y Constitución en vigor echándose a la calle a montar algaradas, no quienes intentan defenderla usando los medios que esa legalidad pone a su servicio para ello. Los provocadores son quienes pretenden romper el Estado unilateralmente. Pero él no pide a esos contención ninguna, no; a esos hay que dejarles hacer lo que quieran. Así, porque lo dice él. Tampoco pide a su amigo Otegi que se abstenga de alentar la sedición y echar más leña al fuego. No, él apoya a los atacantes y ataca a los que se defienden. Luego está claro su bando.

La defensa de la integridad de España es una cuestión de Estado y de supervivencia. El Estado es quien garantiza el Estado de Bienestar, quien paga pensiones y paro, quien paga la sanidad. Acabar con él es acabar con eso. No hará falta que haya tiros para que mucha gente se encuentre sin lentejas para comer y sin un euro en el bolsillo.

Muchos de esos irresponsables que desde casa de papá -en muchos casos pensionista- están apoyando a estos revolucionarios leninistas, desconocen qué hizo Lenin para llegar al poder. Lo verdaderamente sangrante es que al menos Lenin estuvo financiado por el Káiser, no por los propios rusos. Aquí todos estos que quieren acabar con el sistema están cobrando de todos nosotros y si logran su objetivo, sus jaleadores, muchos de ellos, se encontrarán con que sus padres ya no les podrán mantener para seguir jaleando a sus "salvadores". Por eso es un golpe de Estado, porque quienes lo dan forman parte de las Instituciones del Estado, cobran de él y accedieron a ellas para defender al Estado.

La estrategia de Podemos es presentar el asunto como un enfrentamiento con Rajoy y con el PP. No es cierto, es con el Estado con el que se enfrentan. Es al Estado, no al Gobierno, a quien exigen que se desarme ante los golpistas y acepte el golpe. En nombre de la democracia -que ya me dirán qué democracia es el comunismo- quieren acabar con ella, para empezar quitándonos a los españoles la soberanía troceándola, para luego hablar de soberanías y democracias enfrentadas entre sí para acabar con la común. Cuando lo consigan y se produzca el caos, ya estarán ellos para juntar los trozos y arreglarlo a su manera. O eso creen.

Muchos de quienes los votaron lo saben, pero otros muchos no sólo lo ignoran sino que lo niegan. Se han dejado engañar tanto que se dejan llevar al matadero portando las herramientas del sacrificio y jaleando al matarife. Y todos al grito de "fuera Rajoy". No es fuera Rajoy lo que van a hacer, es fuera España. Lo de "fuera Rajoy" es la tapadera. El problema es si el PSOE de Sánchez sabrá o no reconocer la trampa, o entrará a comer ese queso.

Ya no se trata por tanto de rivales políticos sino de enemigos de España, de mi país, independientemente de quien lo gobierne. Y esos enemigos de España lo son también míos. Una pena que entre ellos haya quienes no se enteran de que es en ese bando donde se colocan, mucho más cuando niegan que estén en ese bando mientras esa banda a la que apoyan se empeña en destruir España. Y para ello se acompañan, como antaño, por los rusos empeñados en desestabilizar Europa, y hasta por la ETA. No hay más que comparar las declaraciones de hoy de Iglesias y las de la cúpula de la banda -que no ha desaparecido como han querido hacernos creer- para ver las coincidencias. Aunque para verlas muchos tendrían que quitarse antes las orejeras que les hacen ver a los españoles que quieren a España como peligrosos fascistas armados con peligrosas banderas y hasta con alguna peligrosísima botella de plástico vacía. A ver lo que tarda el PSOE en sumarse al asunto.

viernes, 22 de septiembre de 2017

El sentimiento catalán






La reforma constitucional parece ya un hecho irreversible. Incluso el presidente Rajoy dice estar dispuesto para hablar de ello. Supongo que forzado por su soledad en el asunto. Me refiero al asunto más grave que tiene planteado España desde hace años. O sea, Cataluña. Esta insondable reforma se ha convertido en la pócima prodigiosa que pretende acabar con la epidemia tribal del separatismo. Alguien acuña una frase contundente al vuelo y, si la ocurrencia lleva envoltura de multiusos y no compromete a nada concreto, se expanden sus provechos como el bálsamo de Fierabrás. Sorprende la facilidad con que la martingala se instala en el día a día de la política y los medios de comunicación para tomar apariencia de realidad incuestionable. Sobre ella llueve un derrame de especulaciones. Parece el tema de un entremés cervantino.

Me pregunto quién tuvo la idea genial de la reforma. Creo recordar que se parió desde las filas socialistas buscando enigmáticos federalismos, pero a estas alturas ya resulta muy difícil seguir la genética de un invento en boca de los más dispares.Lo que está claro es que sirve a todos porque los partidos nacionales dan por fracasada la posibilidad de una auténtica homogeneidad de derechos y deberes entre los ciudadanos de la España actual. Ante ello hay que reunirse para elaborar las reformas constitucionales y así entrar de nuevo en el tema de la igualdad. Poco importa que la actual Constitución fuera elaborada mirando de reojo a Cataluña y que se organizara el gatuperio autonómico en función de vascos y catalanes. No escarmentamos. Ahora hay que montar otro berenjenal para lo mismo. Constatar públicamente el fracaso del anterior.
Cuesta poco imaginarse el primer encuentro de la inevitable comisión. Un desbordamiento inicial de medias palabras y subterfugios. Todos sin mostrar las cartas marcadas y esperando a ver que se le ocurre al adversario. A ver quien se compromete el primero. Algunos pretextos como el artículo 57 en relación a la reforma sucesoria de la corona servirán de preámbulo para lo que es el auténtico meollo del asunto ¿Cómo endilgar la píldora de la desigualdad entre territorios sin que explote una riña fratricida entre ellos? Es muy posible que llegados a esta tribulación los más osados pongan por delante la coartada de los sentimientos. ¡Ay! ¡Los sentimientos! Un argumento convincente e irrebatible. Como la paz mundial o el cambio climático. Hay que proteger los sentimientos especiales, diferenciados y exclusivos de los catalanes. Así de fácil. Pero, claro, ¿con que términos poner en letra la justificación y la precisión de estos sentimientos especiales y diferenciados? Ya no están los ladinos redactores del Imperio hacia Dios o El centinela de occidente para marear la perdiz con su eficaz poética altisonante. En aquellos tiempos comulgábamos con ruedas de molino. Ahora resulta que estamos en un Estado de Derecho y hay que explicarlo con pelos y señales en vistas a la judicatura y sus tiquismiquis.
Por si les sirve de algo les explico yo de que se trata esto de los sentimientos catalanes. En los primeros años de mi niñez me enseñaron de forma más o menos subrepticia que, entre la gente, estaban los nuestros y los de fuera. Los de fuera eran els castellans, una gente que, además de hablar una lengua enfática e imperiosa, había que mantener a distancia. Nada bueno podía emanar de tales sujetos ni de sus lugares de origen.
El lenguaje críptico inducía a sospechar un sinfín de horrores del pasado que provenía de aquella tropa infiltrada. Quien no ha conocido este entorno no puede imaginarse lo agradable que resulta vivir en el calor incestuoso de la tribu amenazada. Imaginando intimidaciones de la poblada tribu vecina. Un tufo de miseria, suciedad e incultura emanaba entonces de los de fuera, gentes tan ufanas y soberbias como denuncia el himno. Nada comparable a nuestra tribu del seny.
Si no han estado sumergidos en un cotarro parecido, es imposible percibir como se disfruta formando parte de la minoría amenazada por este supuesto enemigo común. No hay que hacer ningún esfuerzo para transmitir a otra generación un sentimiento tan excitante y ancestral. Tiene además la ventaja que, de salida, lo llevamos todos dentro. Cualquier excusa histórica o económica es secundaria. Lo esencial es el placer y el privilegio de recrearse en este sentimiento. Disentiremos en todo pero estamos de acuerdo en un principio fundamental: nada bueno para nosotros proviene de España. Madrid es el enemigo a batir.
En definitiva, este es el núcleo del sentimiento catalán que alcanza una mayoría de ciudadanos del territorio regional, aunque -como suele suceder- adquiere mayor radicalidad en la parte rural de dicho territorio. Se adorna con castellers, diseño o exhibiciones pacifistas para encubrir las vergüenzas del odio y la xenofobia, pero la realidad de hoy se nos ha mostrado por fin descarnada. Cuando todavía no habían perdido el pudor lo disfrazaban con una supuesta cultura distinta y otros inventos, pero ha llegado el momento crucial. El momento de la venganza.
La Cataluña como arcadia feliz desprendida de España solo se la imaginan cuatro despistados. Para el resto de la población, no importa que el procés pueda significar ruina, enfrentamiento o un futuro problemático en Europa. La catarsis es irreprimible. Hay que desquitarse. Pasar cuentas. ¿Saben cuál es la diferencia entre el taimado Pujol de los años 80 y los destroyers actuales? Una sutilidad. Simplemente se han quitado la máscara.
Sepan el resto de los españoles tan sensibles al sentimiento catalán que amparan unos sentimientos proclives a la creación de víctimas. Unas por muerte civil y otras por muerte física. Esta clase de sentimiento ha producido en España innumerables víctimas del terrorismo. Esta clase de sentimiento ha tenido gran responsabilidad en las dos guerras mundiales del siglo XX. Millones de víctimas. ¿Bajo semejante advocación vamos ahora a justificar un cambio constitucional pensando que quizás incluyendo el sentimiento singular en forma de desigualdad se soluciona el asunto? El problema es que no es singular. Lamentablemente, su raíz forma parte de lo que el ser humano va mitigando a medida que crece y aprende a dominar sus instintos primarios.
Comprendo a los ciudadanos del resto de España cuando manifiestan su pasmo ante lo que está aconteciendo, aunque tampoco es una novedad. Las comunidades humanas enferman igual que las personas. El atrayente contagio de estos bajos sentimientos es causa de auténticas pandemias que alejan de la realidad a sus afectados. Puedo entender que, desde una democracia, es muy difícil responder seriamente a una ficción, pero no lo agravemos ahora con más ficciones constitucionales.
Albert Boadella Oncins es actor y dramaturgo, fundador de la compañía de teatro Els Joglars.

Sin territorio no hay derechos.


Vamos a ver, ¿los derechos son de los individuos o de los territorios? ¿Quién tiene derecho a ser libre, mi casa o yo? Y esos derechos, ¿dónde se aplican? ¿No necesitan de un territorio donde disfrutarlos? Eso de que las zonas más privilegiadas de un territorio, sea industrialmente, por sus recursos naturales o turísticos, por su capacidad financiera o por cualquier otra causa, quiera desgajarse del resto ¿es solidaridad? ¿Se puede admitir desde una visión de justicia social? ¿No es uno de los motivos por lo que las sociedades de un territorio se constituyen en nación el que los habitantes de las zonas menos favorecidas se beneficien de la solidaridad del resto y así no tener que irse de donde viven?

Y a esos que se definen de izquierdas y dicen que no aceptan las reglas del juego porque favorecne a los poderosos y a sus amigos, ¿no entran en esa definición los territorios ricos que no quieren ser solidarios con los menos favorecidos? ¿No es necesario definir un territorio determinado en donde aplicar la solidaridad entre zonas favorecidas y las no tanto? ¿Es lógico trocear esos territorios y hacerlos independientes unos de otros y así condenar a algunos a la ruina beneficiando a los más ricos y poderosos? Si una zona de una nación determinada se ve favorecida por un golpe de suerte, como encontrar petróleo o que una multinacional decida instalarse allí, precisamente porque hay infraestructuras pagadas por todos, ¿es justo socialmente que se independice para no compartir su beneficio con los demás? ¿Es esa la solidaridad en la que tanto se insiste desde la izquierda?

El territorio es necesario para saber dónde puedes disfrutar de tus derechos, pero también para definir dónde tienes deberes para con los demás. Eso es la nación que se organiza como Estado y que como tal dota a todos sus ciudadanos de los mismos derechos y servicios, y si se admite trocearla, ¿no sería lógico que dentro de cada una de las naciones resultantes se derivara en lo mismo y algunas zonas más privilegiadas decidieran también declararse nación para emanciparse y no compartir nada? ¿Dónde estaría el límite de los nacionalismos? ¿Qué impediría que un pueblo se declarara nación? Si Benidorm, por poner un ejemplo, se declarara independiente de la Comunidad Valenciana y no pagara un euro que no fuera a destinarse a sus habitantes, ¿lo apludirían estos que propugnan que dicha Comunidad es una nación, o quizás dirían que eso es asunto de todos los valencianos y no sólo de los que viven en Benidorm?

Cuando se usan como argumentos unos sentimientos inculcados machaconamente en vez de razonamientos basados en una realidad histórica, se sabe cómo se empieza pero no cómo se acaba.

jueves, 21 de septiembre de 2017

Un sistema agotado

Me voy a mojar:

Nuestro sistema ya no puede subsistir más que a base de componendas cortoplacistas que impiden ya el mantenimiento de un proyecto común. El propio sistema se ha encargado de quitar la ilusión en ello. Es imposible constituir un Estado contando con los enemigos del Estado, pues lo destruirán desde dentro. Lo estamos sufriendo.

Hablan de solucionarlo reformando la Constitución una vez pasado el 1O, como si el problema fuera el referéndum, cuando no es más que la consecuencia. Es más fácil hacer una nueva Constitución que reformar la existente. Además, ¿qué y cómo se va a reformar? Convóquese elecciones constituyentes y sepamos qué propone cada cual. Esto ya ha tocado fondo. De no hacerse de este modo alguien vendrá que lo haga como siempre y terminemos como la Histora recuerda qué significa ese "siempre": a tiros.

Lo inevitable de lo que fue evitable.

Asalto anoche al Cuartel de la Guardia Civil en Manresa.
El mirar para otro lado, la cesión continuada y, como colofón, la inacción acomplejada del Gobierno de Rajoy, nos han llevado hasta este punto. No hacer nada deriva necesariamente en tener que hacerlo todo de golpe, no poco a poco, y herramientas tiene el Gobierno para hacerlo. Aunque ya nada de lo que se haga borrará lo sucedido, ni hará recuperar la confianza ni logrará superar la división existente, algo hay que hacer para que no se llegue a más.

Hay motivos más que suficientes para aplicar tanto el 155 y suspender la Autonomía, como para detener por sedición a numerosos responsables políticos. Incluso para aplicar el Estado de Alarma contemplado en la Constitución y militarizar servicios esenciales, como el de suministros portuarios -estibadores- que se han negado a prestar servicio a los barcos que albergan a la policía.

A estos sediciosos ya sólo les falta declararnos la guerra y eso sí sería una tragedia. El Gobierno tiene el deber y la obligación de evitarlo y todo lo anterior puede hacerlo mientras la legalidad y la Constitución sigan vigentes, pero eso no se logra tan sólo con palabras.

Coches de la Guardia Civil tras el acoso de los independentistas.

Cuanto más tiempo continúen las algaradas más se perjudica a la población y más fácil lo tienen los sediciosos para convencerles de que la culpa es de quienes pretenden mantener la legalidad, y no de quienes la han hecho trizas.

Esta situación está dañando seriamente la imagen de España, cuya "marca" ya empieza a ser ligada a la inseguridad. Además de que es la proclamación del éxito que tienen para la desestabilización los atentados terroristas islámicos -necesariamente ligados a este proceso gracias a quienes han permitido que los activistas desestabilizadores estén financiados con el dinero de todos-, lo que puede alentarlos a cometer más.

No se trata ya de la celebración o no del referéndum, el asunto es mucho más grave. Ya no hay diálogo que salve la situación ni "perdones" que valgan. Que no vengan ahora con negociaciones con los delincuentes disfrazadas de diálogo para otorgarles impunidad a cambio de que aplacen el problema. Ya no vale la política partidista a cuatro años vista. Estamos ante la fractura del Estado y nunca se ha arreglado una fractura rompiéndola más.

Esto se ha ido de las manos de unos políticos que por acción, omisión, colaboración o aprovechamiento son responsables de la situación actual y que, por eso mismo, no están cualificados para sacarnos de ella con éxito. Estamos ante el canto del cisne de la Constitución y el Estado de las Autonomías y, si alguien no lo impide, también de España como nación.

miércoles, 20 de septiembre de 2017

Según el PSOE la solución es dialogar para desunir

Pues nada, que dice Iceta, o sea el PSC -¿o sea el PSOE?- que la solución es dar más autogobierno, más prebendas y financiación, más dinero, tanto que lleguemos a una Federación de Estados. 

A estos se les ha ido la pinza, ¿aún no se han enterado de que a los nacionalistas no se les calma dándoles más autogobierno? Eso sólo ha servido para aplazar el problema, y a agravarlo pues cuanto más poder tienen, más daño pueden hacer.

Una Federación es unir lo que está dividido, para ello habrá primero que dividir España en Estados. Un disparate de cuidado. Pero ellos están en poner parches a ver si así aprovechan. Luego, ya se verá. O algo así.

La mecha prendida


Quienes hablan de acciones ilegítimas, antidemocráticas, totalitarias y de Estado de Excepción mienten, tanto las medidas del Gobierno como las decisiones judiciales que han ordenado las actuaciones de la Guardia Civil son absolutamente legales y son respuesta a incumplimientos de la ley de quienes tienen el deber de velar por su cumplimiento.

Por otra parte, las actuaciones de la Guardia Civil y Policía cumplen escrupulosamente los procedimientos y órdenes judiciales. Se podrá estar o no de acuerdo en su conveniencia política pero en absoluto se puede hablar de acciones ilícitas, ilegítimas o antidemocráticas. Se detiene a quienes incumplen la ley tras ser apercibidos sobradamente de ello. Ni tampoco se puede hablar de Estado de Excepción pues no se ha declarado. De declararse también estaríamos ante una medida contemplada en nuestra Constitución y por tanto legal y democrática. Ya está bien de prestar oídos a agitadores profesionales que pretenden agitar las aguas para pescar en ellas, importándoles muy poco si se manchan o no de sangre.

Esto último es lo que están buscando desesperadamente los insurrectos para victimizar su causa. Para ello están utilizando el derecho de manifestación y protesta, de momento pacífico, pero puede usarse para provocar algún enfrentamiento serio. Por otra parte, no me extrañaría en absoluto que sus irresponsables dirigentes decidieran unilateralmente la declaración de independencia si no son destituídos antes. Esto se les ha ido de las manos -no se esperaban esta contundente reacción- y no les queda más que la huida hacia delante. Recular e intentar el diálogo ya sería tomado por la turba como rendición. Es tarde para jugar con fuego.

Pero me temo que habrá quienes, en vez de asumir sus responsabilidades de Estado, jueguen con fuego, con su propio partido y con España. Y me refiero al PSOE y a determinados sindicatos políticos que no querrán quedarse invisibles ante este desafío al Estado. Y les dará igual estar al lado de quienes pretenden dinamitar el Estado con tal de salir en las fotos.

La imagen de Tardá intentando que todo transcurra cívica y pacíficamente ya parece tragicómica. No se puede encender la mecha, avivar el fuego y luego pedir que éste no queme.

No se trata de estar de parte del Gobierno, ni del PP, se trata de estar del lado de la democracia y la ley; de España y su permanencia como tal. Se trata de defender el Estado de Derecho en el que vivimos, para poder de forma civilizada corregir sus defectos que, ciertamente, no son pocos.

lunes, 18 de septiembre de 2017

Carta de Tejero

"...como integrante de lo que más que un Golpe de Estado fue el Contragolpe que se dio al preparado en la persona del general Armada, y patrocinado por el Rey Juan Carlos I y los partidos políticos, sobre todo el socialista y comunista, que ya se habían repartido todos los Ministerios"
“Yo, Antonio Tejero Molina, español de 85 años de edad, teniente coronel de la Guardia Civil expulsado del Ejército por los sucesos de 23 de febrero de 1981, con Documento Nacional de Identidad nº 01XXXXD, y como más antiguo de todos los participantes vivos que tomaron parte en aquella acción, exijo, que por la Justicia española se lleve a cabo un Juicio Comparativo entre lo ocurrido en la fecha del Golpe de Estado, llamado 23-F, y lo que está ocurriendo actualmente en los prolegómenos de la que quiere ser la destrucción de España, llevado a cabo por el Gobierno de la Generalidad de Cataluña, y teniendo en cuenta los siguientes términos:
  1. Que el 23-F pretendía conseguir un cambio de Gobierno que garantizara la unidad de la Patria, dañada por la Constitución y los Estatutos de Autonomías que el presidente Suárez otorgó a Cataluña y Vascongadas; sin embargo, el Golpe de Estado que se está preparando en Cataluña quiere conseguir la ruptura de la región catalana del resto de la Patria. 
  2. Que es cierto que cometimos un gran delito, que fue castigado con penas gravísimas, ya que tres de los participantes lo fuimos con 30 años de Reclusión Mayor y expulsión del Ejército; en cambio, los sediciosos catalanes están incumpliendo leyes y más leyes desde hace tiempo con total impunidad, con el agravante de jactarse de ello y de ir, cada vez, más adelante en la comisión de sus delitos independentistas.
  3. Que la persecución del delito del 23-F fue inmediata y contundente y que, si bien en una primera sentencia se condenaba a un máximo de 12 años y un día, al Gobierno le pareció escaso y según nos comunicaron dos vocales del Consejo de Guerra, uno de ellos el general de división D. José Contreras Franco, que el Gobierno había ordenado subir la pena hasta los 30 años de Reclusión Mayor y que ellos, no habiendo estado de acuerdo con la medida, hicieron Notas separadas disintiendo. Sin embargo, estamos viendo como el Gobierno del Sr. Rajoy es totalmente estático ante los hechos independentistas catalanes, mucho más graves que los nuestros y continúa en estas fechas intentando diálogos infructuosos y tomando pequeñas medidas como la persecución de las papeletas del Referéndum, empleando para ello al dignísimo Cuerpo de la Guardia Civil. Es por lo que también se pide que se juzgue la actitud de delación de poder con perjuicio para la unidad de España del Gobierno de la Nación que por ningún momento ha cumplido con su deber de acabar desde sus inicios con estos delitos tan patentes, tan públicos y tan graves.
  4. Sé que el Rey no es responsable de sus actos, pero creo que dentro de esta cualidad debió de haber tomado alguna resolución de que se ejercieran medidas mas coercitivas.

Por todo ello y antes de que llegue el fatídico día del primero de octubre, y como integrante de lo que más que un Golpe de Estado fue el Contragolpe que se dio al preparado en la persona del general Armada, y patrocinado por el Rey Juan Carlos I y los partidos políticos, sobre todo el socialista y comunista, que ya se habían repartido todos los Ministerios. Todo esto, se encuentra en los Papeles del 23-F que aún no han sido descalificados ya que al cumplir los 25 años se subió el plazo otros 25 años más. Hasta última hora, hemos estado esperando una reacción del Gobierno tan contundente como la que se empleó con nosotros el 23-F pero ni se ha producido ni creo que se vaya a producir; sigue el “pasteleo” que no lleva a ninguna parte, bueno lleva a que cada vez se envalentonen más Puigdemont y su comparsa, en vez de estar desde hace tiempo en prisión como les corresponde.
Esta declaración me gustaría que saliera en la Prensa antes de su envío a la Justicia ya que al llegar a ésta quizá la remitan al Tribunal Constitucional que es el paño de lágrimas de los políticos cobardes e incompetentes y el retrete del Gobierno catalán.
De los militares no quiero hablar por el respeto que me merecen esta Institución, sus héroes y sus mártires que han dado todo antes en la defensa y en la creación de la unidad de España, aunque pienso que podrían hablar un poco los que aún están en activo porque entres otras cosas os conviene ya que un general en una España rota y disminuida no vale nada.
Ya sólo me queda la Iglesia y de esta aún hablaré menos por ser hijo fiel de ella, pero los obispos y clérigos que ondean las banderas esteladas, algunas veces hasta en sus iglesias, podían mejor orar por la unidad de la Patria que tanto expandió la religión católica por el mundo y a la que España dio tantos mártires.
Piénsenlo bien antes de seguir por el camino que han tomado y Dios y España les premiará, y si no se lo demandará ¡Lo juro! Como juro igualmente fidelidad a España, a su historia, a sus mártires, a sus héroes y, en la actualidad, sobre todo a su unidad y su grandeza, en defensa de las cuales daría gustoso mi vida y la vida de mis enemigos.
¡Viva España!”

Torre del Mar (Málaga) a 15 de septiembre de 2017
Antonio Tejero

"Todo esto, se encuentra en los Papeles del 23-F que aún no han sido descalificados ya que al cumplir los 25 años se subió el plazo otros 25 años más."

domingo, 17 de septiembre de 2017

Estamos perdidos

Esta noche acabo de ver en La Sexta -cadena que ha trabajado intensamente estos años para dar voz al independentismo y a quienes pretenden desestabilizar España, para así poder llegar a gobernarla de forma totalitaria- un "debate" entre representantes de los partidos políticos del Parlament. Tremendo, cada cual a lo suyo y peleándose entre los que se supone que defienden la supervivencia de España como nación.

Aunque esto último es un decir, pues el del PSOE al ser preguntado si España es una nación responde que es una "nación de naciones", con lo que difícilmente podrá defender algo quien no tiene claro lo que es ese algo. El de Podemos, en una línea distinta y de descalificación de la posición de su propio portavoz en dicho parlamento. Ciudadanos, como voz única apuntando, para mí acertadamente, al latrocinio nacionalista en Cataluña como origen de su huida hacia adelante en busca de la impunidad que suponen les daría su república catalana.

Pero claro, en hueso hemos dado; al hablar de corrupción tanto PSOE como PP disparándose entre ellos, y Podemos azuzando al tiempo que llama represión antidemocrática el que se aplique la ley a quienes la incumplen, evidenciando que pretenden que los políticos estén por encima de la ley, siempre y cuando se salten la ley que a los de Podemos no le gusta. Así, por las bravas. Y como fondo, la palabra democracia para definir el robo de la democracia por una parte que quiere decidir por el todo.

Hay quienes, como solución, apuntan a un cambio en la Constitución para mejorarla. Pero ¿mejorarla a ojos de quién? Porque si es para calmar a los nacionalistas estaremos en más de lo mismo y sólo servirá para alargar la agonía un poco. No he oído voz potente alguna que quiera cambiar la Constitución para constituir de una vez España eliminando lo que ha sido la semilla de lo que hoy tenemos: eso de "las nacionalidades" que anula la definición de España como nación, y el no llamar español al idioma que en todo el mundo se llama así menos en España. Para constituir un Estado hay que dejar claro a qué competencias son las que dicho Estado no puede renunciar para seguir considerándose estado. Y si ya no parecía que desprenderse de la educación y la sanidad pudiera consolidar el Estado, la experiencia de estos años lo ha confirmado con creces. Es más, ha demostrado que es la mejor arma que tienen quienes pretenden que España no se constituya ni como nación ni como Estado.

Si a eso le sumamos que esta tarde el PP y voceros han alabado la "firmeza" de Rajoy en Barcelona cuando ha dicho eso de "nos van a obligar a llegar a lo que no queremos llegar", pues apaga y vámonos. Esa frase en sí misma expresa cualquier cosa menos firmeza. Todo lo contrario, evidencia que no se quiere tener firmeza en la  aplicación de la ley y en la defensa de España, pues de España se trata y a la ruptura de la misma se dirige toda esta sucesión de disparates y desprecio de las leyes.

Así que, repito: estamos perdidos; pues ni esto es una película ni hay Clint Eastwood alguno que esté dispuesto a imponer la ley. Vamos, ni siquiera alguno que quiera imponerla.


viernes, 15 de septiembre de 2017

Carta a los Reyes Magos


Puigdemónt, Junqueras, Forcadell y Colau envían una carta al Gobierno y al Rey para intentar convertir su derrota en "aplastamiento por parte del opresor" y así no apearse de su victimismo. Es como si un maltratador enviara una carta a quien maltrata diciéndole que sus patadas eran caricias forzadas porque cuando quiso acariciar no se le permitió, y que por eso le duele el pie. O algo así.

He aquí la carta en la que se aprecia que se basan al menos en dos grandes mentiras:

  1. No han intentado diálogo alguno pues siempre pusieron como condición "referéndum sí o sí"
  2. Sólo los tontos, o quienes se lo hacen, pueden aceptar que lo que querían era una consulta popular no vinculante, cuando es evidente que han convocado un referéndum de autodeterminación con efecto inmediato de ganar el sí.

     Texto de la carta
"Los conflictos políticos se resuelven, en los sistemas democráticos, a través de propuestas políticas que son consecuencia de negociaciones y diálogo. Entre Catalunya y el Estado español existe un evidente conflicto político que viene de lejos y que hemos intentado resolver con el máximo acuerdo. Pero la respuesta siempre ha sido una negativa o, peor aún, una reacción regresiva insostenible. Cuando el Tribunal Constitucional tumbó el Estatuto, que previamente había sido votado por los parlamentos catalán y español y aprobado en referéndum por los ciudadanos de Catalunya, se rompió el pacto constitucional de 1978.
Posteriormente, se han formulado propuestas como un pacto fiscal en la línea del concierto económico de que dispone el País Vasco o una consulta no vinculante para conocer la opinión de los catalanes, pero todo ha sido en vano. El "no" ha sido la única respuesta. Este conflicto, después de haber intentado todas las vías anteriores, el Gobierno de Catalunya propone resolverlo convocando un referéndum de autodeterminación para el próximo día 1 de octubre. Este referéndum no cuenta, como es conocido por todo el mundo, con el acuerdo del Estado español, como hubiera sido deseable y como ha pedido reiteradamente una amplia representación de los parlamentarios y de la sociedad catalana.
En concreto, se constituyó un espacio llamado "Pacto Nacional por el Referéndum" que aspiraba a abrir un diálogo que finalmente tampoco fue posible. De hecho, hoy la justicia española está investigando responsables de aquel Pacto, aprobado por el Parlamento y nunca invalidado por el Tribunal Constitucional, como si se tratase de una actividad ilícita. Lejos de abrir la puerta al diálogo, el Estado español ha empezado una ofensiva de represión sin precedentes en la que contempla desde la limitación al derecho fundamental a la libertad de expresión, impidiendo actos públicos y amenazando medios de comunicación, hasta la detención del 75% de los alcaldes de Catalunya por haberse mostrado dispuestos a participar en el referéndum. Mientras tanto, ha presentado querellas penales contra todo el Gobierno de Catalunya y contra la mayoría de la mesa del Parlamento, ha clausurado la web informativa del referéndum, ha prohibido la difusión de información y publicidad y ha politizado órganos que tendrían que ser independientes, como el mismo Tribunal Constitucional y otros estamentos del Poder Judicial.
Todo esto, a pesar de que el Código Penal español confirma que convocar un referéndum, aunque sea sin acuerdo, no es nunca un delito. Por otra parte, el apoyo de la sociedad catalana a la celebración de un referéndum es incuestionable desde todos los puntos de vista. Los resultados electorales así lo confirman, como también las resoluciones parlamentarias y las movilizaciones masivas de cada 11 de septiembre, que de manera reiterada y desde 2012 mueven millones de personas. Movilizaciones siempre pacíficas y convivenciales, que han sido alabadas por la prensa internacional como ejemplo de civismo.
Es por esto que queremos hacer un nuevo llamamiento al diálogo al Gobierno español, y en particular a su presidente, Sr. Mariano Rajoy. Un llamamiento al diálogo para abordar de qué manera nos podemos poner de acuerdo para que los catalanes celebremos el referéndum. Un diálogo abierto y sin condiciones. Un diálogo político, desde la legitimidad que cada uno representa, para hacer posible lo que en democracia nunca es problema ni todavía menos un delito: escuchar la voz de la ciudadanía. Nos dirigimos, en este sentido, al Presidente Mariano Rajoy y enviamos una copia al Jefe del Estado, S.M. el Rey Felipe VI, para que entienda que no dialogar es incompatible con la resolución de los problemas. Nuestra disposición al diálogo ha sido, es y será permanente".
Es evidente que llevan las riendas de los tiempos y no es casualidad que este nuevo movimiento se produzca tras el aviso de Hacienda de intervenir las cuentas de la Generalitat, que la pela es la pela. A ver qué hace ahora el Gobierno. Aunque no creo en absoluto que Rajoy sea capaz de tomar una determinación que acabe con el asunto si cree que también acabará con él. Antepondrá mantener su poltrona y atrasar la solución del problema, pues problema es. Ya no vale escudarse en que es un problema creado artificialmente por los nacionalistas pues, aunque es cierto, no es menos cierto que han conseguido que se enquiste en la ciudadanía.

Pero ceder ahora a este intento de contemporizar, sin que acepten previamente la legalidad vigente y suspender el referéndum, sería consagrar el chantaje y la coacción como armas políticas. El Gobierno debería inhabilitar a estos "servidores" del Estado que han intentado un golpe contra el mismo y, a continuación, realizar un referéndum no vinculante en toda España. Así, en el hipotético caso de que en Cataluña ganase la opción de separarse, estaría hartamente compensada con el total de votos que querrían que continuase siendo parte de España como lo ha sido hasta ahora. Además de que se acabaría con el victimismo que se ampara en que no pueden votar. Esto acarrearía un riesgo para el Gobierno, sí, pero sería un riesgo necesario para salvar algo más que el Gobierno: el Estado; o sea, España.

jueves, 14 de septiembre de 2017

Malnacidos no agradecidos.


De malnacidos es no ser agradecidos, que se dice. Pero es que encima insultan.

Reciben subvenciones y pretenden ser los que pongan condiciones, mientras en España hay españoles que viven en precario sin recibir ninguna. Digo que si tanto sufren por no ver a sus parientes, lo tienen fácil: que se vuelvan a su país a ver si allí reciben subvención por verse. En esa "gran cárcel" no hay puertas con llave que les impida irse, pero si quieren vivir del cuento tendrán que cumplir lo que se les pide, que no parece tanto.

Esto sólo se atreven a decirlo en España, pues aquí en ese aspecto además de putas ponemos la cama. Y digo yo que esas subvenciones se dan para poder vivir, no para hacer viajes turísticos. Esos abuelos que viven en otras partes de España ¿qué pasa, no pueden ir a ver a sus nietos? ¿O también hay que subvencionarles el viaje?

Y ahora venga, a llamarme islamófobo.
El presidente de la federación regional y del colectivo en Segovia, Mohammed El Mizeb, critica las restricciones que la Renta Garantizada de Ciudadanía…
ELNORTEDECASTILLA.ES

miércoles, 13 de septiembre de 2017

España es el problema.


El problema catalán no es más que una consecuencia del problema español. ¿O qué se podía esperar del trabajo constante de buena parte de la clase política empeñada en desmantelar España y de la otra parte que, acobardada, no la defiende?

Aquí se ha permitido trasmitir la idea, desde la escuela en demasiados casos, de que España y su bandera son un invento franquista; y por lo tanto despreciables ambas. En la Transición hubo un espíritu de sacrificio para superar diferencias y aceptar España como fruto de la historia común, no de régimen alguno, y la bandera como fruto de esa historia muy anterior al régimen anterior. Y para ello se contó con todos, nacionalistas incluídos.

Por ello, la España de las Autonomías nació para intentar maquillar que su fin último es que los nacionalistas obtuvieran lo que querían y así se integraran. Pero el nacionalismo quiere y busca ser nación, y la nación quiere y busca ser Estado. Es de cajón. El cuento del "nacionalismo democrático" no fue otra cosa que un intento de suavizar sus intenciones y aparecer como respetables.

Pues aquí no sólo se ha permitido durante cuarenta años que avanzasen en ello financiados por todos, incluso robando a espuertas, sino que a quienes se nos ha ocurrido avisar se nos ha tachado de todo, incluso de antidemócratas. Sin caer en que quien no está de acuerdo con la Constitución en esos puntos y la acata y defiende por haber sido aprobada por la mayoría del pueblo español, es mucho más demócrata que quienes no la acatan ni defienden. Y muchísimo más que quienes pretenden romper España y la convivencia sin contar con todos.

Además, España es antes que la Constitución, que nada sería sin España. Y de hecho, ya se está viendo. Quienes dicen no ser parte de España, se la pasan por el forro sin pudor alguno. Y se atreven a hacerlo en nombre de la democracia. ¿De qué democracia hablan?

Para empezar, confunden urnas con democracia, olvidando que Franco -su bestia parda- también las puso y eso no convirtió su régimen en democracia. Aunque algo tienen esta gente en común con aquello: el régimen anterior también se definía como democracia; orgánica.

Zánganos entretenidos.

En breve estaremos pagando a todos estos zánganos para que declararen nulas las resoluciones de los Reyes Católicos. Estoy hasta el gorro de pagar impuestos que van a pagar sus sueldos para que se ocupen de sus paranoias y vendettas en vez de intentar solucionar los problemas reales de la gente. Ya está bien.
Los socialistas sacan adelante con Podemos una PNL que declara nula la condena al expresidente catalán,…
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